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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Año 4 198 – 27 de Febrero de 2011

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Actos de los Apóstoles

Quinto libro del Nuevo Testamento

Lucas (Discípulo de Pablo)

(Parte 4)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstoles. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate

1. ¿Qué consecuencia tuvo el discurso hecho, en su defensa, por Esteban?

2. Además de haber consentido en la muerte de Esteban, ¿qué conducta tuvo Saulo con relación al trabajo realizado por los discípulos de Jesús?

3. ¿En qué lugar Felipe predicó el Evangelio de Cristo y produjo curas que atraían a la multitud?

4. En el llamado bautismo por el Espíritu Santo, que era procedimiento regular ofrecido a los nuevos adeptos, ¿Pedro y Juan se valían de qué recurso?  

5. Felipe no se quedó mucho tiempo en Samaria. ¿Por qué? ¿Y para dónde fue él?

Texto para la lectura

14. Tabita vuelve a vivir, con la ayuda de Pedro - En Jope había una discípula del Señor llamada Tabita, nombre que significa “Gacela”. Además de generosa en las limosnas que daba, Tabita practicaba buenas acciones y era, por eso, estimada en su ciudad. Ocurrió entonces que ella estaba enferma y vino a fallecer de modo repentino. Como Faena quedaba cerca de Jope, los discípulos oyeron decir que Pedro se encontraba allá y resolvieron llamarlo, diciéndole: “No tardes en venir hasta nosotros”. Pedro, luego que recibió el llamado, partió. Llegado a casa de Tabita, él fue conducido hasta el piso superior, donde se encontraba el cadáver. Muchas viudas, llorando, se aproximaron a él, mostrándole los vestidos y otras ropas que Tabita hacía cuando andaba con ellas. Pedro les pidió que se retiraran del recinto y, una vez solo, se arrodilló y rezó. Después se volvió para el cadáver, diciendo: “Tabita, levántate”. Ella abrió los ojos y, fijándolos en Pedro, se sentó en el lecho. Pedro le extendió la mano y la ayudó a levantarse. ¡Después, llamó a aquellos que estaban próximos y la presentó viva! La noticia corrió por toda Jope y muchos creyeron en el Señor, permaneciendo Pedro durante mucho tiempo en Jope, en la casa de un curtidor de cueros llamado Simón. (Actos, 9:36 a 9:43.) 

15. La visión de Cornelio lleva a Pedro a Cesárea - Había en Cesárea un hombre, de nombre Cornelio, que comandaba el regimiento romano llamado itálico. Religioso y muy bondadoso, Cornelio vio, cierto día, por las tres horas de la tarde, un ángel de Dios entrar en su casa y llamarlo: “¡Cornelio!” Él miró para el ángel y tuvo miedo, pero le preguntó: “¿Qué es, Señor?” El ángel le respondió: “Tus oraciones y tus limosnas llegaron hasta Dios y Él se acordó de ti. Y manda ahora a algunos hombres a Jope para traer a un cierto Simón, llamado también Pedro. Está hospedado en la casa de un curtidor de cueros, un tal Simón, que vive a la vera del mar”. Cornelio hizo lo que el ángel le dijo. En Jope, antes que los mensajeros de Cornelio llegaran, Pedro meditaba sobre el significado de cierta visión que hubo tenido, cuando un Espíritu le informó: “Dos hombres están buscándote. Levántate, desciende y los acompañas sin dudar, pues fui yo que los envié”. Pedro atendió a la recomendación recibida y siguió hasta Cesárea, donde Cornelio lo esperaba. Cuando vio a Pedro, que se preparaba para entrar en su casa, Cornelio fue a su encuentro y cayó a sus pies en actitud de adoración. Pedro hizo, sin embargo, que él se levantara, diciendo: “Levántate, pues también yo soy un simple hombre”.  (Actos, 10:1 a 10:26.)

16. Dios no hace distinción de personas - Después que Cornelio le relató la visión que hubo tenido y el motivo de la invitación a él enviado, Pedro observó: “De hecho, ahora comprendo que Dios no hace distinción de personas; pero todos los que lo adoran y practican el bien son aceptados por él, sea cuál sea su nación. Él envió su mensaje a los hijos de Israel, anunciando la buena nueva de la paz, por medio de Jesús Cristo: es él el Señor de todos”. Dicho esto, Pedro rememoró algunos episodios de la vida y de la obra de Jesús, inclusive los hechos conectados a su resurrección. Y añadió: “Fue él que nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que él fue constituido por Dios como juez de los vivos y de los muertos”. “Todos los profetas dan este testimonio a su respecto: quién crea en él recibirá por su nombre el perdón de sus pecados.” (Actos, 10:34 a 19:43.)

17. El don del Espíritu Santo no es privilegio de ningún pueblo - Pedro aún hablaba, cuando el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban su discurso. Los fieles de origen judaico, que habían ido de Jope con Pedro, quedaron admirados por ver que el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los no-judíos. En efecto, ellos los oían hablar en diversas lenguas y glorificar a Dios. Pedro entonces les habló: “¿Quién podrá rechazar el agua del bautismo a esos, que recibieron el Espíritu Santo de la misma forma que nosotros?” y decidió que fuesen todos bautizados en nombre de Jesucristo. (Actos, 10:44 a 10:48.)

Respuestas a las preguntas propuestas

1. ¿Qué consecuencia tuvo el discurso hecho, en su defensa, por Esteban?

Primero, sus adversarios se enfurecieron; pero, delante de la turba, Esteban, fijando los ojos en el cielo, vio a Jesús, y les dijo: He ahí que veo los cielos abiertos, y el Hijo del hombre, que está en pie a la mano derecha de Dios. Esteban fue, entonces, expulsado y apedreado. (Actos, 7:54 a 7:60.)

2. Además de haber consentido en la muerte de Esteban, ¿qué conducta tuvo Saulo con relación al trabajo realizado por los discípulos de Jesús?

Enseguida a la muerte de Esteban se hizo una gran persecución contra la iglesia de Jerusalén y todos fueron dispersados por las tierras de Judea y de Samaria, excepto los apóstoles. Liderando las persecuciones, Saulo asolaba la iglesia, entrando por las casas y, arrastrando hombres y mujeres, los encerraba en la prisión. (Actos, 8:1 a 8:4.)

3. ¿En qué lugar Felipe predicó el Evangelio de Cristo y produjo curas que atraían a la multitud?

Fue en la ciudad de Samaria que eso se dio. Felipe predicaba el evangelio y las multitudes unánimemente prestaban atención a lo que él decía, porque oían y veían las señales que él hacía. Espíritus inmundos salían de muchos que los tenían, clamando en alta voz, y muchos paralíticos y cojos eran curados. Los apóstoles que estaban en Jerusalén, oyendo que Samaria recibía la palabra de Dios, enviaron para allá a Pedro y Juan. (Actos, 8:5 a 8:14.)

4. En el llamado bautismo por el Espíritu Santo, ¿qué era procedimiento regular ofrecido a los nuevos adeptos, Pedro y Juan se valían de qué recurso?

Ellos se valían de la imposición de las manos, con lo que los nuevos adeptos pasaban a recibir el Espíritu Santo. (Actos, 8:14 a 8:18.)

5. Felipe no se quedó mucho tiempo en Samaria. ¿Por qué? ¿Y para dónde fue él?

Los hechos fueron así registrados en Actos: El ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve para el lado del sur, al camino que desciende de Jerusalén para Gaza, que está desierta. Él fue. He ahí que un hombre etíope, eunuco, mayordomo de Candace, reina de los etíopes, el cual era superintendente de todos sus tesoros, había ido a Jerusalén para la adoración. Cuando regresaba, sentado en su carro, leía al profeta Isaías.

Dijo el Espíritu a Felipe: Llégate, y júntate a ese coche. Felipe se aproximó y, al oír lo que Isaías decía, preguntó al eunuco: ¿Entiendes tú lo que lees? El hombre le respondió: ¿Cómo podré entender, si alguien no me enseña? Y rogó a Felipe que subiera y con él se sentara. El texto de Isaías era este: Fue llevado como la oveja para el matadero; y, como está mudo el cordero delante del trascrilador, así no abrió su boca. En su humillación fue retirado su juicio. El eunuco indagó: ¿Te ruego, de quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo, o de algún otro? Entonces Felipe, abriendo su boca, le anunció a Jesús y, luego lo bautizó.

Hecho eso, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe, y el eunuco, jubiloso, continuó su camino. Felipe se halló más tarde en Azoto y, tras anunciar el evangelio en todas las ciudades por donde pasaba, llegó a Cesárea. (Actos, 8:25 a 8:40.)


 

 

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