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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Ano 8 - N° 365 – 1º de Junio de 2014

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
 
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 
 

La Génesis

Allan Kardec

(Parte 4)
 

Damos continuidad al estudio metódico del libro La Génesis, los Milagros y las Profecías según el Espiritismo, de Allan Kardec, cuya primera edición fue publicada el 6 de enero de 1868.  Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al  final del presente texto.

Preguntas para debatir

A. ¿Por qué Jesús llama Consolador al Espíritu de Verdad?

B. ¿Por qué el Espiritismo es considerado el Consolador prometido por Jesús?

C. ¿Qué ley revelada por el Espiritismo es considerada como una de las más importantes?

Texto para la lectura

73. Con la reencarnación, desaparecen los prejuicios de razas y de castas, pues el mismo Espíritu puede volver a nacer rico o pobre, capitalista o proletario, jefe o subordinado, libre o esclavo, hombre o mujer. De todos los argumentos invocados contra la injusticia de la servidumbre y de la esclavitud, contra la sujeción de la mujer a la ley del más fuerte, no hay ninguno que supere en lógica al hecho tangible de la reencarnación. Pues, si la reencarnación basa en una ley de la Naturaleza el principio de la fraternidad universal, también basa en la misma ley el de la igualdad de los derechos sociales y, en consecuencia, el de la libertad.

74. Sin la preexistencia del alma, la doctrina del pecado original no sólo sería inconciliable con la justicia de Dios, ya que haría a todos los hombres responsables de la falta de uno solo de ellos, sino que sería también un contrasentido, y tanto menos justificable por cuanto, según esa doctrina, el alma no existía en la época la que se pretende hacer remontar su responsabilidad.

75. El Espiritismo experimental estudió las propiedades de los fluidos espirituales y su acción sobre la materia. Demostró la existencia del periespíritu, intuido desde la antigüedad y designado por San Pablo con el nombre de cuerpo espiritual, es decir, el cuerpo fluídico del alma, después de la destrucción del cuerpo tangible. Se sabe hoy que esa envoltura es inseparable del alma, que es uno de los elementos constitutivos del ser humano, es el vehículo de la trasmisión del pensamiento y, durante la vida del cuerpo, sirve de lazo entre el Espíritu y la materia.

76. El estudio de las propiedades del periespíritu, de los fluidos espirituales y los atributos fisiológicos del alma abre nuevos horizontes a la Ciencia y da la clave de una multitud de fenómenos incomprendido hasta entonces, por falta de conocimiento de la ley que los rige. Tales son, entre otros, los fenómenos de doble vista, de la visión a distancia, del sonambulismo natural y del provocado, de los efectos físicos de la catalepsia y de la letargia, de la presciencia, de los presentimientos, de las apariciones, las transfiguraciones, la transmisión del pensamiento, la fascinación, las curaciones instantáneas, las obsesiones y posesiones, etc.

77. El Espiritismo, lejos de negar o destruir el Evangelio, viene por el contrario a confirmar, explicar y desarrollar, por las nuevas leyes de la Naturaleza, que revela todo cuanto Cristo dijo e hizo; esclarece los puntos oscuros de la enseñanza cristiana, de tal manera que para quienes ciertas partes del Evangelio eran ininteligibles, o parecían inadmisibles, ahora las comprenden y admiten, sin dificultad, con la ayuda de esta doctrina; ven mejor su alcance y pueden distinguir entre la realidad y la alegoría; Cristo les parece más grande: ya no es un simple filósofo, es un Mesías divino.

78. Además, si se considera el poder moralizador del Espiritismo, por la finalidad que asigna a todas las acciones de la vida, por volver casi tangibles las consecuencias del bien y del mal, por la fuerza moral, el valor y los consuelos que da en las aflicciones, mediante la inalterable confianza en el futuro, por el pensamiento de tener cada uno, cerca de sí,  a los seres que amó, la certeza de volverlos a ver, la posibilidad de conversar con ellos; en fin, por la certeza de que todo cuanto se hizo, cuanto se adquirió en inteligencia, conocimientos y moralidad hasta la última hora de la vida, no se pierde, que todo se aprovecha para el adelantamiento del Espíritu, se reconoce que el Espiritismo cumple todas las promesas de Cristo referidas al Consolador anunciado.

79. Si a estos resultados sumamos la rapidez prodigiosa de la propagación del Espiritismo, a pesar de todo lo que se hace para abatirlo, no se puede negar que su venida es providencial al ver como triunfa sobre todas las fuerzas y toda la mala voluntad de los hombres.

80. Es grande el número de afligidos; no sorprende, pues, que tanta gente acoja una doctrina que consuele y la prefiera a las que desesperan, porque el Espiritismo se dirige a los desheredados, más que a los felices del mundo.

81. La primera revelación estuvo personificada en Moisés, la segunda en Cristo, y la tercena no lo está en ningún individuo. Las dos primeras fueron individuales, la tercera es colectiva; ésta es una característica esencial de gran importancia. Es colectiva en el sentido de que no fue hecha o dada como privilegio a ninguna persona; en consecuencia, nadie puede llamarse su profeta exclusivo; fue difundida simultáneamente sobre toda la Tierra, a millones de personas, de todas las edades y condiciones, desde lo más bajo hasta lo más alto de la escala.

82. Las dos primeras revelaciones, al ser fruto de una enseñanza personal, quedaron forzosamente localizadas, es decir, aparecieron en un solo punto, en torno al cual la idea se propagó poco a poco; pero fueron necesarios muchos siglos para que alcanzasen los confines del mundo, sin siquiera invadirlo por completo. La tercera tiene esto de particular: al no estar personificada en un solo individuo, surgió simultáneamente en millares de puntos diferentes, que se volvieron centros o focos de irradiación.

83. Esta circunstancia, sin precedentes en la historia de las doctrinas, le da una fuerza excepcional y un poder de acción irresistible; en efecto, si la persiguen en un punto, en un determinado país, será materialmente imposible que la persigan en todas partes y en todos los países. En contraposición a un lugar donde le pongan trabas a su marcha, habrá otros mil en los que florecerá. Más aún: si la hieren en un individuo, no podrán herirla en los Espíritus, que son la fuente de donde ella proviene. Ahora bien, como los Espíritus están en todas partes y existirán siempre, si por alguna casualidad imposible, consiguiesen sofocarla en todo el planeta, volvería a aparecer poco tiempo después, porque descansa sobre un hecho que está en la Naturaleza y no se pueden suprimir las leyes de la Naturaleza. 

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Por qué Jesús llama Consolador al Espíritu de Verdad?

Al llamar Consolador al nuevo Mesías, Jesús previó que los hombres tendrían necesidad de consuelos, lo que implica la insuficiencia de estos en la creencia que iban a fundar. Tal vez, nunca Cristo fue tan claro, tan explícito, como en esas palabras, a las cuales pocas personas dieron suficiente atención, probablemente porque evitaron esclarecerlas y profundizar su sentido profético. (La Génesis, cap. I, ítems 26 a 28.)

B. ¿Por qué el Espiritismo es considerado el Consolador prometido por Jesús?

El Espiritismo no niega el Evangelio, sino por el contrario, confirma, explica y desarrolla todo cuanto Cristo dijo e hizo, así como esclarece los puntos oscuros de la enseñanza cristiana, de tal manera que  para quienes ciertas partes del Evangelio eran ininteligibles, o parecían inadmisibles, pasan a comprenderlas y a admitirlas al ver mejor su alcance y distinguir así entre la realidad y la alegoría. Ahora bien, si se considera el poder moralizador del Espiritismo, por la finalidad que asigna a todas las acciones de la vida, por volver casi tangibles las consecuencias del bien y del mal, por la fuerza moral, el valor y los consuelos que da en las aflicciones, se reconocerá que cumple todas las promesas de Cristo referidas al Consolador y que, por eso, nos es lícito considerarlo como el Consolador prometido. (La Génesis, cap. I, ítems 30, 41 y 42.)

C. ¿Qué ley revelada por el Espiritismo es considerada como una de las más importantes?

La pluralidad de las existencias. Esa es una de las leyes más importantes reveladas por el Espiritismo, que demuestra la realidad y la importancia del progreso. Con la pluralidad de las existencias el hombre explica todas las aparentes anomalías de la vida humana, las diferencias de posición social, las muertes prematuras y la desigualdad de aptitudes intelectuales y morales, por la antigüedad del Espíritu que aprendió y progresó más o menos, y trae al renacer lo que adquirió en sus existencias anteriores. Con la reencarnación, desaparecen los motivos de los prejuicios de razas y de castas, pues el mismo Espíritu puede volver a nacer rico o pobre, capitalista o proletario, jefe o subordinado, libre o esclavo, hombre o mujer. (La Génesis, cap. I, ítems 34 y 36.) 

 

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita