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Año 10 - N° 461 - 17 de Abril de 2016
ORSON PETER CARRARA 
orsonpeter@yahoo.com.br   

Matão, São Paulo (Brasil)
 
Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com
  

 
Artur Valadares de Freitas Santos: 

“El mensaje de Cristo requiere ser conocido, meditado,
sentido y vivido”

Estudioso de los textos evangélicos, el cofrade nos habla sobre el método que utiliza para despertar el interés por el estudio y la investigación de los Evangelios
 

Nacido en cuna espírita, natural de Patrocínio (MG) y residente de Sãn Carlos (SP), graduado y con Maestría en Ingeniería Mecánica, actualmente estudiando el Doctorado en la misma área, Artur Valadares de Freitas Santos (foto) participa en la institución espírita Obreiros do Bem en la ciudad donde reside, con actividades en el departamento

de divulgación de la institución y en la coordinación del Núcleo de Estudio e Investigación del Evangelio (NEPE) “Paulo de Tarso”. Demostrado un gran interés por el estudio y la investigación de los textos de los Evangelios, nos habló sobre ese tema en la entrevista siguiente.

¿Cuál es la mejor manera de investigar y estudiar las enseñanzas y parábolas de Jesús?

Pienso que un primer paso esencial es el estudio, profundo y metódico, de las obras de la codificación espírita. Esa base es fundamental para que podamos tener una visión lúcida y coherente con respecto a los pasajes del Evangelio, buscando renovar los conceptos que traemos del pasado con relación a Cristo, su mensaje y sus continuadores. Otro punto importante es el estudio de las obras complementarias producidas sobre el tema a través de médiums avalados como Francisco Cándido Xavier y Divaldo Franco, dentro de las cuales destacaríamos las de la autoría del Espíritu Emmanuel, quien dedicó buena parte de su trabajo psicográfico al desarrollo y el esclarecimiento del estudio del Evangelio a la luz de la Doctrina Espirita. Finalmente, el conocimiento del contexto histórico en el que Cristo estaba inserto, sus costumbres y la sociedad judía de la época, así como el Antiguo Testamento, es también de gran relevancia para una comprensión más completa de las enseñanzas de Jesús. Con ese marco, estamos aptos para analizar, con buen sentido y de manera segura y ponderada, las informaciones provenientes de las más diversas fuentes religiosas, filosóficas y científicas, buscando extraer de ellas lo que pueda agregarse al estudio, como nos lo recomienda el mismo El Libro de los Espíritus en sus preguntas 627 y 628.

¿De dónde le surgió el gusto por el estudio e investigación alrededor de los textos del Nuevo Testamento?

Desde la infancia me sentía muy atraído por este tipo de estudios. En la casa que asistí en Patrocínio (MG), cuando niño y adolescente, recuerdo haber asistido a las conferencias del querido cofrade Simão Pedro, donde eran presentados y comentados pasajes del Nuevo Testamento y cómo eso me despertaba una profunda emoción y un interés por conocer más sobre el tema. A partir del 2013 comencé realmente a involucrarme en el movimiento espírita y, con el lanzamiento de la traducción del Nuevo Testamento por el cofrade Haroldo Dutra Dias, en conjunto con las conferencias dirigidas a ese tema proferidas por él y otros compañeros, comencé a interesarme aún más por el tema y desde entonces no paré de estudiar y de buscar profundizar al respecto.

Las historias y relatos, referencias y ejemplos anotados por los evangelistas, ¿traen algo más además de las letras?

Sí, primero porque una de las características del propio lenguaje y cultura semitas, así como las tradiciones rabínicas de la época, era la transmisión de las enseñanzas de manera intuitiva y simbólica, un reflejo de la tradición milenaria de transmisión oral del conocimiento. Además, debemos tener en cuenta la inspiración espiritual del Plano Superior durante el proceso de redacción de los textos del Evangelio, como Emmanuel nos esclarece en el libro A Camino da Luz. Con la ayuda de las obras básicas y complementarias de la Doctrina Espírita, en especial de la colección Fuente Viva de Emmanuel/Chico, podemos percibir de manera más profunda la dimensión de la riqueza espiritual oculta detrás de los velos de las letras. Uno de los mayores colaboradores para este tipo de estudio fue el querido cofrade, expresidente de la UEM, Honório Onofre de Abreu. Él, por su metodología de estudio, con varios ejemplos prácticos de cómo extraer de los textos el espíritu imperecedero de las enseñanzas de Jesús. 

¿Por qué Jesús usó esa didáctica? ¿Qué deseaba alcanzar?

Como dice el propio Kardec en El Evangelio según el Espiritismo,  los puntos esenciales de la doctrina de Cristo siempre fueron claros y explícitos, como por ejemplo, la posición de la caridad y la humildad como elementos fundamentales en el proceso de iluminación espiritual. Los demás puntos fueron trabajados por Jesús, por lo menos para el gran público, de manera velada, porque sabía que sólo el tiempo podría traer una madurez más adecuada para la comprensión de determinadas verdades espirituales que necesitaban un desarrollo científico y filosófico del espíritu humano que iría a ser alcanzado. Mientras tanto, todas esas verdades están incluidas de manera alegórica y simbólica en sus enseñanzas y cada espíritu puede, en su tiempo, comprenderlas, si se esfuerza para ello. Son como semillas, aguardando el momento propicio para la germinación.

¿Qué tipo de sentimientos lo envuelven en los descubrimientos que resultan de las investigaciones de los textos de estas enseñanzas? ¿Y cómo transforma eso motivación para transmitirlo en los estudios que coordina en las conferencias que ofrece?

El sentimiento es siempre el de una gran alegría y gratitud inmensas, pues percibimos cuánto hemos sido amparados y conducidos espiritualmente por ese amor inconmensurable que nos envuelve desde los inicios de nuestra evolución. Siempre que nos dedicamos al estudio y a la meditación sobre las enseñanzas de Jesús, nos sentimos como si estuviéramos nuevamente en la Galilea de aquellos tiempos, oyendo acompañando al Maestro mismo en su peregrinación por la Tierra. A partir de allí, surge naturalmente el deseo de compartir aquello que pudimos comprender y sentir en este proceso, lo que hemos buscado hacer por medio de los grupos de estudio y de las conferencias.

En los grupos que coordina, ¿hay un interés más calificado alrededor de esas investigaciones y estudios?

Primero, tuvimos que establecer un método de estudio que propiciase, en los demás miembros del grupo, el surgimiento de este interés por la investigación, participación y colaboración, responsable de retornar esa experiencia del estudio tan enriquecedora. Al inicio no siempre es fácil, porque la tendencia que observamos en muchos grupos de estudio es que ocurra una adaptación, en la que sólo algunos pasan a ser responsables por la investigación y transmisión del conocimiento, mientras que los demás se colocan en la postura de receptores. Sin embargo, ese esfuerzo por desarrollar un espíritu de equipo, en el que todos colaboran y aprenden juntos, ha dado buenos resultados, y esperamos lograr establecer en el 2016 una participación aún más efectiva de cada miembro del grupo.

¿Cuál es la mejor didáctica para despertar el interés por el estudio y por la investigación?

Tratamos de hacer algo muy dinámico y participativo, mostrando al grupo como se hacen las investigaciones bibliográficas y la preparación del material de estudio. Buscamos también vincular siempre las enseñanzas de las tres revelaciones, de manera que pueda demostrar cómo cada una de ellas forma parte de un proceso pedagógico más amplio, coordinado por Cristo y sus propuestas. Además, el descubrimiento lo que está detrás de los símbolos y alegorías es un gran estímulo para todos. Podemos percibir el brillo en los ojos de cada uno cuando se comprende un pasaje antes oscuro. El estudio en formato de mesa redonda, valorando el debate fraterno y el intercambio de ideas, hace también que cada uno se sienta parte integrante e importante en el proceso de aprendizaje colectivo.

¿Algo resaltante de sus experiencias que nos puede contar?

Lo que más me ha marcado en el desarrollo de los estudios y de las conferencias es percibir cuánto la figura de Jesús, aun a través de tanto tiempo, continúa tocando el corazón de las personas y cuánto éstas se sienten atraídas por él y por su mensaje. También observo cómo quedan impresionados al percibir la belleza y la profundidad de las enseñanzas que existen más allá de los símbolos y de las parábolas. Pero más que nunca, he certificado la importancia del Maestro en nuestra vida cotidiana, como sustento de nuestro equilibrio interior y como orientador de nuestra conducta en búsqueda de la paz legítima, que surge de una conciencia tranquila y del servicio en el bien.

¿Algo más que le gustaría añadir?

Me gustaría recordar algunas palabras de Alcíone, que ya se utilizaban en aquella época, junto con el Padre Damiano (Emmanuel), sobre esa metodología de estudio más profundo del Evangelio. Según ella, “el Evangelio, en su expresión total, es un vasto camino ascendente, cuyo fin no podemos percibir, legítimamente, sin el conocimiento y la aplicación de todos los detalles. [...] El mensaje de Cristo requiere ser conocido, meditado, sentido y vivido”. Así queda establecida una ruta, en cuatro etapas esenciales, en la cual el conocimiento es sólo la primera de ellas.  Eso es importante para que no nos olvidemos de que todo el estudio del Evangelio sólo será efectivamente útil y significativo en nuestras vidas si volviéramos nuestra vivencia coherente con lo que hemos estudiado y aprendido.

Sus palabras finales.

Para finalizar, creo que sería oportuno resaltar la importancia de buscar cada vez más ese contacto íntimo y esa comunión con el Maestro y su mensaje, esforzándonos por adecuar nuestras vidas a su propuesta, sobre todo en estos momentos tumultuosos por los cuales pasamos colectivamente. Más que discípulos que conozcan sus enseñanzas, Jesús requiere de aquellos que estén dispuestos a vivirlos, siendo “la sal de la tierra” y “la luz del mundo” para una Tierra en momentos de profunda transformación. Que Él nos bendiga y nos sustente en esta jornada por los caminos que nos dejó. ¡Paz y bien!

 

 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita

 

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