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Estudio de las Obras de Allan Kardec Português   Inglês

Año 9 - N° 443 - 6 de Diciembre de 2015 

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
 
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 
 

Instrucciones Prácticas sobre las Manifestaciones Espíritas

Allan Kardec

(Parte 2)
 

Continuamos en esta edición el estudio del libro Instrucciones Prácticas sobre las Manifestaciones Espíritas, obra publicada por Allan Kardec en el año 1858. Las páginas citadas en el texto sugerido para la lectura se refieren a la edición publicada por la Casa Editorial O Clarim, basada en la traducción hecha por Cairbar Schutel.

Preguntas para debatir  

A. ¿Existe diferencia entre las palabras evocación e invocación?

B. ¿Qué es clarividencia? ¿Podemos decir que clarividencia y lucidez son sinónimos?

C. ¿Cuál es el concepto de magnetismo animal y de dónde deriva esa expresión?

Texto para la lectura

11. Agénere: variedad de aparición tangible, estado de ciertos Espíritus que pueden revestir momentáneamente la forma de una persona viva, al punto de engañar completamente a los observadores. (Vocabulario, pág. 18.)

12. Alma: dotada de numerosos significados, la doctrina espírita dice que el alma espírita, o simplemente alma, es el ser inmaterial, distinto e individual unido al cuerpo que le sirve de envoltura temporal, es decir, el Espíritu cuando está encarnado, y que sólo pertenece a la especie humana. (Vocab., págs. 18 y 19.)

13. Alucinación: aparente percepción de objetos externos, no presentes en el momento; devaneo; ilusión. Los fenómenos espíritas que provienen de la emancipación del alma prueban que lo que se califica como alucinación es, muchas veces, una percepción real análoga a la de la doble vista, del sonambulismo o del éxtasis, provocada por un estado anormal, un efecto de las facultades del alma desprendida de los lazos corporales. (Vocab., pág. 19.)

14. Ángel: según la doctrina espírita, los ángeles no son seres aparte y de una naturaleza especial: son Espíritus del primer orden, es decir, aquellos que han llegado al estado de Espíritus puros después de haber vencido todas las pruebas. (Vocab., págs. 19 y 20.)  

15. Arcángel: la palabra ángel es un término genérico que se aplica a todos los Espíritus puros. Si admitimos para los ángeles diferentes grados de elevación, podremos, empleando términos conocidos, designarlos con las palabras arcángeles  y serafines. (Vocab., págs. 20 y 21.) 

16. Ateo, ateísmo: el ateísmo es la negación absoluta de la Divinidad. Toda religión reposa necesariamente en la creencia en una divinidad. El ateísmo absoluto tiene pocos prosélitos, porque el sentimiento de la divinidad existe en el corazón del hombre, independientemente de cualquier grado de instrucción. El ateísmo y el Espiritismo son incompatibles. (Vocab., pág. 21.) 

17. Deísta: aquél que cree en Dios, sin admitir culto externo. Erróneamente, se confunde a veces deísmo con ateísmo. (Vocab., pág. 22.) 

18. Demonio: tanto en griego como en latín, demonio se aplica a los seres incorpóreos, buenos o malos, que se supone tienen conocimientos y poderes superiores a los del hombre. En las lenguas modernas, esta palabra es generalmente tomada en la mala acepción, que se restringe a los genios malévolos. Los Espíritus enseñan que Dios, siendo soberanamente justo y bueno, no ha podido crear seres consagrados al mal y desgraciados para toda la eternidad. Según ellos, no hay demonios en la acepción absoluta y estricta de esta palabra; hay sólo Espíritus imperfectos que pueden, todos ellos, perfeccionarse por sus esfuerzos y su voluntad. Los Espíritus de la 9ª clase (Espíritus impuros) serían los verdaderos demonios, si esta palabra no implicara la idea de una naturaleza perpetuamente perversa. (Vocab., págs. 22 y 23.) 

19. Demonología, demonomancia: demonología es lo mismo que demonografía – tratado de la naturaleza y de la influencia de los demonios. Demonomancia significa el pretendido conocimiento del futuro por la inspiración de los demonios. (Vocab., pág. 23.)

20. Dios: inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas. Es eterno, inmutable, inmaterial, único, todopoderoso, soberanamente justo y bueno, e infinito en todas sus perfecciones. (Vocab., pág. 23.) 

21. Diablo: según la creencia vulgar, es un ser real, un ángel rebelde, jefe de todos los demonios y que tiene un gran poder para luchar contra el mismo Dios. Conoce nuestros pensamientos más secretos, inspira todas las malas pasiones y toma todas las formas para inducirnos al mal. Según la doctrina espírita, el diablo es la personificación del mal; es un ser alegórico que resume en sí todas las malas pasiones de los Espíritus imperfectos. Sus cuernos y su cola son los emblemas de la bestialidad, es decir, de la brutalidad y de las pasiones animales. (Vocab., pág. 23.) 

22. Duendes: Espíritus maliciosos, más traviesos que malos, pertenecientes a la clase de los Espíritus ligeros. (Vocab., pág. 24.) 

23. Emancipación del alma: estado particular de la vida humana durante el cual el alma, desprendiéndose de sus lazos materiales, recupera alguna de sus facultades de Espíritu y entra más fácilmente en comunicación con los seres incorpóreos. (Vocab., pág. 24.) 

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Existe diferencia entre las palabras evocación e invocación?

Sí. Aunque tengan la misma raíz, vocare: llamar, invocación e invocación no son perfectos sinónimos. Evocar es llamar, hacer venir, hacer aparecer por ceremonias mágicas, por encantamientos. Invocar es llamar hacia sí o en su socorro un poder superior o sobrenatural. Se invoca a Dios por la oración. En la religión católica se invoca a los Santos. Toda plegaria es una invocación. La invocación está en el pensamiento; la evocación es un acto. En la invocación, el ser al cual nos dirigimos nos oye; en la evocación, se desplaza del lugar en el que estaba para venir a nosotros y manifestar su presencia. La invocación se dirige sólo a los seres que suponemos bastante elevados para asistirnos. Se evoca tanto a los Espíritus inferiores como a los superiores. (Vocabulario Espírita, págs. 35 y 36.) 

B. ¿Qué es clarividencia? ¿Podemos decir que clarividencia y lucidez son sinónimos?

Lucidez y clarividencia designan la facultad de ver sin la ayuda de los órganos de la visión. Es un atributo inherente a la propia naturaleza del alma o del Espíritu y que reside en todo su ser; he ahí por qué en todos los casos en los que hay emancipación del alma, el hombre tiene percepciones independientes de los sentidos. La palabra clarividencia es más general; lucidez se aplica más particularmente a la clarividencia sonambúlica. Un sonámbulo es más o menos lúcido, según la emancipación del alma sea más o menos completa. (Vocabulario Espírita, págs. 21, 37 y 38.)  

C. ¿Cuál es el concepto de magnetismo animal y de dónde deriva esa expresión?

El magnetismo animal se puede definir así: acción recíproca de dos seres vivos por medio de un agente especial llamado fluido magnético. La expresión magnetismo animal (del gr. y del lat. magnes, imán) surgió por analogía con el magnetismo mineral. Habiendo demostrado la experiencia que esta analogía no existe,  o es sólo aparente, la denominación dejó de ser exacta. Pero como se ha consagrado por su uso universal y como, además, el calificativo que se le agrega no permite equívocos, habría más inconveniencia que utilidad en cambiar ese nombre. Algunas personas lo sustituyen por la palabra Mesmerismo; sin embargo esta expresión no ha prevalecido. (Vocabulario Espírita, págs. 38 y 39.)    
 

 

 


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