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Año 9 - N° 411 - 26 de Abril de 2015
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 
 

Par vivir sabiamente y no tener arrepentimiento después


Mucho se ha comentado el libro “The Top Five Regrets of the Dying” (“Los cinco mayores arrepentimientos de aquellos que están para morir”), de autoría de Bronnie Ware, una enfermera australiana que pasó varios años trabajando en el área de cuidados paliativos, asistiendo pacientes diversos en las últimas 12 semanas de sus vidas. Las observaciones que ella  cosechó en el contacto con esas personas fueron inicialmente publicadas en un blog que, dado el suceso que alcanzó, acabó dando origen al libro a que nos reportamos.

De acuerdo con la enfermera, los pacientes obtienen, de una manera general, una clareza mayor de pensamiento cuando se aproxima el temido instante de la muerte, momento ése donde el remordimiento y el arrepentimiento acaban siendo inevitables.

Extraídos de su obra, he aquí lo que Bronnie Ware listó como los cinco mayores arrepentimientos de aquellos que están para morir, seguidos de sus propios comentarios:

1°. Desearía haber tenido el coraje de vivir la vida que yo quisiera, no la vida que los otros esperaban que yo viviera.

“Ése fue el arrepentimiento más común. Cuando las personas perciben que la vida de ellas está casi en el final y miran hacia atrás, es fácil ver cuantos sueños no fueron realizados. La mayoría de las personas no realizó ni la mitad de sus sueños y tienen de morir sabiendo que eso ocurrió por causa de decisiones que tomaron, o que no tomaron.”

2°. Ojalá no hubiera trabajado tanto.

“Yo oí eso de todos los pacientes hombres que yo asistí. Ellos sentían falta de haber vivido más la juventud de los hijos y la compañía de sus compañeros. Todos los hombres con quien yo hablé se arrepintieron de pasar tanto tiempo de sus vidas en el ambiente de trabajo.”    

3°. Desearía haber tenido el coraje de expresar mis sentimientos.

“Muchas personas suprimieron sus sentimientos para quedarse en paz con los otros. Como resultado, se acomodaron en una existencia mediocre y nunca se tornaron quien realmente eran capaces de ser. Muchos desarrollaron enfermedades relacionadas a la amargura y resentimiento que cargaban.”

4°. Ojalá hubiera estado más en contacto con mis amigos.

“Frecuentemente, ellos no percibían las ventajas de tener viejos amigos hasta que llegasen a sus últimas semanas de vida y no era siempre posible rastrear esas personas. Muchos se quedaron tan envueltos en sus propias vidas que dejaron amistades de oro perderse a lo largo de los años. Todo mundo siente falta de los amigos cuando está muriendo.”

5°. Ojalá hubiera me permitido ser más feliz.

“Ése es un arrepentimiento sorprendentemente común. Muchos sólo perciben eso en el final de la vida – que la felicidad es una escoja. Las personas se quedan presas en antiguos hábitos y normas.”   

Se averigua en la lista arriba que ni todos los problemas que pueden tornar infeliz la criatura humana están ahí contemplados. Existen, efectivamente, muchos otros, y uno de ellos es mencionado por Abel Gomes en un mensaje constante del libro “Hablando a la Tierra”, obra psicografada por Francisco Cândido Xavier: “A medida que nos desarrollamos en sabiduría y amor, consideramos la pérdida de los minutos como siendo la más lamentable y ruinosa de todas”.

Salud y armonía en la vida, he aquí el sueño de todas las personas. Sin embargo, muchos se olvidan de que tal conquista será la consecuencia de nuestras propias actitudes ante la vida y el prójimo, como André Luiz nos propone en el mensaje titulado “Preceptos de Salud”, cuya observancia es que ahorremos arrepentimientos desnecesarios en el término de nuestro pasaje por aquí.

He aquí lo que André nos recomienda: 

1 – Guardad el corazón en paz, delante de todas las situaciones y de todas las cosas. Todos los patrimonios de la vida pertenecen a Dios.

2 – Apoyad en el deber rigurosamente cumplido. No hay equilibrio físico sin armonía espiritual.

3 – Cultivad el hábito de la oración. La oración es Luz en defensa del cuerpo y del alma.

4 – Ocupad el tiempo disponible con el trabajo provechoso, sin olvidar el descanso  imprescindible al justo restablecimiento de las fuerzas y del ánimo. La sugerencia de las tinieblas llega hasta nosotros por la hora vacía.

5 – Estudiad siempre. La renovación de las ideas favorece la sabia renovación de las células orgánicas.

6 – Evitad la cólera. Embravecer es animalizarse cayendo en las sombras de bajo nivel.

7 – Huid a la maledicencia. El lodo agitado atinge a quien lo revuelve.

8 – Siempre que posible, respirad a largos sorbos y no olvidéis el baño diario, aún que ligero. El aire puro es precioso alimento y la limpieza es sencilla obligación.

9 – Comed poco. La criatura sensata come para vivir, en cuanto la criatura imprudente vive para comer.

10 – Usad la paciencia y el perdón infatigablemente. Todos nosotros tenemos sido caritativamente tolerados por la Bondad Divina miles de veces y conservar el corazón en el vinagre de la intolerancia es provocar la propia caída en la muerte inútil. (Del libro “Clases de la Vida”, obra mediúmnica psicografada por el médium Francisco Cândido Xavier.)   




 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita