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Año 10 - N° 498 - 8 de Enero de 2017
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 

 
El fin último del arte es…


“El Arte espírita es una herramienta de educación y no diversión, debemos encararla como un excelente instrumento que de forma muy sutil consigue cambiar nuestra forma de ver y actuar sobre el mundo despertando en el espectador importantes reflexiones.” (Fabrício Alexandre Sanas, nuestro entrevistado en esta edición.)

En el Espiritismo, el arte es una herramienta. No tiene a sí mismo como un fin.

Herramienta de educación, jamás podrá ser simple instrumento de diversión o de pasatiempo, porque su objetivo es, en último análisis, educar los sentimientos.

El fin último del arte es mostrar lo que el hombre realmente es. Creando empatía, los personajes retratan comportamientos que son como espejos, que son instrumentos de identificación.

El arte espírita debe tener un lenguaje libre de prejuicios. Y debe, en la medida del posible, presentarse de manera leve, agradable, facilitando el entendimiento.

Muchas veces, las personas, como en un espejo o identificación, despiertan en los otros sentimientos olvidados.

Para comprender mejor, el arte debe manifestar de manera simple el contenido, para que éste sea correctamente asimilado e interpretado. Lo que se quiere atingir es la sensibilidad del espectador, sensibilidad que es manifestada por su percepción de lo que ve y de lo que siente.

“Sí, aceptar el otro como él es con sus puntos positivos y negativos. A través del arte es posible desarrollar sin imposición esta capacidad por el simple hecho de que  necesito respetar el otro para que pueda comunicarme con él y atingir el objetivo propuesto.” (Fabrício Alexandre Sanas)

Los comportamientos buenos o malos deben ser acogidos con indulgencia, aceptándose las personas como ellas son. Eso porque, como sabemos, debemos actuar siempre con benevolencia para con todos, indulgencia para con las imperfecciones de los otros y  perdón ilimitado.

“El Arte permite conmovernos, a nosotros y a los otros. Es muy común las personas oyeren una música y verter lágrimas, oír un texto ya conocido y tener otra perspectiva debido a la forma, mirar el payaso y acordar de cómo es posible ser feliz a través de la simplicidad. Algo interesante es como las personas reaccionan delante del arte, nuestros sentimientos son sofocados por las adversidades, dificultades de la vida.” (Fabrício Alexandre Sanas.)

Simplicidad es una virtud esencial que consiste en desapego y desinterés material.

El hombre simple se comunica con los otros según la disciplina de los propios pensamientos, actitudes y palabras.

Sabe contornar el complejo, sin herir el amor propio del interlocutor.

Sabe que seremos juzgados según nuestras actitudes.

Y busca generalmente colocarse en el último lugar, porque vive siempre feliz, sea en las experiencias dolorosas, sea en los días de bonanza, que componen las diferentes etapas de una existencia corpórea en el mundo donde vivimos.



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita