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Año 10 - N° 475 - 24 de Julio de 2016
AMERICO DOMINGOS NUNES FILHO
amecgs@gmail.com
Rio de Janeiro, RJ (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Americo Domingos Nunes Filho

El Antiguo Testamento prévio la crisis em Europa


El 24 de junio, el mundo fue sacudido por el resultado del plebiscito, decidiendo la población de Reino Unido dejar la Unión Europea (UE), por más de 1,2 millón de votos de diferencia. Ese acontecimiento generó una crisis sin precedente, derrumbando, de inmediato, las Bolsas de Valores de muchos países. En Europa fueron registradas bajas de más del 12%. Las acciones de los bancos sufrieron intensas pérdidas. La cotización de la libra, también, sufrió acentuada caída, cayendo un 10%, alcanzando el nivel más bajo desde 1985, llegando a alcanzar el más pequeño valor con relación al dólar en 31 años. En Japón, la Bolsa de Tokyo cayó casi un 8%. El referéndum causó la renuncia del primer-ministro británico, David Cameron.

Una vez más Europa sufre nueva convulsión, principalmente económica, desde que la salida de Reino Unido experimentara gran pérdida de recursos para el continente. Reino Unido contribuye para la UE con 11,3 mil millones de euros, por debajo de los valores despendidos por Alemania y Francia. Con la salida de la UE, ciertamente no serán más pagados por Reino Unido los fondos para el presupuesto europeo, dejando de contribuir para la financiación de programas y proyectos en todos los países de la UE. A la vez, aislándose del bloque, la despensa de los países de Reino Unido debe caer sin la libre circulación de mercancías y personas com los países de la EU.

Los especialistas económicos creen que el tripe, antes formado por Reino Unido, Alemania y Francia, en el cual principalmente se sostiene la EU, se desestruturará, haciéndose defectuoso y, como consecuencia, desestabilizando su economía. Extrayéndose una de las economías más fuertes y representativas, restarán a Alemania a Francia para cargar el mayor peso de Europa en la espalda. Paralelamente a eso, la visión del caos está siendo expuesta, por cuanto hay la posibilidad de más países que igualmente se evadieran de la EU y la crisis, que ya es intensa, se expandiría, llegando al punto de posible ruptura del conglomerado europeo.

Daniel y el sueño del rey

Infelizmente, Europa ya pasó por otros momentos difíciles en relación a la armonía entre sus países. La historia es pródiga en el relato del esfuerzo dispensado, inútilmente, a lo largo de los tiempos, para que el continente europeo se hiciera completamente unido y pacífico.

En el artículo titulado “El Profeta Daniel y la Crisis Europea”, publicado en la Revista “O Consolador”, nº 285, en noviembre de 2012, y transcrito en el Periódico “O Inmortal” de Cambé-Paraná, nº 706, de diciembre de 2012, hicimos referencias a la crisis que asolaba a Europa y trajimos algunas evidencias de que el Antiguo Testamento, a través del Libro de Daniel, tenía previsto los problemas que vienen sacudiendo al mundo en los últimos tiempos, inclusive la crisis que afecta aún los países europeos.

En verdad, el profeta, a través del desdoblamiento o proyección de la conciencia, o sea, liberándose por la noche, durante el sueño, se informó, en la dimensión espiritual, del sueño del rey Nabucodonosor y de su explicación (Daniel 2:19). El monarca exigía que, de entrada, fuera relatado el contenido del sueño para él tener la certeza tras la veracidad de la interpretación. El sensitivo, entonces, describe que el rey soñó con una gran estatua formada de cuatro partes principales. La cabeza era de oro, el pecho y los brazos, de plata, y el vientre y las caderas, de bronce. Las piernas de hierro se apoyaban en pies hechos de una mezcla de hierro y barro. De repente, una gran piedra, cortada sin nadie tocar en ella, aplastó los pies de la estatua, y trituró el resto de la imagen. Lo que restó de la estatua fue llevado por el viento, pero la piedra se hizo en una montaña que llenó toda la tierra.

Las cuatro partes principales fueron identificadas por Daniel cómo cuatro reinos, comenzando con la propia Babilonia (la cabeza de oro). Después, especificó que el segundo estado sería inferior a Babilonia, representado por el pecho y los brazos de plata. A continuación, el tercero sería mayor, ejerciendo dominio “sobre toda la tierra”. Pero el más fuerte de los cuatro reinos sería el cuarto, hecho de hierro, aunque la presencia de barro con él mezclado revelara un reino hendido, que inmediatamente sería despedazado por una gran piedra.

La falta de unidad de los países europeos

El reinado representado por el pecho y los brazos de plata fue, ciertamente, el ejercido por la Media-Pérsia, que venció a Babilonia (539 a.C.). El vientre y las caderas, de bronce, identifican los griegos (el bronce simboliza a Grecia), los cuales conquistaron (el cuarto siglo a.C.) un vasto territorio. Las piernas de hierro representan el Imperio Romano, el más pujante de todos; sin embargo, el barro significaba no sólo la presencia de los bárbaros infiltrados entre los romanos como, igualmente, las invasiones requeridas por ellos, hecho que acarrearon el fin del Imperio Romano del Occidente.

Acerca de la destrucción de los pies del monumento formado de barro e hierro, así se manifestó el sensitivo judío: “En cuanto a lo que viste de los pies y de los dedos en parte de barro y de hierro, eso será un reino dividido” (Daniel 2:41). “En cuanto a lo que viste del hierro mezclado con barro, se mezclarán mediante boda, pero no se conectarán uno al otro, así como el hierro no se mezcla con el barro” (Daniel 2:43). Con el desmoronamiento del Imperio Romano, surgieron, en efecto, varios reinos, como los anglo-sajones, los visigodos, los lombardos, dando formación a diversas naciones europeas.

La unión no fue conseguida, ni por la diplomacia, ni por la boda entre los nobles de los diferentes reinos y ni por la fuerza, a través de Carlos Magno, Carlos V, Luís XIV y Napoleón. La falta de unidad de los países de Europa fue comprobada después por la aparición del nazismo, del comunismo, de las dictaduras en Grecia, Portugal y España, como también la intensa división que ocurrió en la Unión Soviética, en Checoslovaquia y, de forma especialmente violenta, en Yugoslavia. A la vez, sufrió el continente europeo de grave crisis socioeconómica, acarreando endeudamiento público elevado de las naciones del bloque, principalmente de Grecia, Portugal, España, Italia e Irlanda.

La Piedra Angular y el nuevo mundo

Importante enfatizar, también, el fenómeno profético, en la actualidad, considerando que ni todas las naciones de la Unión Europea utilizan el euro como moneda oficial. Otros datos considerados actualmente son el movimiento que busca la criva del territorio vasco de España y el momento muy preocupante en relación al rechazo a los imigrantes árabes.

El profeta vaticinó que el reino fragmentado tiene “alguna cosa de la firmeza del hierro” (Daniel 2:41), aunque estuviera el hierro mezclado con el barro. Realmente, el responsable principal por todo eso fue el Cristianismo, que ocupó papel preponderante en la integración de los bárbaros convertidos al Catolicismo.

Terminando la profecia, el sensitivo afirmó que a continuación “el Dios del Cielo suscitará un reino que no será jamás destruido...” (Daniel 2:44), por cuanto “la piedra, que hirió la estatua, se hizo una gran montaña que llenó toda la tierra” (Daniel 2:35).

Es desolador observar que la crisis que reina en Europa puede causar más estragos en la economía mundial. Sin embargo, esa profecia de Daniel observada por la óptica del “espíritu que testifica” nos revela que todo está bajo acentuado control, por cuanto, a continuación, es enfatizado que el Padre Amado, el Amor por Excelencia, levantará un reino que no será jamás destruido, desde que de la piedra, que hirió la estatua, se formó una gran montaña envolviendo toda la tierra.

Jesús es denominado como “La Piedra Angular” (Efésios 2:20 y 1ª Pedro 2:6) y, ciertamente, bajo la égide de ese Maestro, será implantado un Reino que no perecerá más, cuando el Mundo de Pruebas y de Expiação se verá transformado en Mundo de Regeneración, conquistado por todos los hombres de bien, viviendo el amor, la justicia y proporcionando la edificación permanente de la paz.



 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita