WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Editorial Português   Inglês    
Año 7 349 – 9 de Febrero de 2014
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 


Cosas que no se dicen
a los niños


Toda vez que se discute el tema de la educación del niño, luego nos viene a la mente el papel de los padres, que son, sin duda alguna, los más interesados en que sus hijos se tornen personas dignas, de buen carácter y conducta sin defecto.

Es necesario entender, no obstante, que son también ellos – los padres – los grandes responsables para que eso ocurra. Al fin y al cabo, la tarea que les fue otorgada no puede  jamás ser descuidada o ignorada, una vez que no se trata apenas de una tarea, pero de verdadera misión.

Atentemos para lo que nos es enseñado en la cuestión n. 582 d’ El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:

582. ¿Se puede considerar como misión la paternidad?

“Es, sin contestación posible, una verdadera misión. Es al mismo tiempo grandísimo deber y que envuelve, más de lo que piensa el hombre, su responsabilidad cuanto al futuro. Dios colocó el hijo bajo la tutela de los padres, a fin de que ellos lo dirijan por la senda del bien, y les facilitó la tarea dando a aquél una organización débil y delicada, que lo torna propicio a todas las impresiones. Muchos hay, no obstante, que más cuidan de enderezar los árboles de su jardín y de hacerlos dar buenos frutos en abundancia, que formar el carácter de su hijo. Si éste viene a sucumbir por culpa de ellos, soportarán los disgustos resultantes de esa caída y compartirán de los sufrimientos del hijo en la vida futura, por no haber hecho lo que estaba a su alcance para que él consiga avanzar en la carretera del bien.”  

Días atrás nos llegó a la mano un texto interesante, titulado 10 cosas que no debemos decir para los niños. Enviado por alguien conectado a la Biblioteca Virtual de la Antroposofía, de Florianópolis-SC, la única información al respecto de su autoría dice apenas que se trata de textos judaicos. Si eso fuese verdad, no existiría en ellos influencia de las ideas cristianas y, obviamente, de las ideas espíritas, hecho que no les retira la importancia y la actualidad, motivo  por lo cual deseamos compartirlos con el lector:

1 – No rotule su hijo de travieso, pesado, lento u otro adjetivo agresivo, mismo que sea en broma. Eso puede hacer con que él se torne realmente eso.

2 – No diga sólo sí. Los no y los porqués son esenciales para el desarrollo del niño.

3 - No pregunte al niño si él quiere hacer una actividad obligatoria o ir a un evento indispensable. Diga apenas que ahora es la hora de hacerlo.

4 – No mande el niño parar de llorar. Si fuese el caso, pregunte el motivo del lloro o apenas pida que mantenga la calma.

5 – No diga que la inyección no va a doler, porque tú sabes que va a doler. A menos que sea gotita, diga que será rápido o  sólo un pinchazo, pero no lo engañe. 

6 – No diga palabrotas. Su hijo va a repetir las palabras malsonantes que oír.

7 – No te rías del error del niño. Hacer chiste con su mal comportamiento o
         errores en el cambio de letras puede inhibir el desarrollo saludable.

8 – No diga mentiras. Todos los comportamientos de los padres son aprendidos por los hijos y sirven de espejo.

9 – No diga que fue apenas una pesadilla y lo mande volver a la cama. Los niños tienen dificultad de separar el mundo real del imaginario. Cuando ocurrir un sueño malo, cálmelo y llévelo para la cama, haciéndole compañía hasta dormir.

10 – Nunca diga que va a marcharse caso no sea obedecido. Amenazas y chantajes nunca son saludables.

Hablando sobre la finalidad de la infancia, enseña el Espiritismo (El Libro de los Espíritus, cuestión 385) que es en esa etapa de la vida que se puede reformar el carácter y reprimir las malas predisposiciones de un niño. Y es precisamente ése el deber que Dios impuso a los padres, misión sagrada de que tendrán que dar cuentas.

Los consejos que arriba reproducimos no agotan el asunto, pero pueden perfectamente ayudarnos en esa misión, cuya eficacia dependerá directamente del esfuerzo y de la dedicación con que la realizamos.



 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita