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Estudio de las Obras de Allan Kardec Português   Inglês

Año 9 - N° 440 - 15 de Noviembre de 2015 

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
 
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 
 

Qué es el Espiritismo

Allan Kardec

(Parte 18)


Damos continuidad a
l estudio del libro Qué es el Espiritismo, obra lanzada en París en julio de 1859. El estudio será presentado en 19 partes. Las páginas citadas en el texto sugerido para la lectura se refieren a la 20ª edición publicada por la Federación Espírita Brasileña. Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al final del presente texto. 

Preguntas para debatir 

A. ¿Por qué sentimos antipatía o simpatía por personas que nunca hemos visto ni conocido?

B. ¿Tiene el hombre libre albedrío o está sujeto a la fatalidad?

C. ¿Dónde se origina el mal que existe en la Tierra y por qué predomina en el planeta?

Texto para la lectura

173. El origen del mal en la Tierra está en la imperfección de los Espíritus que aquí encarnan. En cuanto a su predominio, éste procede de la inferioridad del planeta, cuyos habitantes son, en su mayoría, Espíritus inferiores o han progresado poco. (Cap. III, ítem 131, pág. 201.)

174. No siempre una vida penosa es una expiación; muchas veces es una prueba escogida por el Espíritu, que ve en ella un medio para avanzar más rápidamente, según el coraje con que la soporte. (Cap. III, ítem 134, pág. 203.)

175. La riqueza es también una prueba, pero mucho más peligrosa que la miseria, por las tentaciones que suscita y por los abusos que ocasiona. El ejemplo de los que han vivido en la Tierra demuestra que ésa es una prueba en la que la victoria es más difícil. (Cap. III, ítem 134, pág. 203.) 

176. Los estudios espíritas sobre los imbéciles y los idiotas – individuos que presentan retardo mental – prueban que sus almas son tan inteligentes como las de los demás hombres y que esa enfermedad es una expiación infligida a los Espíritus que abusaron de la inteligencia y sufren cruelmente al sentirse aprisionados por lazos que no pueden romper, y por el desprecio del que son objeto, cuando tal vez hayan sido muy considerados en existencias precedentes. (Cap. III, ítem 135, pág. 204.)

177. Durante el sueño, sólo descansa el cuerpo, pues el Espíritu no duerme. Él goza de toda su libertad y de la plenitud de sus facultades; aprovecha el descanso del cuerpo, de los momentos en los que su presencia no es necesaria, para obrar separadamente e ir a donde quiere. Durante la encarnación, el Espíritu queda prisionero al cuerpo por un cordón fluídico, que sirve para llamarlo cuando su presencia es necesaria. Sólo la muerte rompe este lazo. (Cap. III, ítem 136, pág. 204.)

178. Los sueños son el resultado de la libertad del Espíritu mientras duerme; a veces, son el recuerdo de los lugares y las personas que el Espíritu vio o visitó en ese estado. (Cap. III, ítem 137, pág. 204.)

179. Los presentimientos son recuerdos vagos e intuitivos de lo que el Espíritu aprendió en sus momentos de libertad y, algunas veces, avisos ocultos dados por Espíritus benévolos. (Cap. III, ítem 138, pág. 204.)

180. La presencia simultánea del salvajismo y la civilización sobre la Tierra es un hecho material que prueba el progreso que unos ya han realizado y que otros pueden realizar. El alma del salvaje alcanzará, pues, con el tiempo, el mismo grado del alma esclarecida, pero para alcanzarlo deberá pasar por encarnaciones sucesivas. (Cap. III, ítems 139 a 141, pp. 205 y 206.)

181. Las facultades del alma son proporcionales a su depuración; sólo las más elevadas pueden gozar de la presencia de Dios. (Cap. III, ítem 146, pág. 209.)

182. Dios está en todas partes, porque irradia en todas partes. Pero los Espíritus atrasados están envueltos en una especie de niebla que Lo oculta a sus ojos y que sólo se disipa a medida que ellos se desmaterializan y se purifican. (Cap. III, ítem 147, pág. 209.)

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Por qué sentimos antipatía o simpatía por personas que nunca hemos visto ni conocido?

Tanto la simpatía como la antipatía pueden proceder de relaciones anteriores, pero pueden también tener otra causa: la irradiación fluídica común en todas las personas, que puede suscitar impresiones agradables o desagradables en sus semejantes. (Qué es el Espiritismo, capítulo III, ítem 125.)

B. ¿Tiene el hombre libre albedrío o está sujeto a la fatalidad?

El hombre está dotado de libre albedrío, que es una consecuencia de la justicia de Dios. Se trata de un atributo que eleva al hombre por encima de todas las demás criaturas. Si su conducta estuviese sujeta a la fatalidad, no habría para él responsabilidad del mal, ni mérito por el bien que practica. (Obra citada, capítulo III, ítem 128.)  

C. ¿Dónde se origina el mal que existe en la Tierra y por qué predomina en el planeta?

El origen del mal en la Tierra está en la imperfección de los Espíritus que aquí encarnan. En cuanto a su predominio, éste procede de la inferioridad del planeta, cuyos habitantes son, en su mayoría, Espíritus inferiores o han progresado poco. (Obra citada, cap. III, ítem 131.)

 
 

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita