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Año 8 397 – 18 de Enero de 2015
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 
 

Francia en luto


Llegó al fin en el día 9, con la muerte de los terroristas, la cazada que la policía de Francia emprendió con el objetivo de localizar y prender los responsables por el atentado perpetrado en el día 7 de enero, en París, contra el periódico Charlie Hebdo.

Para el lector que no pudo acompañar los hechos, he aquí un breve resumen.

En el día 7, un miércoles, alrededor de las 11h30, dos hombres armados de fusiles AK-47, en uniformes militares, entraron en la redacción del periódico y mataron 11 personas – periodistas, humoristas gráficos y otros miembros del equipo de redacción del periódico.

En la fuga, pararon su coche en el Boulevard Richard Lenoir, bajaron del vehículo y mataron un policía.

Empezó, enseguida, la acción de la policía francesa que movilizó, según divulgado por las autoridades, cerca de 90 mil hombres, entre policías, militares y guardias.

En el día 8, jueves, fue confirmada la identidad de los sospechosos: los hermanos Said y Chérif Kouachi, que tendrían relaciones con el grupo Al Qaeda.

En el día 9, viernes, en Dammartin-em-Goële, a 35 km de París, los sospechosos fueron cercados en una gráfica donde se habían refugiado. La policía invadió el local y, después de intenso tiroteo, los criminosos fueron muertos.

En la secuencia, un miembro de la Al Qaeda en Yemen reivindicó la autoría del ataque al periódico Charlie Hebdo, alegando a la agencia Associated Press que la acción contra el periódico francés fuera una venganza por el honor del profeta Mahoma, que había sido satirizado en el periódico.

El lector no extrañe lo que fue alegado: Mahoma fuera satirizado, o sea, una sátira causó la muerte de 12 personas! – Y eso en nombre de Alá, como Dios es llamado por los musulmanes.

Aunque la cazada haya terminado, es evidente que los problemas continúan. Fanáticos, como sabemos, existen en gran número y no será ninguna sorpresa si episodios semejantes vuelvan a ocurrir.

¿Qué hacer?

¿Qué solución adoptar contra el terrorismo y el extremismo?

Como es en el seno de los adeptos del Islamismo que tienen surgido los atentados terroristas más escabrosos, hay quien entienda que es necesario que el Islam se modernice y busque, con acciones decididas por parte de sus liderazgos moderados, neutralizar los radicales que se abrigan en el Corán para promover masacres, que, sea cual sea el motivo, serán siempre injustificables. Las acciones promovidas por la Al Qaeda y actualmente los actos de agresión realizados por los partidarios del llamado Estado Islámico, que somete buena parte de la población de Irak y de Siria, son una prueba de eso.

Si en la última semana, en este mismo espacio, llamábamos la atención del lector para las dificultades que la Tierra – “un planeta envuelto en sombras” – enfrenta, los acontecimientos de París mostraron que esas dificultades son aún mayores y más serias, porque el atentado contra el periódico francés conmovió el mundo todo y llenó de luto y lágrimas a Francia, el país que nos legó hace más de dos siglos el lema Libertad, Igualdad y Fraternidad.

¿Dónde fue que erramos?

Ésa es la pregunta que todos nosotros debemos hacer y buscar responder.

¿Cómo concertar ese error?

He aquí la grande cuestión.

¿Tendrá alguien la respuesta? 



 


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