WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Editorial Português   Inglês    
Año 7 325 – 18 de Agosto de 2013
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 


La parábola de los talentos
y lo que hemos hecho


Hace algunos años vino a hablar en nuestra región un renombrado orador espirita radicado en la Capital de São Paulo. En una de las ciudades donde él profirió vibrante conferencia el público presente fuera bien pequeño; no había en el recinto más de diez personas.

Terminada la conferencia, un amigo, que había llevado el orador hasta aquella localidad, habló del asunto y lastimó el hecho. Al fin y al cabo, el visitante viniera de lejos, dejara sus quehaceres y la comodidad del propio hogar y, no obstante, las personas de la ciudad no valoraron, como deberían, su presencia.

Así que oyó tales palabras, el orador se volvió para el amigo y le dijo: ¿“Usted sabe para cuántas personas Cairbar Schutel hablaba en el inicio de sus tareas en la mies espirita? ¿Y Chico Xavier? ¿Cuántas veces leyó y comentó el Evangelio para un sala vacía? ¡Hombre!, ¿Si Cairbar y Chico pasaron por eso, quién somos nosotros para lastimar tales cosas?”.

Ese asunto fue suscitado debido a un hecho muy común que ocurre en las lides espiritas, donde trabajadores diversos – conferenciantes, coordinadores de estudio, evangelizadores y cooperadores en general – desisten de determinada tarea debido al número diminuto de personas o de niños que comparecen a la actividad que realizan.

El voluntario de la tarea espirita empieza muchas veces con todo entusiasmo, pero enseguida desanima, entendiendo que no vale la pena desplazarse de su hogar para participar de una actividad que considera sin importancia…

En la conocida parábola de los talentos, apuntada por Mateo en el cap. 25, vv.14 a 30 de su Evangelio, hay un pasaje que deberíamos tener siempre a la vista.

Nos referimos a la frase que fue dicha por el Señor a su siervo: “Servidor bueno y fiel; pues que fuiste fiel en poca cosa, te confiaré muchas otras; comparta de la alegría de tu señor”.

Cuando somos invitados a trabajar en la mies cristiana, no importa cuántos adultos o cuantos niños iremos atender. Lo que importa es nuestra participación, es nuestro empeño, es la buena voluntad con que realizamos la tarea, porque todo trabajo hecho con amor y abnegación tiene igual peso, sea en una gran institución localizada en la Capital de la República, sea en una sencilla casa espirita situada en la periferia de cualquiera de una de las ciudades de Brasil o del exterior.

Siendo fiel en el cumplimiento de la tarea que suponemos humilde o sin importancia, estaremos preparándonos para tareas más complejas o de mayor responsabilidad que un día ciertamente nos serán delegadas.  




 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita