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Año 9 - N° 453 - 21 de Febrero de 2016
ORSON PETER CARRARA 
orsonpeter@yahoo.com.br    

Matão, São Paulo (Brasil)
 
Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com
  

 
Edson Ramos de Siqueira: 

“Eliminar la carne de la alimentación es un acto
de no violencia”
 

El autor del libro Alimentación y Evolución Espiritual aborda en
esta entrevista el tema del consumo de la carne animal
por parte de los seres humanos
 

Ingeniero agrónomo y profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNESP-Botucatu (SP), desde 1980, Edson Ramos de Siqueira (foto) nació en Espíritu Santo do Pinhal y reside en Botucatu, ambos municipios paulistas. Espírita desde 1993, trabaja en el Centro Espírita Irmão Thomaz de la misma ciudad y en el C.E. Fe

y Caridad, en São Manuel, en los cuales no ejerce cargo administrativo, pero trabaja como conferencista y enseña cursos de Espiritismo.

Habiendo lanzado recientemente el libo Alimentación y Evolución Espiritual, abrodando temas sobre los animales, inclusive sobre al alimentación humana, sus lúcidas respuestas abren una enorme perspectiva de estudio.

¿De dónde surgió su interés por el tema de los animales y su consecuente estudio del consumo de carne y sus desarrollos?

En mi área profesional, me especialicé en la producción de carne de ovinos, habiendo realizado incluso un curso de post doctorado sobre el tema en España. Trabajé cerca de 20 años en investigación y enseñanza en el área de producción de carnes. En 1994 inicié los estudios espíritas, ya que aquel año fui invitado a ofrecer mis primeras conferencias. En la Universidad, dos años después, asumí la disciplina de Comportamiento Animal, que impartí cerca de 20 años. Mi vivencia con los animales desde la infancia, ya que nací y crecí en el medio rural, asociada a los estudios espíritas y del comportamiento, así como la triste realidad de la frecuente visita a los mataderos que mi profesión exigía, me despertó hacia una realidad otrora inimaginable: los animales no conviven con nosotros para ser matados y que sus cuerpos nos sirvan de alimento. Entonces, inicié un proceso reflexivo más profundo y, hace aproximadamente 4 años, empecé a elaborar el libro Alimentación y Evolución Espiritual, publicado en abril del 2015 por la Editorial Solidum .

De su formación académica y profesional, ¿qué experiencia principal le quedó para desarrollar el tema en el libro lanzado y en las conferencias?

En mi trabajo profesional, la principal experiencia fue el agudizar la percepción para entender que los otros animales son sensibles, sí, como el ser humano. La sensibilidad es la capacidad de sentir placer, dolor, alegría, tristeza, etc., y la ciencia moderna ha comprobado que todos los animales la tienen. Lo más intrigante, como hallazgo científico muy reciente: los demás animales también tienen conciencia. Concomitantemente, aprendí en la literatura espírita que el espíritu se origina simple e ignorante, encarnando en los más simples instrumentos físicos, que caracteriza a los animales ubicados en los primeros peldaños de la escala zoológica; y el destino de todos es la angelitud. Por lo tanto, ellos son nuestros hermanos menores. Ingerir sus restos mortales es uno de los hábitos más primitivos que el hombre terrenal aún carga. Es un tema cultural enraizado en nuestro subconsciente, pero que deberá ser cambiado, pues en Planetas de Regeneración es algo impensable.

¿Cómo encarar el estado actual de la mentalidad humana con relación a los animales, incluso en cuanto al consumo de carne en la alimentación?

Precisamente, aquellos que ya han despertado al vegetarianismo no deben criticar a los que todavía consumen carne. La sociedad humana está bombardeada con informaciones con respecto a la necesidad de la carne para la perfecta salud física (paradigma que puede ser cambiado, pues la Ciencia Médica y la Nutrición comprobaron que eso no es verdad). La conmovedora propaganda en los medios de comunicación da a entender que ese alimento proviene de cantaros de flores. Y la Humanidad ingenua continúa siendo engañada. Hay algunos que afirman que los animales existen para eso y que la misma Biblia autoriza su matanza para nuestra alimentación, lo que tampoco es verdad. Entonces, el Poder Económico junto con la fe ciega, crea la normosis (la patología de la normalidad), que se enraíza aún más, algo que ya está arraigado hace milenios. Los cambios para la Regeneración están ocurriendo, de manera muy lenta y casi imperceptible. Solo la Educación es capaz de emprender la evolución; ni las críticas, ni el radicalismo de cualquier naturaleza. El Espiritismo tiene un papel fundamental en ese proceso educativo, ya que nos enseña claramente, la dinámica de la evolución espiritual, desde el origen hasta la Divinidad. El tema requiere ser más abordado en las Casas Espíritas y estudiado por los hermanos de Doctrina, ya que ella es clara en relación a la realidad espiritual de los animales. Eliminar la carne de la alimentación es un acto de no violencia; en consecuencia, un perfeccionamiento moral.

De sus estudios e investigaciones en el Espiritismo sobre esta temática, ¿qué es lo que más le llamó la atención?

Muchos hermanos afirman que el Espiritismo no contiene nada objetivo sobre el uso de la carne en la alimentación. Lo que más me llamó la atención, al realizar la investigación de literatura que sirva de base del libro, fue haber encontrado informaciones concretas sobre los animales, oriundas de los principales autores espirituales , desde la obra de Kardec (El Libro de los Espíritus  y La Génesis principalmente). Cabe señalar, sin embargo, en el caso del Codificador, que muchas informaciones están escritas de manera velada; y no podría ser diferente, ya que en esa época en que fue publicado El Libro de los Espíritus la duda era si las mujeres tenían alma. ¿Cómo querríamos que Kardec explique la cuestión del alma de los animales? Si determinadas verdades, que hoy ya estamos en condiciones de entender, fuesen escritas en aquella ocasión, ciertamente el Espiritismo habría nacido muerto. Al consultar La Revista Espírita de enero de 1866 (nueve años después del lanzamiento de la primera edición de El Libro de los Espíritus), encontramos un artículo escrito por Allan Kardec cuyo título es: “¿Las mujeres tienen alma?” Por lo tanto, todo tiene su momento. Pero no tengamos dudas: por lo menos el proceso reflexivo sobre el significado de la carne en la alimentación tiene que ser iniciado urgentemente.

¿Cómo ha sido la receptividad de estos enfoques en las conferencias?

En abril del 2015 iniciamos las conferencias de lanzamiento del libro en las Casas Espíritas. Hasta el último día de octubre, 38 Centros recibieron la presentación del tema. Si antes de la primera conferencia, flotaba la incertidumbre sobre la repercusión con nuestros hermanos, hoy nos sentimos positivamente sorprendidos y contentos, pues la receptividad superó, en mucho, nuestras expectativas iniciales. En el cien por ciento de los casos, el interés por el tema fue bastante elevado. Creo que esa constatación es un indicador de que estamos en el momento exacto para que trabajemos con más intensidad sobre este tema en el medio espírita. 

Siendo un tema poco tratado, ¿cuáles han sido las principales fuentes de investigación, para indicar al lector? 

El libro  Alimentación y Evolución Espiritual se basó en 158 referencias bibliográficas, como el lector puede verificar en la misma obra. 

De todo ese proceso de evolución espiritual, ¿qué sobresale de los razonamientos sobre este tema?

De todo el proceso de evolución espiritual, lo que sobresale, en mi opinión, es el profundo desconocimiento, por parte de la mayoría absoluta de la Humanidad, sobre el mecanismo del origen y de la evolución del Espíritu y su relación con el origen y evolución de la vida biológica en la Tierra. La ciencia aún no logra integrar los factores que explican la naturaleza de la verdadera vida, que es la del espíritu, tampoco en su trayectoria, que incluye múltiples procesos reencarnatorios. No entiende que el cuerpo físico es un mero instrumento pedagógico para que aprendamos en esta estadía en la corteza planetaria. No se imagina que  bastaría integrar las enseñanzas de la obra de Allan Kardec a los hallazgos científicos de Charles Darwin, espíritus preparados por la Espiritualidad Mayor para cumplir misiones complementarias, es decir, proporcionarnos los conocimientos de la vida bajo la visión holística, y no sólo limitados a la materia palpable, densa. Siendo así, se infiere que no será posible enseñar  las verdades de la vida de  manera masiva tan temprano. Una minoría tiene  condiciones para comprender qué es la vida; y los espíritas forman parte de esa minoría. Ya no es posible decir que no sabíamos que la trayectoria evolutiva del Espíritu comienza en los animales más simples, atraviesa toda la escala zoológica hasta llegar al ser humano que, gradualmente, se perfecciona moral e intelectualmente, hasta alcanzar la Divinidad.

¿Algo resaltante de sus experiencias que le gustaría relatar? 

Ya me referí a las coordenadas que me ubicaron para trabajar el tema del vegetarianismo en el proceso de evolución espiritual: el estudio de la Doctrina Espírita, concomitantemente al profundizar los temas inherentes al comportamiento animal, esto en la esfera profesional. Pero otro aspecto profesional determinante fue el hecho de haber frecuentado mataderos,  donde pude sentir de cerca lo inhumano del proceso de sacrificio, el sufrimiento de nuestros hermanos menores, así como la energía extremadamente pesada que circula en esos ambientes lúgubres, fruto de la acción de Espíritus de bajo patrón vibratorio, en mecanismo de vampirización  del fluido vital liberado por la matanza en serie, en aquello que André Luiz (Chico Xavier) denominó la industria de la muerte. Por lo tanto, cuando escribo o hablo sobre el tema, traduzco una triste realidad que pude sentir personalmente. 

Sus palabras finales. 

Sabemos que Tierra se encuentra en la fase de transición para la Regeneración. Esa transición implica la necesidad de profundas modificaciones espirituales, que involucran acentuados cambios comportamentales, en todos los sentidos imaginables. Necesitamos emerger de las profundidades del océano de las ilusiones, y abrir corazones y mentes para la realidad de la vida del Espíritu en el Universo. Ya no cabe más la inercia espiritual para aquellos que ya tienen acceso a las informaciones objetivas y concretas que pone a nuestra disposición la literatura espírita y por los conocimientos científicos generados en este planeta. Dentro de los comportamientos que deben ser modificados urgentemente, se destaca la eliminación de las carnes de nuestros menús.  Amar al prójimo como a sí mismo no supone la eliminación de vidas para atender nuestros arcaicos deseos gastronómicos. No debemos cargar sentimiento de culpa, pues la inclusión de la carne en nuestra dieta es cultural y milenaria. Pero ha llegado el momento de una reflexión profunda para que los cambio sean naturales y, consecuentemente, verdaderos.




 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita

 

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