Muchos trabajadores de la Doctrina, así como de otras estructuras religiosas, siempre enfrentan estos dilemas:
 

• ¿Cuándo me voy a dedicar al trabajo espiritual y cómo conciliar eso con la profesión?
• 
  ¿Cómo conciliar profesión, familia, cambios interiores, trabajo espiritual y convivencia social?

Parece fácil la respuesta, pero no es. Creo que nadie en el mundo tiene uma respuesta objetiva y simple para esa decisión.

Existen respuestas basadas en contextos psicológicos, filosóficos e incluso de orden práctico, pero nuestro objetivo es intentar llegar a un punto de equilibrio en nuestro análisis, pero en un contexto espírita-cristiano.

Todos nosotros buscamos salud y prosperidad. Salud es a buen seguro una bendición de Dios, pero cuando no estamos equilibrados, sea mentalmente, psicológicamente o espiritualmente, nosotros podremos tener problemas de salud que pueden aparecer para “llamarnos la atención de que algo no está bien”.

A buen seguro que no es solamente con la salud física que vamos a encontrar el equilibrio en nuestras vidas, incluso porque encontramos en la vida muchas personas “saludables físicamente” pero vacías, sin ningún contenido más profundo.

Nosotros somos seres que tenemos várias particularidades y necesitamos de salud, espiritualidad, trabajo con objetivo de realizaciones personales y, claro, relaciones, convivencia social y también la buscada prosperidad.

¿La prosperidade es incompatible com la evolución espiritual?

Aprendemos dentro del mundo de la religiosidad un punto polémico en el cual la prosperidad muchas veces es vista como algo nocivo a nuestra evolución espiritual y que deberíamos limitarnos a la vida sin recursos financieros, o sea, siempre nos fue enseñado a permanecer en una posición simple en el aspecto material, pues tendríamos dificultades en evolucionar envueltos en una vida más compleja y cargada de aspectos o compromisos sociales y financieros.

La dedicación a un trabajo espiritual, la necesidad de reforma íntima con amor y todos los sentimientos nobles, así como el trabajo profesional con objetivo de la subsistencia, prosperidad y realización personal, necesitan trabajar en conjunto y ellas se funden en una única cosa – la evolución de nuestro Espíritu.

Cuando hablamos de prosperidad el asunto toma un rumbo interesante, sino veamos: 
 

• Prosperidad real es fruto de un trabajo digno, no la riqueza obtenida de forma menos digna, sino de recursos obtenidos por el trabajo correcto que nos da la satisfacción del deber realizado y el placer en realizarlo.
   

• No se hace necesario que el ser sea espírita, espiritualista o religioso de cualquiera segmento, pero necesario se hace que sea íntegro, responsable, honesto, que haya conciencia de los que están debajo de él con el mismo respeto que él tiene para con los que están por encima de él.
   

• Prosperidad plena requiere que dentro de nosotros tengamos el concepto más profundo de cualidad total. Pero la pregunta es: ¿Que sería cualidad total en una visión espírita?

En lo tocante al prójimo, ¿Jesús qué nos recomendo?

En ese punto hablan más altas las palabras de Jesús cuando nos propone: “Hacer a los otros lo que nos gustaría que fuera hecho para nosotros”.

En ese principio resume todo y cualquier concepto mayor sobre trabajo responsable y, por lo tanto, sin ninguna duda, la obtención de prosperidad perenne.

• Humildad para entender nuestros limites y ahogar el orgullo para solicitar ayuda;
   

• Realizar nuestras responsabilidades con amor y, así, tendremos a buen seguro una mayor eficacia y eficiencia y eso con mucha más satisfacción con los resultados obtenidos;
   

• No sentiremos culpa si el resultado final no alcanza los objetivos, o el punto deseado, porque estaremos con la conciencia tranquila;
   

• El tan hablado vacío existencial vá a pasar lejos de nosotros, pues temos mucho más que pensar, analizar y realizar;
   

• De la más simple actividad a la más compleja, vamos a actuar, trabajar, y siempre buscar hacer con amor, dedicación y responsabilidad.

Se habla mucho en la Doctrina Espírita con relación a pedir ayuda a la Espiritualidad a través de la plegaria para nuestras dificultades de salud, emocional y sentimental. ¿Por qué no podemos pedir que los mentores mayores nos den también ayuda profesional a través de la intuición? Si estamos en el camino correcto, com seguridade esa ayuda vendrá.

“Dios trabaja siempre, ¿por qué yo no voy a trabajar?” – dijo una vez el Maestro Jesús.

La mediumnidad no es exclusividade del Espiritismo

Emmanuel dijo cierta vez: “Quién tiene objetivos elevados en sus actividades, jamás vá resvalar en un fracaso infeliz”. Podemos hasta no llegar adónde nos gustaría llegar, pero sabemos que existe Dios, que está viendo todo por un punto diferente, y que a veces no es aún la hora, o sería mejor ser de la forma que quedó, u otros preparativos que muchas veces huyen a nuestra comprensión. Tengamos paciencia para aceptar lo que no puede ser cambiado y seguir adelante siempre.

Dedicación al trabajo profesional y dedicación al trabajo espiritual pueden ser perfectamente realizadas en conjunto cuando nos pongamos a estudiar las prioridades, verificar dentro de nosotros lo que realmente buscamos, trazar metas mayores para nuestras vidas siempre. Recordar que Paulo de Tarso trabajaba como tejedor para su subsistencia y por la noche realizaba su trabajo espiritual redentor, siendo un marco para la humanidad.

El espírita sabe que existe una herramienta importante en la vida para ayudarnos y se llama mediumnidad. No la mediumnidad ostensiva, sino la que existe en estado sutil dentro de nuestro ser.

Debemos entender que la mediumnidad no es singularidad del Espiritismo o del Centro Espírita, sino una capacidad humana que está con nosotros a todo instante y podemos, pues, usarla para conectarnos al Mundo Mayor y obtener la ayuda, de forma intuitiva, para la solución de todas las dificultades, en la medida de nuestros méritos y de nuestro esfuerzo personal.

Amor, humildad, paciencia, perseverancia, coraje y tantos sentimientos nobles son para el Espíritu prácticar en todo momento de la vida, sea en la vida espiritual, en la vida física dentro del hogar, en la casa espírita, en la sociedad y, ¿por qué no?, en el ambiente profesional.

Vamos a vivir cada día.

Cada experiencia em nuestra vida puede y debe sumar en la estrutura espiritual de cada uno de nosotros.

Aprender siempre, amar el prójimo y a nosotros mismos, y, claro, trabajar siempre en todos los sentidos de la vida. Que la paz del Maestro Jesus esté con todos nosotros.

Bibliografia:

O Evangelho segundo o Espiritismo (Allan Kardec)

O Livro dos Espíritos (Allan Kardec)

O Ser Consciente (Joanna de Ângelis, psicografado por Divaldo Franco)

Amanhecer de uma nova era (Manoel Philomeno de Miranda, psicografado por Divaldo Franco)

Segurança Mediúnica (Miramez, psicografado por João Nunes Maia)

A Vida de Compaixão (Dalai Lama)