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Año 9 - N° 458 - 27 de Marzo de 2016
VICTOR PASSOS
caminheirodapaz@gmail.com
Viana do Castelo, Portugal
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Victor Passos

Levantando el velo de la eutanasia
 


A la luz del Espiritismo no hay explicación
que justifique la eutanasia

 
Este es um tema que ahora comienza a agitar de nuevo a los ciudadanos portugueses, principalmente por las preocupaciones que el levanta, sean de ética médica, así como de concepto de opción. Intentaremos con este artículo mostrar que es preciso percibir el contenido de lo que hablamos o hacemos, a fin de que después no creemos fragilidades para nosotros mismos y, con eso, problemas concienciales.

Antes de cualquier referendu y su respuesta debemos buscar así aquello en lo que nos metemos.

Cuando hablamos en término de una vida, várias son las concesiones a verificar, sea en el concepto, sea en la posición.

Todos ya oyeron hablar de Distanásia y Ortotanasia. Desvelemos estas situaciones relacionadas con el término de la vida.

Distanasia significa el capricho terapéutico para adelantar una muerte iminente.

Ortotanasia constituya la muerte en su processo natural, sin prolongarse el tratamento del individuo enfermo.

La eutanasia es la práctica por la cual se abrevia la vida de un enfermo incurable de manera controlada y assistida por un especialista.
En primer lugar, es importante ressaltar que la eutanasia puede ser dividida em dos grupos: la “eutanasia activa” y la “eutanasia pasiva”. Aunque existan dos “clasificaciones” posibles de eutanasia, esta en sí consiste en el acto de facultar la muerte sin sufrimiento a una persona cuyo estado de enfermedad es crónico y, por tanto, incurable, normalmente associado a un inmenso sufrimiento físico y psíquico.

La “eutanasia activa” cuenta con un delineado grupo de acciones que tienen por objetivo poner término a la vida, em la medida en que es preparada y ajustada entre el enfermo y el professional que va a llevar a término el acto.

La “eutanasia pasiva”, a su vez, no instiga intencionadamente la muerte, no obstante, con el passar del tiempo, conjuntamente con la interrupción de todos y cualquier cuidado médico, farmacológico u otros, el enfermo acaba por falecer. Son vencidas todas y cualquier acción que tenga como fin prolongar la vida. No hay por eso un acto que provoque la muerte (tal como em la eutanasia activa), pero tampoco no hay ninguno que la impida (como en la distanasia).
 
Diferencia entre eutanasia y “suicidio asistido”
 
Es importante distinguir eutanasia de “suicidio asistido”, en la medida en que en la primera es una terceira persona que la ejecuta, y em el segundo es el próprio enfermo que provoca su muerte, aunque para eso disponga de la ayuda de terecros.

Etimologicamente, distanasia es lo opuesto de eutanasia. La distanasia defiende que deben ser utilizadas todas las posibilidades para prolongar la vida de un ser humano, aunque la cura no sea una posibilidad y el sufrimiento se vuelva demasiado penoso.

Notamos que existe una ola de enormes posiciones favorables a la eutanasia. Basta que miremos para el Gobierno a tomar medidas sin pensar em las cosecuencias de estas, con el agravante de querer decidir con sus voces algo que el Pueblo no tomó como opción. Tales posiciones, en la mayoria de las veces, son motivadas por el sentimento de compasión en relación al sufrimiento del enfermo em fase terminal, preso a su cama, con la sentencia dada por el diagnóstico médico de que la situación es irreversible.

Muchas veces, se nota la existencia de intereses ocultos, generalmente relacionados con cuestiones de orden económico-financiero, o la presencia de sentimentos egoístas que llevan a la necesidad de liberar al enfermo, para emanciparse del compromiso y del comprometerse con el mismo.

El contexto materialista es accesorio que recorre la sociedade contemporánea, en relación a la eutanasia, surge como um eflúvio, que libera al ser de un sufrimiento inútil, ya que no existe una posibilidad de cura o de retorno a la consciencia. ¡¿Pero quién sabe el límite de espera de esa situación?!

Esa cuestión, reflejada a la luz del Espiritismo, nos remite al análisis de dos puntos fundamentales: la Reencarnación y la Ley de Causa y Efecto.

La reencarnación es um processo que possibilita el desarrollo intelecto-moral del ser, a través de la pluralidade de las existências, y viabilizar el crecimiento íntimo que generalmente es lento, pero continuo. Sabemos que “La experiência física es un momento muy breve para la conquista de los tesoros insondables de la sabiduría que proviene de Dios”.  

Siendo así, en cada experiencia física el Ser progresa paulatinamente, sea por el dolor o por el amor, en su caminho en busca de la perfección. Luego, la vida es una donación que recibimos, para que podamos cumplir nuestros procesos evolutivos, en una trayectoría ascendente para Dios.

El recorrido de la evolución es lento y muchas veces penoso

El cuerpo es el aparato bendito que posibilita la existencia para enseñanza redentora de la reencarnación. El es inclinado de acuerdo con las matrices del periespíritu que tiene en su registro todos los principios de virtuosismo o las deudas adquiridas por el Ser espiritual em sus sucesivas reencarnaciones. Así, por consecuencia, somos los artesanos de esse valioso aparato, a través del cual seguimos en la marcha con rumbo a la sublimidad. Las diferentes metodologias de las enfermidades por las cuales caímos pueden tener su generación en actitudes menos saludables que abrazamos en la existencia actual, derivadas de las tempestades del pasado.

El recorrido de evolución es lento, muchas veces penoso, sin embargo justo, de acuerdo con las especifidad de cada ser.

“El hombre es el constructor de sí mismo bajo la inalienable observación y el determinismo de las soberanas Leyes... Heredero de las propias experiências, plasma en una etapa el envoltorio de que se revestirá em la próxima, arrodillándose en las dificultades de los remordimientos o elaborando las alas con que, libre, volará em los espacios de la consciência recta.”

Teniendo en cuenta la Ley de Causa y Efecto, el Ser vive en la actual vida las reacciones de sus acciones del pasado, por tanto es el juez de sus actos y, también, responsable por todo lo bueno como de malo que le ocorre. Así, la afliccción humana se constituye en vía de redención espiritual, debido a la imperfección moral del ser. A través de ella, el hombre rescata los compromissos asumidos en el pasado delictuoso, al mismo tiempo en que repara las transgresiones cometidas contra los códigos constituídos por la Ley de la Vida, subiendo em la jerarquia evolutiva y dejando em la retaguardia su primitivismo animal.

Delante de la comprensión y aprovación de la reencarnación, del entendimento de que la justicia es hecha a través del próprio Ser por su proceder, no hay como aceptar la eutanasia. Esta se muestra como delito ante la consciência de la realidade espiritual. No cabe al hombre determinar sobre la vida o muerte de su prójimo, incluso que este se encuentre en extremo sufrimiento, moribundo o en otros tormentos crónicos. Incumbe solamente a Dios precisar la hora del término de la prueba. ¿Quién somos nosotros, para antecipar el tiempo necessário de un rescate edificante? ¿Quién garantiza que el enfermo no pueda restablecerse de forma inesperada? ¿Quién puede afirmar que la ciencia nunca fracasó? ¿Y si la ciência descubre la cura?

Delante del Espiritismo no hay explicación que justifique la utilización de la eutanasia; tenemos que respetar la vida humana hasta el último suspiro y, más allá de el, en la verdadeira vida – la espiritual.

Defender la eutanasia es una equivocación

Cuando el hombre fuera inspirado por la fe verdadeira, entenderá la real definición del dolor y de la conmiseración, y la eutanasia no será más motivo de disputa e inquietude, pues las diligencias serán todas traídas em el sentido del auxilio, para que los Hermanos em agonia puedan llegar al término de su marcha terrena desempeñando con éxito sus pruebas y expiaciones, para partir em paz rumbo a la liberación total.

Esa, es la opinión de nuestros Hermanos espirituales:

28. Um hombre está agonizante, presa de crueles sufrimiento. Se sabe que su estado es desesperado. ¿Será lícito ahorrarle algunos instantes de angustias, apresurandole el fin?

 

¿Quién os daria el derecho de prejuzgar los designios de Dios? ¿No puede él conducir al hombre hasta el borde del fosso, para de ahí retirarlo, a fin de hacerlo volver en sí y alimentar ideas diversas de las que tenía? Aunque haya llegado al último extremo un moribundo, nadie puede afirmar con seguridad que le haya sonado la última hora. ¿La Ciencia no se habrá enganado nunca en sus previsiones? ¡Si bien hay casos que se pueden, con razón, considerar desesperantes; pero, si no hay ninguna esperanza fundada de um regresso definitivo a la vida y a la salud, existe la posibilidad, probada por numerosos ejemplos, de el enfermo, em el momento mismo de exalar el último suspiro, se reanima y recobra por algunos instantes las facultades! Pues bien: esa hora de gracia, que le es concedida, puede serle de gran importancia. Desconoceis las reflexiones que su Espíritu podrá hacer en las convulsiones de la agonia y cuántos tormentos le puede ahorrar un relámpago de arrepentimiento. El materialista, que apenas ve el cuerpo y en ninguna cuenta tiene el alma, es inadaptado a compreender esas cosas; el espírita, sin embargo, que ya sabe lo que passa em el más allá de la tumba, conoce el valor de un último pensamiento. Aminorad los últimos sufrimiento, en cuanto pudierais; pero, guardaos de abreviar la vida, aunque sea un minuto, porque ese minuto puede evitar muchas lágrimas en el futuro. – S. Luis. (El Evangelio según el Espiritismo, cap. V.)


106 - ¿La eutanasia es un bien, en los casos de moléstia incurable?

 

El hombre no tiene el derecho de practicar la eutanasia, en caso alguno, aunque la misma sea la demostración aparente de medida benefactora. La agonia prolongada puede tener la finalidade preciosa para el alma y la moléstia incurable puede ser un bien, como la única válvula de salida de las imperfecciones del Espíritu en marcha para la sublime adquisición de sus patrimonios de la vida inmortal. Más allá de eso, los designios divinos son insondables y la ciencia precária de los hombres no se puede decidir en los problemas transcendentales de las necessidades del Espíritu. – Emmanuel (El Consolador, obra psicografiada por Francisco Cándido Xavier.)

Encobrir la eutanasia es, sin más ni menos, hacer la defensa de un crimen. No desmoralicemos la civilización contemporánea con el elogio del homicidio. Una existencia humana, aunque irremisiblemente conmovedora por el dolor y socialmente inútil, es sagrada. La vida de cada hombre, hasta su último momento, es um subsidio para la armonía suprema del Universo. No nos hagamos complice con la Muerte. 

 

Bibliografia: 

FRANCO, Divaldo P. Terapêutica de Emergência/Diversos espíritos. Salvador, BA: Livr. Alvorada, 2002.

KARDEC, Allan. O Evangelho segundo o Espiritismo. S. Paulo: Livr. Allan Kardec. 1970.

XAVIER, Francisco C. Justiça Divina/Emmanuel. Rio de Janeiro. FEB, 1962. XAVIER, Francisco C. (EMMANUEL - O Consolador)     


Victor Manuel Pereira de Passos, escritor e palestrante, é membro da Associação Espirita Paz e Amor, em Viana do Castelo, Portugal.
 



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita