“Para que una boda
pueda funcionar,
necesario se hace que
ambos compañeros tengan
la boda y su éxito como
el aspecto más
importante de su vida y
merecedor, así pues, de
atención y cuidados. Es
ilusión pensar que la
relación prosigue sola,
sin ser deliberada y
cuidadosamente
cultivada, o aún, que
pueda quedar a los
cuidados de uno sólo de
los compañeros.” 1
En el libro Buena
Nueva2
registra un diálogo del
Maestro con Juana de
Cusa – una de las más
fieles seguidoras.
He ahí un breve resumen
de esa providencial
conversación, en la cual
el Maestro sugiere a
ella que permanezca en
el hogar, junto al
esposo incomprensivo.
Vivía en Cafarnaun y
acompañaba a Jesús en
las predicaciones del
lago”.
Mujer dedicada y de
noble carácter, poseía
verdadera fe, pero no
contaba con el apoyo del
esposo – servidor de los
‘poderosos’ del día –,
más vinculado a los
intereses inmediatistas.
En casa de Simón, ella
busca a Jesús y le
expone sus amarguras y
padecimientos
domésticos. El marido no
toleraba la nueva
doctrina, he ahí que no
‘aceptaba las claridades
del Evangelio’. ¿No
debía imponerle su fe?
Después de oírla
pacientemente, Él le
responde:
“– (...) ¿Tu esposo no
te comprende el alma
sensible? Te comprenderá
un día. ¿Es ligero e
indiferente? Lo amas,
aún así. No te hallarías
conectada a él si no
hubiera para eso razón
justa. Sirviéndolo con
amorosa dedicación,
estarás cumpliendo la
voluntad de Dios (...)
Debes, por el Evangelio,
amarlo aún más. Los
sanos no necesitan de
médico. (...)
Sé fiel a Dios, amando
a tu compañero del
mundo, como si fuera tu
hijo. (...) ¡Vuelve al
hogar y ama a tu
compañero como si fuera
el material divino que
el cielo colocó en tus
manos para que talles
una obra de vida,
sabiduría y amor!...
– ¡Ve, hija!... ¡Sé
fiel!”
Esa ponderada directriz
le había dado
resignación y nueva
dimensión para su vida.
Buscó olvidar las
características
inferiores del marido y
observar lo que él
poseía de bueno,
estimulándolo a
desarrollar sus virtudes
potenciales.
Reveló, así, que aquel
que ama y comprende más
debe extender las manos
para auxiliar al que es
frágil en la fe,
descendiendo al nivel de
su comprensión.
Le nació un hijito, que
le duplicó los trabajos.
Con los años, desarrolló
su fe y sus
conocimientos.
Persecuciones políticas
llevaron al marido a las
deudas, al sufrimiento y
a la muerte.
Juana soportó todas las
desdichas. Olvidó el
confort de la nobleza
material.
Se dedicó a los hijos de
otras madres y se ocupó
con los más subalternos
quehaceres domésticos,
para que su hijito
tuviera pan.
Y la bella página sigue
comentando otros hechos
relevantes de la vida de
esa extraordinaria
mujer, que supo vivir
cómo cristiana y, al
final, en Roma,
entregarse al martirio,
por fidelidad a Jesús y
a su Doctrina de Amor.
¿QUÉ ES UM HOGAR?
“El hogar supone un
puerto, un lugar de
abrigo, la
representación material
de una Morada, un
domicilio para el
desarrollo de las
relaciones espirituales,
mentales y morales de
aquellos que lo habitan,
como imagen del que
será, más adelante, el
hogar celestial, en el
reino de los cielos.”
3
¿Es posible construir el
hogar ideal? ¿Hay
fórmulas? ¿Hay recetas?
¿Cuáles son los
objetivos de la boda?
¿Cuáles ideales miman
las parejas al formar
los propios hogares? ¿Que
buscan?
¿Será sólo la
perpetuación de la
especie humana?
La boda nos propicia la
formación de un hogar,
que es laboratorio donde
Dios nos educa para el
ejercicio del amor
universal.
No es algo acabado; es
construcción de todos
los días. No se concluye
al final de las
ceremonias que lo
envuelven. ¡Es a partir
de aquel momento que él
efectivamente se inicia!
Sin embargo su
importancia para las
parejas y la comunidad,
no nos preparamos
debidamente para
vivirlo, como sería
ideal, he ahí que
requiere concordancias
constantes, porque reúne
a personas con
formaciones diferentes y
aproxima familias hasta
con ideas opuestas sobre
la vida. Lo que es
natural para uno, agrede
al otro.
Sin mutuas concesiones,
cosas banales buscan
puntos de discordia.
Todo se transforma en
apreciación
desfavorable.
La intolerancia genera
implicaciones en cuanto
al posicionamiento a la
mesa; al modo de
masticar; a la altura de
la voz; a la manera de
vestirse o de peinarse.
La indisposición al
diálogo conduce a la
soledad a dos – tal vez
la más perversa de las
formas en que ella se
presenta –, o al
divorcio.
Bien comprendido, es
instrumento que favorece
la evolución moral de
los seres.
Nos permite vencer el
egoísmo.
Antes de el, predomina
el pronombre "mío";
ahora pasa a ser el
nuestro ".
De ahí la importancia
del diálogo, para
resolver conflictos, que
suceden, a lo largo de
la vida.
En él, importa, también,
dividir la atención,
entrenar la renuncia,
aprender a pasar noches
sin dormir, tropezar en
paños sucios, correr
para el médico en las
horas más impropias,
perder la película que
nos gustaría ver; la
novela; el telenoticias
o el espectáculo
deportivo. Finalmente,
debemos prepararnos para
sustituir hábitos
arraigados.
EL CASAMIENTO Y EL
ESPIRITISMO
En la Doctrina Espírita
no hay ceremonias de
bodas, bautizados, o
formalismos de cualquier
naturaleza. el se
realiza por la unión
civil, en la forma de la
Ley, que busca asegurar
el derecho de las partes
y de eventuales
descendientes.
En los casamientos, nos
unimos en oración, a
favor de la pareja y de
sus familias.
“(...) los consorcios
humanos están previstos
en la existencia de los
individuos, en el cuadro
oscuro de las pruebas
expiatorias, o en el
acervo de valores de las
misiones que regeneran y
santifican.” 4
“(...) hay boda de amor,
de fraternidad, de
pruebas, de deber
(...).”
5
“Tan solamente en la
base de la indulgencia y
del perdón recíprocos
(...) conseguirán el
compañero y la compañera
del hogar el triunfo
esperado, en las luchas
y compromisos que
abrazan, abriendo a sí
mismos la puerta de la
paz y la luz de la
liberación.”
6
El casamiento “Es un
progreso en la marcha de
la Humanidad.”
7
“El casamiento, según
las miras de Dios, debe
fundarse en el afecto de
los seres que se unen.”
7
“(...) ¡cuántos no son
los que creen amar
perdidamente, porque
sólo juzgan por las
apariencias, pero que,
cuando son obligados a
vivir con las personas,
no tardan en reconocer
que no pasaba de un
entusiasmo material!
(...)
Hay dos especies de
afecto: la del cuerpo y
la del alma, tomándose
muchas veces una por la
otra. El afecto del
alma, cuando es puro y
simpático, es duradero;
el del cuerpo es
perecedero. He ahí por
qué, con mucha
frecuencia, los que
juzgaban amarse
eternamente acaban por
odiarse, desde que la
ilusión se deshaga.”
7
“¡Cuántas uniones
infelices, porque
resultaron de un cálculo
de interés o de vanidad,
y en las cuales el
corazón no tomó parte
alguna!” 8
“(...) el
casamiento humano es uno
de los más bellos actos
de la existencia en la
Tierra.”
9
“Ningún corazón puede
vivir normalmente sin
compañía.
Mirar, gesto y palabra
(...) tienen
significaciones
profundas para la
garantía de la
felicidad.” 10
EL CASAMIENTO Y LA
REENCARNACIÓN
El marido que no cumple
es el que inclinamos a
la crueldad y a la
mentira, en el pasado.
La esposa desequilibrada
es la que relegamos a la
necesidad y al vicio, en
outra existencia física.
(Continúa
en el próximo número.)
Referências:
1. DIAS DA SILVA, MA.
Quem Ama Não Adoece.
5. ed. São Paulo:
Editora Best Seller,
1994. p. 283.
2. XAVIER, F. Cândido.
Boa Nova. Pelo
Espírito Humberto de
Campos. 13 ed. Rio de
Janeiro: FEB, 1979.
Cap. 15, p. 99 a 104.
3. MCGAREY, Gladys y
William.
Revelaciones de Edgar
Cayce sobre el amor y la
familia.
Madrid: EDITORIAL EDAF,
S. A., 1989. Cap. 16, p.
245. Tradução livre, do
Espanhol.
4. XAVIER, Francisco C.
O Consolador.
Pelo Espírito Emmanuel.
7. ed. Rio de Janeiro:
FEB.1977. Q. 179.
5. XAVIER, Francisco C.
Nosso Lar. Pelo
Espírito André Luiz. 25.
ed. Rio de Janeiro: FEB,
1982. Cap. 38, p. 212.
6. XAVIER, Francisco C.
Vida e Sexo. Pelo
Espírito Emmanuel. 6.
ed. Rio de Janeiro: FEB,
1982. P. 60.
7. KARDEC, Allan. O
Livro dos Espíritos.
Trad. Evandro Noleto
Bezerra. 1ª edição
Comemorativa do
Centenário. Rio de
Janeiro: FEB, 2006. Q.
695; 701 e 939,
respectivamente.
8. KARDEC, Allan. O
Evangelho segundo o
Espiritismo. Trad.
Evandro Noleto Bezerra.
2. ed. Rio de Janeiro:
FEB, 2013. Cap. V, it.
4.
9. XAVIER, Francisco C.
Os Mensageiros.
Pelo Espírito André
Luiz. 12. ed. Rio de
Janeiro: FEB, 1980. Cap.
30, p. 160.
10. VIEIRA, Waldo.
Sol nas Almas. Pelo
Espírito André Luiz. 3.
ed. Uberaba: CEC, 1974.
Cap. 37, p. 111.
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