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Año 7 347 – 26 de Enero de 2014
ANSELMO FERREIRA VASCONCELOS                    
afv@uol.com.br
São Paulo, SP (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Anselmo Ferreira Vasconcelos

Jesucristo: examinando elementos de um liderazgo perfecto
 

(Parte 1)

 
 
Es prácticamente imposible mirar para el legado de Jesucristo y no dejarse fascinar por su marcada personalidad. Aunque vivamos en un planeta extremadamente dividido, donde persisten sociedades heterogéneas, algunas aún dominadas por los vientos del radicalismo y de la intransigencia religiosa, no hay como dejar de admirar la fuerza y los ejemplos que dimanan de su extraordinaria figura. Exaltado por los Espíritus que administran este orbe como el prototipo perfecto1, él continúa amparando a la humanidad a través de sus colaboradores, que nos ayudan con mensajes llenos de sabiduría y apelos importantes para que no desanimemos en esta hora de testimonios que nos caben enfrentar.
 

Corroborando esa comprensión, recurrimos al pensamiento del Espíritu Joanna de Ângelis,  que hace la siguiente afirmación: “Se vive el momento terrestre de la gran transición planetaria. Las fuerzas del bien enfrentan los ejércitos del mal, en lucha cruel y fratricida”.2 No obstante el inmenso paisaje conturbado en que se transformó la Tierra, donde las pasiones disolutas, las actitudes malsanas y las acciones nefastas campean por todas partes, sus llamamientos al cultivo de la paz y armonía continúan a invitarnos a participar del sublime banquete divino por la vía improrrogable e intransferible del cambio interior. Por todo eso, el mensaje del Cristo permanece actualizado y así continuará, pues es atemporal y, siendo así, también transciende el inmediatismo de la vía moderna, que es manchada, por señal, de destructivos valores que crecen por todas partes.


Puesto esto, el Cristo de Dios no sólo se hizo notable por su corto e inolvidable pasaje por este mundo, con sus hechos, milagros y enseñanzas. Gracias a él, tenemos incuestionablementes directrices y caminos sólidos a continuación, que marcan otra faceta de su personalidad: la inigualable capacidad de liderazgo – lo que hace más admirable su figura.


En este ensayo deseamos examinar tal aspecto a través de algunas lentes teóricas y conceptuales exploradas por la ciencia. Bajo esa perspectiva, entonces, buscaremos “encajar”, por lo tanto, lo que es propuesto por ellas y lo que él efectivamente produjo en relación a tal dimensión.


Esperamos, por fin, traer a la luz algunos ejemplos de lo que los libres pensadores sugieren y lo que Jesús realizó, yuxtaponiendo, así, teoría y enseñanza (evidencia).


Nadie en este mundo está libre de dolores y sinsabores
– Aunque el tópico del liderazgo constituya un fascinante objeto de estudio a perderse por las eras del tiempo, solamente a partir del siglo pasado es que el asunto ganó cierto estatus, pasando a ser de interés de la investigación científica.3


De ese modo, cumple inicialmente destacar que “Toda la doctrina de Jesús es formulada con simplicidad y con amor”.4 Dicho de otra forma, todos están aptos a entenderla y, sobre todo, vivirla. A grosso modo, todos nosotros tenemos sed y hambre de espiritualidad y Jesús nos aprovisiona con el poderoso alimento de la fe, del consuelo y de la aclaración objetiva. Finalmente, ¿quién en este mundo podrá afirmar estar libre de dolores y sinsabores por más exitoso y poderoso que sea? Creemos sinceramente que nadie. Actualmente las pruebas y expiaciones nos tocan a las puertas – probablemente una vez más – cobrándonos actitudes y comportamientos equilibrados y actitudes más elevadas.


Siendo tales impositivos parte de la vida, un líder religioso y espiritual serio jamás podrá faltar con la verdad, pues es a través de ella que él construye el pilar de la fe y de la confianza en sus seguidores y simpatizantes. Y Jesús es absolutamente transparente sobre las dificultades – las cruces – del camino, para que nuestra integración absoluta con el Padre Celestial pueda ser alcanzada, es decir, “... quién no toma su cruz, y no sigue después de mí, no es digno de mí” (Mateos, 10:38).  No hay una promesa vana ahí embutida. Hay, sí, pura sinceridad en la cual un líder crea un contexto de confianza.


A propósito, estudiosos de liderazgo observan que “Liderazgo auténtico es fundado en la confianza, y mientras más personas confían en su líder y en cada uno, más asumen ellos riesgos, hacen cambios y mantiene sus organizaciones y movimientos vivos. A través de esa relación, los líderes transforman a sus constituyentes en líderes ellos mismos”. 5


El liderazgo espiritual y su habilidad de inspirar a personas
– Como líder por excelencia, Jesús supo erigir con maestría, en su inolvidable peregrinación, una tesitura de confianza en el corazón de sus apóstoles y seguidores – basada, evidentemente, en su discurso transformador y en la sinceridad de sus propósitos volcados al cambio de la mentalidad del hombre, así como despertándolo para otras realidades transcendentes –, paso fundamental para los desafíos espirituales que estaban desde hace mucho delineados para la humanidad terrena. Conforme sostienen investigadores renombrados, se trata, por tanto, de una característica vital de liderazgo. 6


Dicho eso, la capacidad de cautivar a personas a través de una visión envolvente y arrebatadora surge como una de las más importantes habilidades de un líder. Traducir el componente visionario por medio de enseñanzas sin misticismo y transcendentales, así como influenciar el habito de los liderados en la búsqueda de tal ideal, es una tarea que sólo personas muy especiales pueden realizar.


No obstante el hecho de que considerable contenido del tema del liderazgo esté asociado a las organizaciones modernas y a sus conductores, creemos que, si ensancháramos el pensamiento, podremos ver sus proposiciones y aplicabilidad adecuadas al asunto en pauta. De ese modo, cabe mencionar que muchos pensadores de la actualidad trabajan intensamente en la investigación del liderazgo y sus múltiples vertientes, inclusive la espiritual. En esta última, por señal, hay investigadores que sugieren que el liderazgo espiritual envuelve la habilidad de inspirar a otros a comportarse en consonancia con los más altos valores morales y éticos en la forma como conviven con los otros. Tales valores abarcarían, así, la empatia, la compasión, la humildad y el amor y, como tal, su portador sería movido por un sentido innato de lo que es correcto, independiente de las consecuencias.7


Otro prolífico y conceptuado investigador de esa área, el Dr. Louis W. Fry, acostumbra a definir tal capacidad como “[...] comprendiendo los valores, actitudes y comportamientos que son necesarios para intrínsecamente motivar el propio self y otros de modo que ellos tengan un sentido de supervivencia espiritual a través de la vocación y asociación.8


Es en la fuente más sublime que Jesús se nutre
– Viendo la trayectoria de Jesús por esa lente, se puede, por lo tanto, observar que su motivación intrínseca está, por ejemplo, en su completa identificación y sintonía con el Creador, de cuya voluntad, de hecho, se hace fiel ejecutor: “Yo y el Padre somos uno” (Juan, 10:30), o “Yo hablo de lo que vi junto a mi Padre, y vosotros hacéis lo que también visteis junto de vuestro padre” (Juan: 8:38) o aún “Pero es para que el mundo sepa que yo amo al Padre, y que hago como el Padre me mandó [...]” (Juan, 14:31).


Se ve, pues, que Jesús encuentra en su estrecha conexión con Dios la fuerza espiritual inspiradora y la sabiduría indispensable para iluminar la conciencia humana. Es, en suma, en la fuente más sublime que él se nutre y motiva en la ejecución de su misión.


Más aún, él incorpora colaboradores fieles y determinados que son, por su parte, tocados en el interior del alma por su magnetismo natural y por su retórica enfocada en el cambio interior – primicias de una nueva era, es decir, la de el Espíritu inmortal.


Tan profundamente impactantes (motivadores) fueron tales episodios que, como muy bien describe el Espíritu Amélia Rodrigues, “Para tras quedaban los recelos y las inquietudes. No obstante las intrigas políticas, los celos religiosos, las problemáticas de cada Espíritu, una armonía generalizada identificaba a los Espíritus reunidos en torno del Rabí arrebatador”.9


Añade aún la benefactora: “Sus lecciones eran recibidas como concesiones divinas que penetraban el foco de los sentimientos y descubrían panoramas antes jamás soñados. Cuando marchaban por los inmensos caminos en la siembra del amor, el ritmo de todos formaba una cantinela que parecía resonar más allá de los límites de la tierra que les era querida. Se sentían dominados por extraño y singular entusiasmo. Su presencia les daba desconocido poder y todos parecían dispuestos a cualquiera trabajo, a distinta batalla que estacionaran en las diversas casas de campo”.10  


Un líder espiritual presenta ciertos elementos básicos
– Además de eso, el Espíritu Amélia Rodrigues también observa que “En conversaciones íntimas discutían las razones de por qué los dominaba el extraño magnetismo del Maestro. Si bien su amor constante y la ternura con que los recibía, no pocas veces se revelaba austero, enérgico. Era un comandante que los conducía con seguridad, asumiendo responsabilidad por todos los actos. Jamás disfrazaba la verdad y nunca dejaba perder la oportunidad de enseñar con el altisonante lenguaje del ejemplo. Eran, pues, una perenne primavera de emociones su presencia y su mensaje…”11


Como registra la historia, en el debido tiempo, esas almas profundamente hermanadas al ideal críptico se hicieron “pescadores de hombres”, expandiendo considerablemente su obra. De hecho, se estima que el Cristianismo comprenda en la actualidad algo en torno a 1,9 a 2,1 mil millones de personas, es decir, 29% a 32% de la población


Por otro lado, cabe destacar que un líder espiritual – conforme proponen los investigadores de esa corriente – presenta ciertos elementos básicos tales como: la capacidad de crear una visión en la cual los otros miembros organizadores (seguidores en ese caso) puedan usufructuar de un sentido de vocación (despertar) de tal manera que sus vidas tienen un sentido/significado y, a partir de ahí, pasan a hacer diferencia en el saludo de sus actividades. Bajo esa premisa, el líder establece una cultura social/organizadora estribada en el amor altruista, por la cual líderes y seguidores demuestran auténtica y genuina atención, preocupación y apreciación unos por los otros, generando, así, un sentido de asociación en el cual prevalece el sentimiento de comprensión y respeto.13


La teoría del liderazgo espiritual expresa, bajo muchos aspectos, el clima de auténtica fraternidad y compañerismo que se estableció en la formación del Cristianismo, merce a la acción de un líder dotado de extraordinarias capacidades en esa dimensión de gestión.


En el examen de esa línea de liderazgo se pueden identificar tres grandes constructores (conceptos) bajo los cuales determinadas providencias indispensables se abrigan, a saber:


Visión
. Calidad que abarca, como ya es dicho, un amplio llamamiento a los stakeholders (humanidad en el caso en aprecio); define el destino y la jornada (perfección y plenitud a través de sucesivas encarnaciones para el perfeccionamiento del Espíritu); refleja elevados ideales (valores universales estribados en el amor); encoraja fe/esperanza (combustibles esenciales del camino redentor); y fijación de patrones de excelencia (o bien como brújula).

(Continua na próxima edição desta revista.) 


 

Bibliografia:

 

1. KARDEC, A. O Livro dos Espíritos. Versão Digital. Rio de Janeiro: FEB, 2007, p. 212, questão 625.


2. FRANCO, D.P. (Pelo Espírito Joanna de Ângelis). Ilumina-te. Catanduvas: Intervidas, 2013, p. 89.


3. FRY, L.W.; VITUCCI, S.; CEDILLO, M. Spiritual leadership and army transformation: theory, measurement, and establishing a baseline.
The Leadership Quarterly, v. 16, n.5, p. 836-837, 2005.


4. FRANCO, D.P. (Pelo Espírito Joanna de Ângelis). Ilumina-te. Catanduvas: Intervidas, 2013, p. 159.


5. KOUZES, J.M.; POSNER, B.Z. The leadership challenge. Fourth edition. San Francisco: Jossey-Bass, 2007, p. 21.


6. FRY, L.W. Toward a theory of spiritual leadership. The Leadership Quarterly, v. 14, n. 6, p. 695, 2003; MILLER, W.C. Spiritually-based leadership. In: ZSOLNAI, L (Ed.). Spirituality and Ethics in Management. Dordrecht: Kluwer Academic Publishers, 2004, p. 169; LENNICK, D.; KIEL, F. Moral intelligence: enhancing business performance and leadership success.Wharton School Publishing: Upper Saddle River, 2005, p. 87.


7. GUILLORY, W.A. The living organization: spirituality in the workplace. 2nd Edition. Salt Lake City, UT: Innovations International, 2001, p. 186-187.


8. FRY, L.W. Toward a theory of spiritual leadership. The Leadership Quarterly, v. 14, n. 6, p. 694-695, 2003.


9. FRANCO, D.P. (Pelo Espírito Amélia Rodrigues). Luz do mundo. 8ª edição. Salvador: LEAL, 2003, p. 103.


10. ______.______. p. 103-104.


11. ______.______. p. 104.


12. Religião. Fonte: <http://pt.wikipedia.org/wiki/Religião> Acesso em: 23 out. 2013.

 

13. FRY, L.W. Toward a theory of spiritual leadership. The Leadership Quarterly, v. 14, n. 6, p. 695, 2003.


14. ______. p. 695.


15. LUTHANS, F.; AVOLIO, B. Authentic leadership development. In: CAMERON, K.S.; DUTTON, J.E.; QUINN, R.E. (Eds.). Positive Organizational Scholarship. San Francisco: Berret-Koelher, 2003, p. 243.


16. TOURISH, D.; PINNINGTON. Transformational leadership, corporate cultism and the spirituality paradigm: an unholy trinity in the workplace? Human Relations, v. 55, n. 2, p. 151, 2002.


17. ______. p. 162.


18. Por exemplo, BOOROM, R. Spiritual Leadership: A study of the relationship between spiritual leadership theory and transformational leadership. Unpublished Doctoral Dissertation, Regent University, Virginia Beach, VA, 2009; TWIGG, N.W.; PARAYITAM, S. Spirituality as a determinant of transformational leadership: moderating effects of religious orientation. Journal of Management, Spirituality, and Religion, v. 4, n. 3, p. 326-354, 2007.


19. Leader-member exchange theory = teoria de troca entre líder e subordinado.

 

20. XAVIER, F.C. (Pelo Espírito Emmanuel). Vinha de luz. 4ª edição. Rio de Janeiro: FEB, 1977, p. 248.


21. KORAC-KAKABDASE, N.; KOUZMIN, A.; KAKABDASE, A. Spirituality and leadership praxis. Journal of Managerial Psychology, v. 17, n. 3, p. 169, 2002.


22. VAN DIERENDONCK, D. Servant leadership: a review and synthesis. Journal of Management, v. 37, n. 4, p. 1232, 2011.



 


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