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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Año 4 155 – 25 de Abril del 2010

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El Evangelio según Mateo

 Primer libro del Nuevo Testamento

(8ª Parte)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstolos. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate 

1. Fue en un monte próximo al mar de Galilea que Jesús realizó la segunda multiplicación de panes y de peces. ¿Cuántos peces y panes traían sus discípulos? ¿Y cuántos fueron entonces saciados?

2. Jesús dijo a sus discípulos: Advertí, y sed cautos con la levadura de los fariseos y saduceos. Ellos, al principio no comprendieron el sentido de la advertencia. ¿Cuál es el significado de ella?

3. El Maestro, después de llegar a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? ¿Cómo los discípulos respondieron a tal cuestión?  

4. Cuando Jesús se transfiguró en el monte Tabor, le aparecieron dos personajes del Antiguo Testamento. ¿Quién eran ellos y quién estaba, en aquel momento, con Jesús?  

5. Cuando sus discípulos lo interrogaron, diciendo: “¿Por qué dicen los escribas que es menester que Elías venga primero?”, ¿cuál fue la respuesta de Jesús?  

Texto para la lectura 

44. Jesús alude a su muerte y a la resurrección - Tras decir a Pedro: “tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella; y yo te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que unas en la tierra será unido en los cielos, y todo lo que desunas en la tierra será desunido en los cielos”, Jesús determinó a sus discípulos que a nadie dijeran que él era Cristo, y desde entonces comenzó a mostrarles que convenía ir a Jerusalén, a fin de padecer en manos de los ancianos, escribas y sacerdotes,  ser muerto y, por fin, resucitar al tercer día. Pedro comenzó entonces a reprenderlo, afirmando que de modo ninguno eso le ocurriría. Jesús, sin embargo, volviéndose, le dijo: “Para atrás de mí, Satanás, que me sirves de escándalo; porque no comprendes las cosas que son de Dios, sino sólo las que son de los hombres”. Y recomendó a sus discípulos: “Si alguien quiere venir en pos de mí, renúnciese a sí mismo, tome sobre sí su cruz, y sígame; porque aquel que quiera salvar su vida, la perderá, y quién perdiera su vida por amor a mí, la encontrará. ¿Pues de qué aprovecha al hombre ganar el mundo entero, si perdiese su alma? Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles; y entonces dará a cada uno según sus obras”. (Mateo, 16:18 a 16:28.)

45. Jesús recibe la visita de Moisés y Elías - Estando Jesús en un monte alto, junto a Moisés y Elías,  una nube luminosa los cubrió y de la nube salió una voz que decía: “Este es mi amado Hijo, en quien me complazco; escuchadlo”. (N.R.: Ese monte, cuyo nombre no es citado por Mateo, es el Monte Tabor.) Pedro, Juan y Santiago, que todo veían, oyendo esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron mucho miedo. Jesús les tocó y dijo: “Levantaos; y no tengáis miedo”. Entonces, ellos irguieron sus ojos y no vieron a nadie más, a no ser a Jesús, que les ordenó, luego que descendieron del monte: “A nadie contéis la visión, hasta que el Hijo del hombre sea resucitado de entre los muertos”. (Mateo, 17:4 a 17:9.)

46. La fe verdadera puede remover montañas - No consiguiendo curar al niño lunático, los discípulos del Señor le preguntaron, en particular, cual habría sido la causa de su fracaso. ¿Por qué no consiguieron ellos librar al niño del demonio que lo dominaba? Jesús fue enfático: “A causa de vuestra poca fe; porque en verdad os digo que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pasa de aquí para allá – y ha de pasar; y nada os será imposible”. El Señor añadió, sin embargo, que aquella casta de demonios no se expulsa sino por la oración y por el ayuno. (Mateo, 17:18 a 17:)

47. La moneda que vino del mar - Jesús y sus discípulos estaban aun en Galilea cuando él les dijo: “El Hijo del hombre será entregado a las manos de los hombres; y lo matarán, y al tercer día resucitará”. Los discípulos se entristecieron mucho. Luego, al llegar a Cafarnaún, los que cobraban los dracmas preguntaron a Pedro: “¿Vuestro maestro no paga las dracmas?” Él respondió que sí. Después, ya en casa, antes que Pedro tocara el asunto, Jesús se le anticipó, diciéndole: “ve al mar, lanza el anzuelo, quita el primer pez que subiera, y abriéndole la boca, encontrarás una moneda; tómala, y la das por mí y por ti”. (Mateo, 17:22 a 17:27.)

48. El mayor en el reino de los cielos - En aquella misma hora llegaron los discípulos al pie de Jesús, cuando alguien le preguntó: “¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?” Jesús, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “En verdad os digo que, si no os convirtierais y no os hicierais como niños, de modo alguno entraréis en el reino de los cielos. Por lo tanto, aquel que se hace humilde como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño, tal como este, a mí me recibe. Pero, cualquiera que escandalizara a uno de estos pequeñitos, que creen en mí, mejor le sería que se le colgara al cuello una mó de molino, y se sumergiera en la profundidad del mar”. (N.R.: Mó es una piedra utilizada en los molinos.) (Mateo, 18:1 a 18:6.) 

Respuestas a las preguntas propuestas 

1. Fue en un monte próximo al mar de la Galilea que Jesús realizó la segunda multiplicación de panes y de peces. ¿Cuántos peces y panes traían sus discípulos? ¿Y cuántos fueron entonces saciados?  

Ellos traían siete panes y algunos pescaditos. Jesús los tomó y, dando gracias, los partió y entregó a los discípulos, y los discípulos los entregaron al pueblo. Todos comieron y se hartaron; y de lo que sobró levantaron siete cestos llenos de trozos. Ahora, los que comieron fueron cuatro mil hombres, además de mujeres y niños. (Mateo, 15:29 a 15:38.)

2. Jesús dijo a sus discípulos: Advertí, y acautelaos de la levadura de los fariseos y saduceos. Ellos, al principio no comprendieron el sentido de la advertencia. ¿Cual es el significado de ella?

Los discípulos no entendieron aquellas palabras e imaginaron que él así había hablado porque no habían traído pan. Jesús entonces observó: “¿Como no comprendéis que no os hablé acerca del pan? Pero yo os dije: Guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos”. Entonces ellos comprendieron que el Maestro no se refería al fermento usado en la fabricación de panes, más sí a la doctrina de los fariseos y de los saduceos. (Mateo, 16:5 a 16:12.)

3. El Maestro, después de llegar a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? ¿Cómo respondieron los discípulos a tal pregunta?  

Ellos respondieron: Unos dicen: Juan el Bautista; otros: Elías; y otros: Jeremías, o alguno de los profetas. Jesús, entonces, preguntó: ¿Pero vosotros, quien decís que soy yo?  Simón Pedro respondió: Tú eres Cristo, el Hijo del Dios vivo. (Mateo, 16:13 a 16:20.)

4. Cuando Jesús se transfiguró en el monte Tabor, le aparecieron dos personajes del Antiguo Testamento. ¿Quién eran ellos y quien estaba, en aquel momento, con Jesús?

Quienes aparecieron a Jesús fueron Elías y Moisés. El Maestro estaba en aquel momento acompañado de Pedro y de los hermanos Santiago y Juan, hijos de Zebedeo. Jesús se transfiguró delante de ellos. Su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se hicieron blancas como la luz. Fue entonces que aparecieron Moisés y Elías. En un momento dado, una nube luminosa los envolvió, y de la nube salió una voz, diciendo: Este es mi Hijo dilecto, en quien me agrado; oídlo. (Mateo, 17:1 a 17:8.)

5. Cuando sus discípulos lo interrogaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que es menester que Elías venga primero? ¿Cuál fue la respuesta de Jesús?

Jesús les dijo: En verdad Elías ha de venir, y restaurará todas las cosas; os declaro, sin embargo, que Elías ya vino, y no lo conocieron, antes le hicieron todo cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre ha de padecer en sus manos. Entonces los discípulos entendieron que les había hablado acerca de Juan el Bautista. (Mateo, 17:9 a 17:13.)


 

 

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