WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Editorial Português   Inglês    
Ano 8 - N° 385 - 19 de Octubre de 2014
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 
 

¡Políticos, todo cuidado
es poco!


Los escándalos de corrupción que están siendo desvelados en las últimas semanas en nuestro país confirman dos tesis que nos obligan a reflexionar seriamente con respecto a los políticos brasileños y de aquello que de ellos podemos esperar.

La primera: el impeachment o destitución de un presidente de la República y la condenación de los llamados mensaleiros en nada sirvieron como ejemplo de lo que no se debe hacer en el ejercicio de un mandato otorgado por el pueblo.

La segunda: muchos políticos, sino la mayoría, por lo menos gran parte de ellos, no temen la justicia humana y, con toda certeza, la justicia divina, como si la vida de una persona se encerrase con la inhumación de su cuerpo.

La situación llegó a tal punto en Brasil, que honestidad e idoneidad moral pasaron a ser aceptadas como virtud, tal es su escasez en la vida política de este país.

Con respecto a la justicia de los hombres, la certeza de la impunidad es la base de la falta de temor con que actúan los políticos corruptos, un hecho incuestionable dado que, entre ellos, son poquísimas las personas que han llegado a los estrados del tribunal. Y cuando eso se da, los condenados reciben penas sencillas, como vimos en el proceso del llamado mensalão, donde los operadores del esquema recibieron penas largas y adecuadas a la gravedad de sus crímenes, no verificándose el mismo con relación a los supuestos mandamases y a los beneficiarios de los recursos desviados.

En lo que se refiere a la justicia divina, quien se dice adepto del Cristianismo debería tener más cuidado. Todo aquél que matar con la espada, de la espada será víctima. A cada uno según sus obras. La siembra es libre, pero la cosecha es obligatoria.

La llamada ley de causa y efecto, que era conocida desde el tiempo de Jeremías, constituye uno de los principios fundamentales de la doctrina espírita y nada más es que la confirmación de lo que Jesús nos enseñó.

No debemos jugar con cosas serias. El pasaje por la experiencia de la vida en un plan material como éste donde vivimos no tiene por finalidad el disfrute o el goce, como muchos imaginan, pero objetivos definidos que no son bueno menospreciar.

De aquello que hagamos aquí tendremos de prestar cuentas y, queramos o no, ese momento del ajuste puede ser bien desagradable. 

Se procesa en este momento en Brasil la definición de los que van a estar delante de la administración pública de la Unión y de las Provincias, como se definió en el inicio del mes la composición de parte del Senado de la República y de las cámaras legislativas de ámbito provincial y federal. 

Nuestro colaborador José Lucas relató hace poco, en  artículo publicado en esta revista, que el conocido médium y orador José Raul Teixeira fue cierta vez proferir una conferencia en una importante ciudad brasileña. Cuando se dirigía, con sus anfitriones, al restaurante donde irían almorzar, en cuanto esperaban que el semáforo abriese para que atravesasen larga avenida, él vio una mujer andrajosa cerca de allí, a buscar comida en un basurero. La escena le causó tamaña impresión que él perdió la voluntad de comer, aunque necesitase hacerlo. Ya en el restaurante, mientras intentaba recomponerse mentalmente, pensando en aquél ser que nada tenía, y él allí en un restaurante con sus amigos, le apareció un Espíritu amigo que lo acompaña en las tareas doctrinarias. El bienhechor espiritual lo tranquilizó, diciendo que mismo que él fuese dar comida limpia para aquella señora, ella recusaría. Y, en breves pinceladas, le narró la historia de aquella mujer, que en esta existencia era la reencarnación de un famoso político brasileño, aun hoy muy conceptuado, que, por haber perjudicado tanto el pueblo, había reencarnado en una condición miserable, debido al mecanismo del complejo de culpa que lo acometió después de la muerte del cuerpo. Volviera así a la existencia corpórea en una condición miserable para aprender a valorar aquello que él tanto despreciara en la vida anterior: las dificultades financieras del prójimo. Curiosamente, el nombre del famoso político a que él se refiriera estaba fijado en la esquina próxima, dando nombre a la avenida, motivo por lo cual aquella mujer, por un mecanismo de fijación inconsciente, no se apartaba del local, donde otrora le prestaron grandes homenajes.       

No se trataba de un castigo divino, pero sí el cumplimiento de la ley de causa y efecto, según la cual cada persona cosecha en la vida aquello que plantó en la vida con sus actos, pensamientos y sentimientos.

En razón de eso y de tantos casos semejantes que deparamos en la literatura espírita, no nos cuesta acordar a los políticos que asumirán en breve sus puestos de trabajo: - ¡Amigos, tomad    conciencia de sus actos: todo cuidado es poco!



 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita