Entrevista

por Orson Peter Carrara

Servir trae paz y bienestar, esto es lo que nos enseña la doctrina

Graduado en Derecho y Oficial Tasador de Justicia Federal de TRT15, asignado al Centro de Mandatos de São José do Rio Preto (SP), ciudad donde nació y reside, Nelson Crivelin Junior (foto) está vinculado al Grupo Espírita Casa de María, en su ciudad. Es conferencista espírita y también participa en grupos de estudio y en actividades mediúmnicas y asistenciales. Sobre su vivencia en las lides espíritas, nos concedió la siguiente entrevista:


¿Cómo llegó a ser espírita?

En 1981, cuando asistía a la universidad, un viernes en que no tenía clase, le di una "sorpresa" a mi novia de entonces, ahora mi esposa, Cristina. Fui al Centro al que ella frecuentaba y, para mi sorpresa, había un espacio de estacionamiento justo en frente de la puerta de entrada. Me quedé escuchando la conferencia de esa noche, ofrecida por mi querido y añorado amigo Dorival Pavin, ahora en la espiritualidad. El tema era evangélico. El pasaje narrado fue el encuentro de Saulo de Tarso con Jesús a las puertas de Damasco. A partir de entonces, siempre que me era posible, hasta el final de la universidad, comencé a asistir a las conferencias en la misma casa, Ielar, entonces bajo la dirección de la Sra. Rosalina Fasaneli. Después de terminar la universidad, pasé a participar en las actividades doctrinarias: estudios, educación mediúmnica, conferencias y actividades de asistencia desarrolladas por la casa. Siempre imagino que la Doctrina Espírita y yo tuvimos un reencuentro. La lógica y las enseñanzas a las que tenemos acceso nos llevan a la conclusión de que en algún momento, en el pasado, nos preparamos para esta oportunidad.

¿A qué institución está vinculado actualmente en la ciudad?

Actualmente participo en las actividades del Grupo Espírita Casa de María, en São José do Rio Preto. Me explico: Ielar, la casa que nos acogió desde el primer contacto con la Doctrina, cerró sus actividades y sus dirigentes fundaron otro Centro Espírita, en otra dirección. Preferimos continuar en el espacio físico de la antigua institución, ahora bajo la dirección de viejos amigos, cofrades que abrazaron las actividades doctrinarias, los estudios y la asistencia, y que también fueron nuestros Maestros cuando comenzamos.

¿Qué es lo que más le llama la atención de la Doctrina Espírita?

Recordamos siempre que la Doctrina Espírita trae de vuelta las enseñanzas de Jesús, a través de las Instrucciones de los Espíritus Amigos, Mensajeros del Señor, Benefactores de la Humanidad. El trabajo realizado por Allan Kardec y sus colaboradores, en el momento señalado, se puede decir que es inigualable. Ningún tema que sirva a nuestras reflexiones o actividades queda sin respuesta. Conociendo la Doctrina Espírita, encontramos consuelo para nuestras preocupaciones, dolores, dudas y aflicciones, que están presentes en el momento por el que atraviesa la humanidad terrena. Además del esclarecimiento de que la Vida continúa, lo que en sí mismo ya es un consuelo, ya que los que nos precedieron en el gran viaje viven y nos acompañan y esperan para el reencuentro.

Sobre su experiencia con las conferencias, ¿qué le gustaría contar?

Me considero solo un aprendiz. Cada Casa que nos acoge tiene sus particularidades. Dirigentes con diferentes puntos de vista sobre algunos temas. Frecuentadores ávidos de información que puedan guiar sus experiencias. Enfermos del cuerpo y del alma en busca de alivio para sus dolores. Estas realidades sirven como una Escuela, para nuestra propio esclarecimiento. Cada casa es diferente.

En la preparación de las conferencias y en la repercusión con el público, ¿qué se vuelve importante para su permanencia y dedicación en esta dirección?

Durante los años en que tuvimos la oportunidad de divulgar la Doctrina Espírita, solo hicimos grandes amigos. Mantenemos un contacto constante con muchos de ellos. Son ideas, mensajes de ánimo, intercambio de experiencias o, simplemente, una conversación entre buenos amigos. Tengo la impresión de que esto no se puede describir con palabras. Solo gratitud.

¿Cómo es el proceso de elaboración de los planteamientos?

Intentamos seguir la guía y lo que los profesores de oratoria siempre nos han sugerido: Introducción, Desarrollo y Conclusión. Sencillez en las palabras y en los temas dirigidos a la comprensión de todos, especialmente de aquellos que están siendo atendidos por primera vez en la Casa que nos acoge. Muchos vienen en condiciones de aflicción y dolor. Es necesario que entiendan el mensaje para poder continuar y permanecer en tratamiento y estudio.

¿Hay alguna preferencia de aspecto doctrinario en esta preparación?

Sí. Temas evangélicos, con citas y casos doctrinarios, conduciendo a los pacientes y asistencia a las enseñanzas de Jesús.

Sobre la literatura espírita actualmente disponible, ¿qué le gustaría recomendar a los lectores?

A los principiantes, El Evangelio según el Espiritismo y El Libro de los Espíritus. A todos, las obras básicas y los libros escritos por Allan Kardec, incluyendo la Revista Espírita. Mientras aprendemos con lo básico, obras de Emmanuel, Amélia Rodrigues, Joanna de Ángelis, André Luiz, etc., para completar con pasajes y ejemplos lo que nos han traído los Benefactores Espirituales.

De sus actividades y vivencia espírita, además de las conferencias, ¿qué le gustaría agregar a la experiencia del lector?

Procurar siempre de estar en actividad. Servir es una actividad que alivia nuestra alma, nos da paz y bienestar con nuestra conciencia. Hoy en día, no faltan las oportunidades de trabajo que nos sirven como aprendizaje. Si, por casualidad, nos equivocamos en algún momento, nunca desistir. Volver a empezar siempre.

De sus experiencias, ¿cuál ha sido la más destacable?

La certeza de que el trabajo nunca estará terminado. Siempre se mejorará. Las personas que comparten nuestras experiencias siempre estarán con nosotros, ahora y más adelante, después de esta experiencia.

¿Algo más que añadir?

La reencarnación es una oportunidad bendita y única en la etapa en la que nos encontramos. Por lo tanto, vivamos de tal manera que la aprovechemos lo mejor posible para que, cuando veamos lo que hemos realizado, podamos decir: "Participé en ese momento, luché la buena batalla, hice algo que sirvió para el bien de alguien". Esto nos llevará a la paz de conciencia.

Sus palabras finales.

Las palabras no son mías, pero trato de recordar la enseñanza de los Amigos Espirituales: "Los lazos del amor, una vez establecidos, nunca más se rompen".

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

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 Revista Semanal de Divulgação Espírita