WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Espiritismo para los niños - Célia X. de Camargo - Português Inglês 
Año 9 - N° 448 - 17 de Enero de 2016

Traducción
Carmen Morante - carmen.morante9512@gmail.com
 

 

Generosidad
 

  

La pequeña Neli de primer grado estaba aprendiendo  a leer. Cierto día, la profesora llevó a los alumnos a la biblioteca de la escuela. Neli tomó uno de los libros y, abriendo al azar, leyó:

- Ca... ri... ta... ti... vo.  ¡Caritativo!  ¡¿Qué significa eso?!...

Entonces llamó a la profesora, que vino a atender a su llamado.

- ¿Qué es caritativo, Profesora Marta?
 

- Caritativo es quien ayuda a las personas. Cuando junta muchas cosas, como dinero, objetos, muebles, ropa, etc., para darlas a los que no tienen nada, se le da el nombre de  caridad. ¡Entonces, se dice que la persona es caritativa!

- ¡Ah!... ¿Quiere decir que, con todo lo que una persona junta, es rica de cosas?

- Exactamente, Neli. Pero, ¿por qué quieres saber sobre esto?

La niña pensó un poco y después respondió:

- Es que, como usted explicó, si una persona es caritativa, también es rica – respondió pensativa a la profesora, que detalló:

- ¡Es que tenemos que tener en cuenta la condición de cada uno con respecto a las riquezas! Si la persona no tiene riquezas materiales, pero tiene riqueza moral, ¡también es rica!

- ¿Cómo es eso? ¡No estoy entendiendo! – replicó la pequeña, afligida.

- Jesús nos enseñó que la persona puede ser rica materialmente y espiritualmente. De ese modo, puede suceder que no sea rica en bienes materiales, ¡pero sea rica en bienes espirituales! Por ejemplo: ¿Te acuerdas de Doña Amelia, que siempre está en frente de la escuela? Es pobre en recursos materiales, pero rica en bienes morales.

- No entiendo, Profesora – dijo la pequeña, con la mente confundida.

- Te voy a explicar, Neli. ¡Mira! ¿Doña Amelia tiene bienes materiales?

- ¡No! – respondió la pequeña, con firmeza.

- Muy bien. ¿Ella es rica en bienes morales?

- ¡No sé, profesora!

- ¿Cómo trata ella a las personas que encuentra?

- ¡Con una sonrisa, una buena palabra!...

- Eso mismo, Neli. ¿Qué más tiene Doña Amelia que sea bueno?

Neli se puso a relacionar lo que Doña Amelia hacía sin recibir nada a cambio por su cariño:

- Doña Amelia nunca se queja, no habla mal de nadie, ayuda a quien lo necesita sin pedir nada. Ella es buena, gentil, amorosa y por todo lo que hace no cobra nada. ¡Vive sonriendo a todos los que pasan por la calle delante de ella! ¡Ah!... Y aun cuando está en el semáforo, ella cuida que las personas no crucen cuando la señal es roja.

- Neli, ¿ves cuántas cosas buenas tiene Doña Amelia dentro de sí?

- Es cierto, profesora. Pensando así, reconozco ahora que ella es una excelente persona.

- Sin duda, Neli. Has analizado muchos hechos que viste, cómo Doña Amelia trata a las demás personas.  Y ahora, ante todo esto, ¿qué te parece?

La niña pensó un poco y respondió:

- ¡Confieso que me pareció extraña la actitud de muchas personas de este colegio! ¡Tratan mal a Doña Amelia!

Como la profesora sólo se quedó mirándola, curiosa, Neli añadió:

- Pero no importa lo que la persona haya hecho mal. Si decide cambiar, Jesús le ayudará en este cambio, ¿no?

- Sin lugar a dudas, Neli. A pesar de ser pequeña, tienes una cabecita muy buena. ¡Continúa así!

- Profesora, creo que Doña Amelia merece ser ayudada por todos. Su vida es tan difícil, no tiene nada que sea suyo. ¡El otro día me contó que vive debajo de un puente! Voy a hablar con mi mamá para que podamos donarle algo que ella realmente necesite. ¿No le parece bien?

La profesora miró a la alumna con admiración y respondió emocionada:

- Sí, Neli. ¡Creo que es genial! Y pienso que podríamos hacer más por ella. Tal vez una campaña para ayudarla. ¿Qué crees?
 

La niña quedó encantada con la idea y decidieron pedir a todos en el colegio que colaboren con cualquier cosa. El resultado fue tan bueno que pronto lograron que una habitación desocupada de la escuela estuviera llena de cosas para donar a Doña Amelia.

Un día, cuando ya había juntado muchas cosas, llamaron a doña Amelia para contarle lo que habían

hecho para su beneficio. Y Doña Amelia, con los ojos muy abiertos, mirando todo muy animada, empezó a decir:

- ¡Gracias! ¡Gracias, chicos! ¡Miren! Esta mesita puede ser para a la familia de Bonifacio, que no tiene nada. ¡Esta ropa servirá para los hijos de Elvira! ¡Estas mantas se pueden donar a Izabel, que tiene cinco hijos y en invierno pasan mucho frío! ... Voy a pedir que vengan a buscar las donaciones! ...

Y así Doña Amelia fue distribuyendo todo a sus amigos necesitados. Cuando terminó la montaña de cosas, la profesora y Neli intercambiaron una mirada de sorpresa, y luego se echaron a reír:

- ¡Profesora, Doña Amelia no tiene necesidad de nada! ¡Lo que ella realmente quiere es ayudar a los demás! ...

- ¡Tienes razón! ¡Que Dios la bendiga, Neli! 

MEIMEI

(Recibida por Célia X. de Camargo, em Rolândia (PR), el 21/09/2015.)


 

                                                                                   



O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita