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Año 9 - N° 437 - 25 de Octubre de 2015 
ORSON PETER CARRARA
orsonpeter92@gmail.com
Matão, SP (Brasil)
 
Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com
  

 
Lúcia Cunha Ortiz:

“El contacto social con el anciano es menos frecuente
y menos extenso de lo que ocurre entre los demás
grupos de edad”

La coordinadora del Departamento de Familia de la Asociación Espírita Obreros del Bien, de San Carlos (SP), nos explica lo que
es la abuevangelización y cuál es su propósito

 

Lucía Cunha Ortiz (foto), espírita desde 1989, natural de São Paulo (SP) y residente en San Carlos (SP), es doctora en Historia de la Ciencia. Vinculada a la Asociación Espírita Obreros del Bien, de  la misma ciudad, coordina el Departamento de Familia, ejerciendo también allí la función de evangelizadora y coordinadora del Departamento

de Asistencia Social –DAS. Dedicada a la abuevangelización, nos describe esa experiencia en sus respuestas.

¿Qué es la abuevangelización?

Se trata de una extensión del Sector de Evangelización a las personas ancianas, en actividades programadas en el mismo horario destinado a los demás grupos ya en funcionamiento como, por ejemplo, la evangelización infantil. El objetivo general es establecer una red de apoyo mutuo y de acogida, de valorización de las personas más viejas y de reflexión conjunta y constructiva sobre los temas y preocupaciones comunes en esa fase de la vida. Para cada grupo formado, se ha hecho una encuesta de los temas de interés que componen el programa.

¿Cómo surgió la idea y cuándo?

La idea surgió hace algunos años, cuando varios abuelos acompañaban a sus nietos a la evangelización infantil. El tiempo pasó, la idea fue madurando hasta poder volverse una realidad.

¿Conoce si hay otras experiencias como ésta en el país?

No tenemos conocimiento de ningún otro trabajo de este tipo.

¿Cómo ha sido la aceptación de los participantes?

Aún estamos en el comienzo, las personas aún rechazan y desconfían de lo que será. Pero no vamos a desistir tan fácilmente.

¿Cuál es el perfil de los participantes?

El perfil de los participantes hasta el momento son señoras, no necesariamente viudas, pero en estado de soledad. Hasta el momento, no tenemos la visita de ningún señor. Pienso que los “chicos” son más reacios para admitir que están necesitando ayuda, compañerismo o simplemente de amistad.

¿El movimiento espírita ha asimilado la idea? ¿Ha habido adhesión y divulgación en las instituciones?

Con sólo seis meses de trabajo, todavía no tenemos ninguna respuesta.

De su experiencia acumulada, ¿qué le gustaría transmitir a los lectores?

Me gustaría provocar con algunos cuestionamientos:

  • ¿Sabemos lidiar bien con ese contingente envejecido?
  • De manera general, ¿atendemos alguna de las prioridades de esa población?

Tenemos el Estatuto del Anciano. Hemos mejorado algunas políticas públicas y, en comparación con algunos países del primer mundo, podemos hasta enorgullecernos de algunas cosas.

  • ¿Cuál es la visibilidad del anciano en el Centro Espírita?

La tendencia de la organización y de la vida social de la Casa Espírita es, salvo excepciones, la de reproducir varios aspectos de la cultura dominante. Entonces corremos ese riesgo de tampoco darle mucha atención a los asistentes más ancianos.

  • Un problema cultural en relación al anciano es su invisibilidad en la sociedad. ¿Qué significa esa invisibilidad?

Significa que el contacto social con el anciano es menos frecuente y menos extenso del que ocurre en otras fajas etarias.

¿Algo resaltante que le gustaría relatarnos o algún tema que quisiera agregar?

Hemos observado que las personas que decidieron conocer el trabajo, en cada nuevo encuentro, demuestran cambios de comportamiento en la actitud, en la postura corporal y hasta en la mirada.

Sus palabras finales.

Nuestro trabajo está cumpliendo sus primeros seis meses de vida y viene siendo administrado por los psicólogos espíritas Almir Del Prette y Zilda A. P. Del Prette, y por la señora Maria José Castilho.

Según Almir, “la Abuevangelización” es una clase que agrupa a los ancianos interesados en conversar, aprender y cooperar en las actividades del Centro, en la familia y en la comunidad. Ah sí; el término “viejo” no nos incomoda ni un poco. Anciano es sinónimo de “mejor edad” lo que nos suena como una nueva broma.

Que Jesús nos ayude a trabajar con nuestros hermanos de manera que valoremos sus experiencias personales adquiridas con el tiempo y el entendimiento de la continuidad de la vida. 



 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita

 

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