WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Especial Português Inglês    
Año 9 - N° 452 - 14 de Febrero de 2016
JORGE HESSEN         
jorgehessen@gmail.com    
Brasília, Distrito Federal (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Jorge Hessen

Un carrum navalis em que la carne nada vale 


Carnaval es un término procedente de una fiesta romana y egipcia en homenaje al Dios Saturno, cuando carros alegóricos (a caballo) desfilaban con hombres y mujeres. Eran los carrum navalis, de ahí el origen de la palabra "carnaval". Hay también quién interprete la palabra conforme las primeras sílabas de las palabras de la frase: carne nada valle. Como fiesta popular, podría ser un acontecimiento “cultural” presumible, si no fueran los excesos cometidos en nombre de la “alegría”. Cuando se pretende alcanzar esa “alegría” a través del placer desajustado y de los excesos de toda orden, el resultado es la insatisfacción íntima, el vacío interior provocado por el desequilíbrio moral y espiritual.

Si no fuesen por los excesos, el carnaval, como festival de nexo sociorracial, podría hacerse un acontecimiento relativamente admisible; obviamente, no admitir eso sería incidir en inadvertencia de intransigencia. Sin embargo, es urgente el recordatorio de André Luiz para que el Espírita “se aparte de fiestas lamentables, como las que señalan el pasaje del CARNAVAL, inclusive las que se destaquen por los excesos de gula, desequilibrio o manifestaciones exteriores espectaculares. Pues que la verdadera alegría no huye de la temperanza." (1) (Resaltamos.)

Es el momento en que el Espíritu humano normalmente exterioriza lo que hay de más profundo, de más primitivo en sí mismo. Históricamente hemos observado que la ebulição momesca es evento que carrea, en sí, la carga de la barbárie y del primitivismo que aún reina entre nosotros, los encarnados, marcados por las pasiones del placer violento. Em base a eso se acostumbra a ser llamado “folia”, que viene del frances “folie”, que significa locura o extravagancia. 

Las consecuencias de las exageraciones momescas 

Ya "fue un día la conmemoración de los pueblos guerreros, festejando victorias; fue reverencia colectiva al dios Dionísio, en la Grecia clásica, cuando la fiesta se llamaba bacanalia; en la vieja Roma de los césares, fuertemente marcada por el aspecto pagano, se llamó saturnalia y, en esas ocasiones, se inmolaba a una víctima humana". (2)

Los días conturbados de hoy, se sabe que "(...) de cada diez parejas que caen juntos en la folia, siete terminan la noche peleados (escenas de celos, etc.); que, de esos mismos diez parejas, posteriormente, seis se transforman en adulterio, cabiendo una media de tres para los hombres y tres para las mujeres (por ejemplo); que, de cada diez personas (hombres y mujeres, en el caso) en el carnaval, por lo menos siete se someten espontáneamente a cosas que normalmente abominan en su día a día, como alcohol, entorpecedores, etc. Dicen, aún, que todo eso transcurre del éxtasis alcanzado en la gran Fiesta, cuando el símbolo de la libertad, de la igualdad, pero, también, de la orgia y depravación, sumadas al abuso del alcohol, llevan a las personas a comportarse fuera de lo normal (...)” (3)

El Espíritu Emmanuel advierte: "Al lado de los enmascarados de la pseudoalegría, pasan los leprosos, los invidentes, los niños abandonados, las madres afligidas y sufridoras (...). Mientras hay miserables que extienden las manos suplicando, llenos de necesidades y de hambre, sobran las hartas contribuciones para que los salones se adornen."(4)

Cuando nos damos a las exageraciones de toda suerte, las influencias perniciosas se intensifican y, muchas veces, nos dejamos dominar por espíritus maléficos, ocasionando los infelizes hechos de todos los tipos de violencias. En ese escenario, los obsesores "influencian, durante el Carnaval, los incautos que se dejan arrastrar por las pasiones de Momo, impulsando a excesos lamentables, comunes por esa época del año, y a través de los cuales ellos mismos, los Espíritus, se llenan de todos los goces y desmanes materiales, valiéndose, para tanto, de las vibraciones viciadas y contaminadas de impurezas de los mismos adeptos de Momo, a los cuales se agarran." (5) 

¿Es valido cerrar el centro espírita en los días de carnaval?

Por lo tanto, además de la compañía de encarnados, se vincula a nosotros una innumerable legión de seres invisibles, recibiendo de ellos buenas y malas influencias a depender del rango de sintonía en que nos encontremos. Las tendencias al trastorno comportamental de cada uno, y la correspondiente impotencia o apatia en vencerlas, son cual hermanas que atrae a los espíritus desequilibrados y fomentadores de la separación a la dignidad humana, que, en suma, no existirían si viviéramos en el firme propósito de educar las pasiones instintivas que nos animalizan. Delante de eso, Emmanuel ratifica la amonestación: "Es lamentable que en la época actual, cuando los conocimientos nuevos felicitan la mentalidad humana, suministrándoles la llave maravillosa de sus elevados destinos, abriéndose las bellezas y los objetivos sagrados de la Vida, se verifiquen excesos de esa naturaleza [CARNAVAL] entre las sociedades que se pavonean con los títulos de la civilización." (6)

Outra cuestión: ¿será válido cerrar las puertas de los centros espíritas em los días de carnaval, o cambiar el procedimento de las reuniones?

Existen algunos centros que cierran sus puertas en los festivos del carnaval por varios motivos no razonables. Replanteemos: una persona con necesidades inmediatas de atención fraterna, o de los recursos espirituales urgentes en caso de obsesión, sería fraterno hacerla esperar para ser atendida después de las "cenizas", una vez ocurriendo esa infelicidad en día de festivo momesco? Conviene recordar que Jesús curaba los sábados, aunque la costumbre de la época no lo permitiera. Por eso aún, Él dijo: "¿Por qué no puedo curar a los sábados si mi Padre trabaja siempre?". (7) 

¿Qué trae el carnaval a nuestro Espíritu? 

Los folies permanentes alegan que el carnaval es un relajante de tensiones, liberando las energías... Sin embargo, en el periodo carnavalesco, no encontramos disminuidas las tasas de agresividad y las neurosis. Lo que se ve es un verdadero sumatorio de la violencia urbana y de infelicidad familiar. Las estadísticas registran como consecuencias del "reinado de Momo", por ejemplo, embarazos indeseados y la consecuente proliferación de abortos provocados, accidentes automovilísticos, aumento de la criminalidad, violaciones, suicidios, incremento del uso de diversas substancias estupefacientes y de alcohólicos, así como el surgimiento de nuevos viciados, diseminación de las enfermedades sexualmente transmisibles (inclusive el SIDA) y las ulceraciones morales, marcando, profundamente, ciertas almas irreflesivas e imprevisoras.

Los tres días de folia, así, podrán transformarse en tres siglos de penosas reparaciones. Es bueno que pensemos un poco en esto: ¿qué trae el carnaval a nuestro Espíritu? ¿Alegría? ¿Diversión? ¿Cultura? ¿Será que el llamamiento de Momo hace de nosotros hombres o mujeres mejores? ¿Edifica nuestro Espíritu? Muchos espíritas, ingenuamente, juzgan que la participación en las fiestas de carnaval, tan del agrado de los brasileños, ningún mal acarrea a nuestra integridad fisiopsicoespiritual. Sin embargo, por detrás de la aparente alegría y transitoria felicidad, se revela el verdadero retraso espiritual en que aún vivimos, por la explosión de animalidad que aún impera en nuestro ser. Es importante acordarlos de que hay muchas otras formas de diversión, recreación o entretenimiento disponibles al hombre contemporáneo, algunos verdaderos medios de alegría saludables y perfeccionamiento (individual y colectivo), para nuestra elección. 

El espíritu está listo, pero la carne es débil 

No vemos, por fin, otro camino que no sea el de la "abstinencia sincera de los recreos", del control de las sensaciones y de los instintos, de la canalización de las energías, empleando el tiempo de festivo del carnaval para el descubrimiento de sí mismo, la relaciones con los familiares, el aprendizaje a través de libros y películas instrutivas o por la frecuencia a reuniones espíritas, eventos educacionales, culturales o aún el descanso, ya que el ritmo frenético del día a día exige, cada vez más, preparación y estructura físico-psicológica para los embates por la supervivencia.

En síntesis, si el carnaval es una amenaza al bienestar social, nosotros espíritas tenemos mucho que ver con el, porque una de las tareas primordiales de nuestra Doctrina es la de luchar por dispositivos de preservación de los valores más dignos de la Sociedad, sin que se violente, obviamente, el derecho soberano del libre albedrío de cada uno, pero no olvidándonos de que en el carnaval siempre ocurre obsesión (espiritual) como resultado de la invigilancia y de los desvíos morales.

Solamente podremos garantizar la victoria del Espíritu sobre la materia, si fortaleciéramos nuestra fe, renovándonos mentalmente, practicando el bien en los moldes de los códigos evangélicos, propuestos por JesuCristo, y no olvidando los divinos consejos del Maestro: "Vigila y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu en verdade está listo, pero la carne es débil”. (8)

 

Referências bibliográficas:

(1) Vieira, Waldo. Conduta Espírita, ditado pelo Espirito André Luiz, Rio de Janeiro: Ed FEB, 2001, cap.37 "Perante As Fórmulas Sociais"

(2) Artigo publicado na Revista Visão Espírita - Março de 2000

(3) São José Carlos Augusto. Carnaval: Grande Festa... De enganos! , Artigo publicado na Revista Reformador/FEB-Fev. 1983

(4) Xavier, Francisco Cândido. Sobre o carnaval, mensagem ditada pelo Espírito Emmanuel, fonte: Revista Reformador, Publicação da FEB fevereiro/1987

(5) Pereira, Yvonne A. Devassando o Invisível, Rio de Janeiro: cap. V, edição da FEB, 1998

(6) idem

(7) João 5:17.

(8) Mt 26:41.



 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita