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Espiritismo para los niños - Célia X. de Camargo - Português Inglês 
Año 8 - N° 404 - 8 de Marzo de 2015

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 

 

El pastel de barro
 

  

José y Marco estaban jugando enfrente de sus casas, como siempre hacían.

Estudiaban en la misma clase y andaban siempre juntos, fuera yendo para la escuela o volviendo de las clases.

La amistad de ellos era conocida y todos la admiraban, comentando como Marco y José se llevaban bien, sin peleas y desentendimientos. Pero eso ocurrió hasta el día en que, por un motivo tonto, ellos se irritaron uno con el otro y pasaron a agredirse.

Gritaba José:
 

— ¡Tú eres así, Marco! ¡Siempre queriendo tener razón en todo!

A lo que Marco replicaba:

— ¿Cómo es así, José? ¡Siempre dejé que tú creyeras tener la verdad, aún creyendo que yo estaba cierto!...

— ¡Ah!... ¿E así? ¡Entonces, no hablo más contigo! — gritó el otro, lleno de rabia.

— Si es lo que deseas, acepto tu decisión — respondió Marco, nervioso.

Ambos se alejaron, cada uno tomando el rumbo de la propia casa.

Sin embargo, no estaban contentos. Pasada la rabia, tristes, echaban en falta estar juntos, de los juegos, de los paseos, de las tareas escolares que hacían codo con codo.

Deseaban que nada de aquello hubiera ocurrido y que aún fueran amigos como antes, sin embargo el orgullo no dejaba que reconocieran el error que cometieron.

Hasta que un día, después de mucha lluvia, el Sol apareció y José decidió salir y pasear por la calle. Cerca de su casa había un jardín y él caminó hasta allá. Se entretenía mirando las plantas lindas y llenas de flores, los árboles con sus hojas limpias y brillantes, cuando notó que alguien a su frente caminaba a su encuentro. Quedó rojo: ¡era Marco!

Sin saber qué hacer, ellos pararon a cierta distancia, y José gritó:

— ¿Hasta aquí tú vienes a incomodarme?

A lo que Marco respondió:

— No, José. ¡No tengo culpa si tu decidiste también pasear por el jardín como yo, aprovechando el día de sol!

José, de temperamento violento, se quedó con más rabia aún y, deseando alcanzar a Marco de alguna forma, miró a su alrededor y vio un gran charco de barro inmediatamente al frente. No tuvo duda. Se bajó, cogió un puñado de barro y lo tiró al otro.

Al notar la disposición de José, Marco abrió mucho los ojos y gritó:

— ¡No!...

Sin embargo el pastel de barro lo alcanzó bien en el pecho. Al ver el perjuicio que José había hecho en su ropa, ahora toda sucia, Marco miró para él y dijo:

— ¿José, no percibes que, deseando alcanzarme, tu  quedaste sucio antes?

Al oír las palabras de Marco, el otro miró para sí mismo. No sólo sus manos estaban sucias, sino también sus ropas.

Marco, que observaba la reacción del amigo, vio que José se quedó descontento en un primer momento, pero después comenzó a reír, encontrando gracia al ver como Marco estaba sucio y él también.

Marco también rió e, intercambiando una mirada, ellos percibieron que aquel momento gracioso había cambiado todo entre ellos. Pasaron a tirar barro uno al otro hasta cansarse.

Después, se aproximaron y se abrazaron, felices por estar juntos de nuevo.

José, con el rostro todo embarrado, reconoció:

— Tú tienes razón, Marco. ¡Para lo alcanzarte, yo me ensucié antes! Muestra que, en  verdad, somos iguales.

— Eso mismo, José. Para criticar a alguien es preciso que seamos diferentes del otro. Estoy feliz por haber restablecido nuestra amistad. ¡Sentí mucho tu falta!
 

— ¡Yo también, amigo Marco! Que nunca más la gente pelee. Y, si eso ocurre, que podamos conversar y entendernos, como dos amigos que realmente somos.

Así, abrazados, ambos fueron caminando y riendo hasta sus casas.

Las madres, que estaban en el portón buscando a ellos, quedaron sorprendidas con la suciedad de

los hijos, pero contentas por verlos amigos de nuevo.

Todo sería diferente de ese día en delante, pues esa lección jamás se les borraría de la memoria durante toda la existencia.

¡Ellos entendieron que lo más importante es siempre el amor que sentimos por las personas queridas que forman parte de nuestras vidas!...   

MEIMEI

(Recebida por Célia X, de Camargo, em 03/11/2014.)

 

                      



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Revista Semanal de Divulgación Espirita