Entrevista

por Orson Peter Carrara

La Doctrina Espírita me ha proporcionado una nueva visión de paradigmas

Nacido en Getulina y residente en Botucatu, ambos municípios de São Paulo, Roque Roberto Pires de Carvalho (foto) es profesor universitario y abogado. Vinculado al Centro Espírita El Camino de la Verdad, como voluntario colaborador, nos cuenta en esta entrevista, entre otros temas, sobre su experiencia como cronista y su libro Momentos Felices:


¿Cómo se volvió espírita?

En la experiencia de ocho décadas y desde niño en la religiosidad católica romana y con primos en la vida sacerdotal, no tuve la misma inclinación, limitándome a las frecuencias dominicales. Al quedar viudo y en una nueva relación familiar, mi esposa – espírita de muchos años y profunda conocedora de la Doctrina Espírita – me presentó su inmensa biblioteca. Mi atención y curiosidad cayeron inmediatamente sobre Léon Denis, luego Allan Kardec, Chico Xavier, Divaldo Franco. Quede muy impresionado y motivado al leer "La extraordinaria vida de Jésus Gonçalves", escrito por Eduardo Carvalho Monteiro. Ahí yo ya me había transformado.

¿Qué es lo que más le llama la atención de la Doctrina Espírita?

Mi atención fue despertada por la vasta literatura de nivel superior e informaciones de orden elevado que vienen a esclarecer a aquellos que ignoran la verdadera vida en la que me incluyo. Este nuevo interés por la Filosofía Espírita fue ganando terreno en mis crónicas, terminando por ver algunas aceptadas y publicadas por periódicos espíritas de Botucatu, Bauru, Matão e Indaiatuba, en el interior de São Paulo. En la Ciencia de las Ciencias no sólo encontré el campo de la investigación y de la consulta, sino que encontré en las páginas de André Luiz, Joanna de Ângelis, Emmanuel, Kardec y Bezerra de Menezes verdaderos talleres de trabajo renovador de las conciencias, buscando la vida más elevada a través del esfuerzo interior, la disciplina, en lecturas constantes para el autoperfeccionamiento.   

Su libro Momentos Felices reúne cientos de crónicas. ¿De dónde viene ese gusto literario?

Mis libros Momentos Felices (son en total 5 volúmenes) reflejan desde mi infancia, donde viví en lugares y haciendas, ser considerada el secretario de mi madre en la escritura y respuestas de cartas dirigidas a familiares que, en ese momento, solo tenían este medio de comunicación vía correo. En la edad adulta, poseedor de la colección Premio Nobel de Literatura, el gusto por la lectura y la escritura se acentuó aún más en mí, no de novelas, sino de crónicas, rescatando y retratando experiencias en la vida rural y urbana sin pretensiones académicas.

Y como resultado de observaciones, reflexiones, análisis, ¿qué destaca en términos de inspiración?

Como principal fuente de inspiración para escribir, encuentro la experiencia en la vida campestre con mis padres y hermanos, campesinos por tradición, y en la vida urbana la observación del comportamiento de las personas en la agitación y atención de compromisos, que siempre son urgentes, oponiéndose a los que se encuentran en los jardines viendo el tiempo pasar.

En la observación entre los acontecimientos más sencillos y los desafíos, ¿cómo encara el traducir en palabras tales motivaciones de la vida humana?

En las observaciones que hago es posible aquilatar la sabiduría de las opciones, la cantidad de luchas y desafíos, aquellos que logran superar las duras penas impuestas por las vicisitudes de la vida. Así como, igualmente, sentir cuando esas mismas elecciones no funcionaron tan bien como se esperaba. Es común que el individuo se sienta derrotado, renunciando a sus propósitos, atacado por una autocompasión y caer en la ociosidad, creando dependencia de la ayuda ajena.

¿Cómo influyó el conocimiento espírita en esto?

En el conocimiento, incluso como aprendiz, la Doctrina Espírita me ha proporcionado una nueva visión de paradigmas. Si inicialmente la religiosidad se sustentaba sobre una fe ciega, en los dogmas indiscutibles, hoy es posible comprender que la nueva vida está orientada por la fe razonada. La lectura y el estudio de El Libro de los Espíritus se convierte en el faro en un mundo de pruebas y expiaciones, en el camino hacia un nuevo mundo de regeneración.

Al no ser una obra específicamente espírita, sino destinada al público en general, el pensamiento positivo expresado allí, la conexión con la esperanza y la gratitud, el trabajo y el esfuerzo conectan perfectamente con los postulados espíritas. ¿Considera que tales esfuerzos y virtudes atenúan e incluso liberan al ser humano de sufrimientos prescindibles?

El quinto volumen de mi libro Momentos Felices fue una colección de crónicas que, en su mayor parte, cuidó la suavidad de las historias de las ciudades y sus habitantes, siempre con el objetivo de ser una lectura agradable y un descanso para la mente. Posteriormente, al tener conocimiento de la Doctrina Espírita, noté una cierta conexión de lo que ya había escrito y ahora también podía insertar algunas crónicas que abordaban temas recogidos en libros espíritas. Para ese objetivo conté con el apoyo y el aliento de mi esposa. Esta literatura alivia el estrés de la vida moderna. Pero respondiendo a la pregunta, ¡creo que funciona como un bálsamo para el corazón y para el alma, ¡el encuentro con la paz!

En estos tiempos de agitación, ¿considera que las crónicas son un buen instrumento de paz y armonía?

Sí, leer crónicas y escribir crónicas es para mí un encuentro con la paz interior y también un momento de ocio. También creo que son inductoras de la renovación vibratoria.

De sus recuerdos, ¿qué más le marcó?

Para un longevo, hablar de recuerdos es hablar de nostalgia. Fueron muchos, fueron tantos... todos marcaron en cierto modo, períodos de desafíos y progreso, aceptando los reveses naturales, encontrando en la familia un nuevo aliciente para la superación. Para mí, la Doctrina Espírita fue el hito que puso la línea divisoria para la transformación íntima.

¿Algo más que quisiera añadir?

Con el tiempo, Dios me ha otorgado la gloria de tres hijos, siete nietos y cuatro bisnietos. Nombrar a mis libros Momentos Felices, no sin razón, plantar muchos árboles por los canteros y jardines de la vida. Escribir un libro autobiográfico y un libro histórico sobre "La OAB va a la escuela", relatando 10 años en la coordinación de un proyecto. Eso ha sido significativo.

Sus palabras finales.

Hago mías las palabras del periodista y cronista José Guimarães Castelo Branco (1951): "... El cronista, en lugar de lanzarse vorazmente sobre lo real, se pone tranquilamente en un rincón, silencioso y paciente, y se dispone a observar pasivamente - pero creativamente - los hechos que se desarrollan ante él. No quiere capturar lo real, sino recortarlo y reinventarlo..., menos ambicioso, el cronista se vincula con los detalles, los eventos minusvalorados, los restos de la realidad, y se alimenta de ellos". (Momentos Felices 5, p. 8)

 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

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 Revista Semanal de Divulgação Espírita