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Espiritismo para los niños - Célia X. de Camargo - Português Inglês 
Año 9 - N° 429 - 30 de Agosto de 2015 

Traducción
Carmen Morante - carmen.morante9512@gmail.com
 

 

La carta para papá
 

  

Carlitos estaba preocupado. Se acercabael Día del Padre y todavía no había decidido qué regalo le iba a dar a su papá. Trató conseguir información preguntando de manera sutil:

- Papá, ¿qué es lo que no tienes y te gustaría tener?

- Tengo todo lo que necesito, hijo mío. Además, tengo una familia maravillosa que es mi tesoro. Me siento realizado. No necesito nada más.
 

Carlitos se sintió frustrado. Continuaba con el mismo problema: decidir el regalo que le daría a su papá.

El niño fue a la cocina y conversó con su mamá, preguntando lo que le podría regalar a su papá en el Día del Padre.

La mamá sonrió mientras revolvía las ollas y respondió:

- Usa tu imaginación, Carlitos. Observa lo que tu papá dice, lo que hace, y tal vez descubras lo que él desea.

El niño salió de la cocina con la cabecita confundida. Quería que alguien le dijera lo que debía regalarCarlitos se rascó la cabeza, preocupado.

Después, salió desu casa para mirar las vitrinas de las tiendas. Había muchas opciones, pero todas costaban mucho dinero y él, aunque vaciara toda su alcancía, no tendría lo suficiente. Volvió amargado a su casa. Solo podía pensar en el regalo que le daría a su papáel domingo.

Al día siguiente, llegando a la escuela, Carlitos se dio cuenta que todos sus compañeros tenían la misma duda.

Entonces, todos preguntaron a la profesora, quien les sugirió:
 

- ¿Por qué no hacen algo para darle a sus papás?

- Está bien, profesora – asintió Rogerio. - ¿Pero qué?

- Piensen. ¿Qué es lo que a sus papás les gustaría tener? ¿Qué les haría feliz?

Los alumnos se callaron, pensativos. Otro niño refunfuñó:

- ¡Es muy difícil saber esa respuesta, profesora!

- ¿Por qué no comienzan pensando en sus vidas, cómo es su relación con sus papás, con sus hermanos, con los vecinos? ¿Qué es lo que sus papás hablan y ustedes están cansados de oír? ¿Cómo les gustaría que ustedes fueran? –sugirió con una sonrisa.

- Creo que entendí, profesora. Lo que usted quiere decir es que, tal vez, lo que nuestrospapás deseanmáses algo que no se compra en las tiendas, ¿verdad? – dijo Carlitos, sorprendido.

- Exactamente, Carlitos.Algo en lo que ustedes no necesitarán gastar dinero para comprar y que los dejará más satisfechos. Nuestra clase de hoy estará dedicada a hacer esa tarea.

Todos intercambiaron una mirada entre sí, sorprendidos y satisfechos. En seguida, cada uno se puso a anotar en una hoja de cuaderno.

Carlitos volvió a su casa con el pensamiento. Él y su hermana Diana siempre se peleaban y su papá se enojaba y decía que deseaba entrar a la casa y tener paz. Después, Carlitos se acordó de que él dejaba todo fuera de su sitio y quesu papá tambiénse quejabade eso. No le gustaba que jugaran con su equipo de sonido, ni que desobedeciera cuando su mamá lo mandaba a bañarse. Cuanto más pensaba, se acordaba de más cosas.

Entonces, Carlitos escribió una carta a su papá, hablando de cuánto lo amaba y lo mucho que quería verlo feliz. Por eso, se comprometía a no más ponerlo triste o nervioso por hacer algo equivocado.
 

Después que todos terminaron, la profesora sugirió:

- Ahora, ¡solo tienen que hacer una tarjeta bien bonita, colocar dentro lo que escribieron y entregársela a sus papás!

Los niños estaban contentos. Habían resuelto el problema que tanto los inquietaba.

Así, el domingo muy temprano, Carlitos preparó

un bien delicioso desayuno para su papá, con ayuda de su mamá. Colocó todo en una bandeja, junto a la linda tarjeta que había hecho, y fue a llevárselo a su papá, que todavía estaba acostado.

Lollamó:

- ¡Papá!

- ¿Qué pasa, Carlitos? – preguntó el papá al verlo.

- Nada, papá. ¡Vine a desearte un Feliz Día del Padre! ¡Felicidades, papá!

Carlitos colocó la bandeja en la mesita de noche y dio abrazogrande y cariñoso a su papá.

- Te traje un delicioso desayuno para ti, papá.

- ¡Gracias, hijo mío! ¡Me encanta la idea! ¡Ah!... ¡Qué linda tarjeta!

El papá tomó la carta y la leyó, emocionándose mucho. Después, abrazó a su hijo con inmenso amor y, con la voz ahogada por las lágrimas, dijo:

- ¡Estoy orgulloso de ti, Carlitos! ¡Eres el mejor hijo del mundo!

La hermana, que también venía a saludar al papá, vio la escena y se les unió. Todos se unieron en un gran abrazo.

Carlitos sonrió satisfecho, hinchando el pecho y pensando:

“¡Este es el mejor Día del Padre que hemos tenido hasta ahora!”

MEIMEI

(Recibida por Célia X. de Camargo, el 29/07/2013.)

 

                                                                                   



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