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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Ano 8 - N° 386 - 26 de Octubre de 2014

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
 
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 
 

La Génesis

Allan Kardec

(Parte 25)
 

Damos continuidad al estudio metódico del libro La Génesis, los Milagros y las Profecías según el Espiritismo, de Allan Kardec, cuya primera edición fue publicada el 6 de enero de 1868.  Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al  final del presente texto.

Preguntas para debatir

A. ¿Cómo se forman los cuerpos materiales?

B. ¿Es importante la Química para comprender la Génesis del globo?

C. ¿Cómo se formaron los cuerpos de los primeros seres vivos?

Texto para la lectura

464. El Diluvio bíblico – El diluvio bíblico, también conocido con el nombre de “gran diluvio asiático”, es un hecho de cuya existencia no se puede dudar. Debe haberlo ocasionado el levantamiento de una parte de las montañas de aquella región, como sucedió en México. Corrobora esta opinión la existencia de un mar interior que, en tiempos remotos, se extendía desde el mar Negro hasta el océano Boreal, hecho comprobado por las observaciones geológicas. El mar de Azov, el mar Caspio, cuyas aguas son saladas, aunque no tengan ninguna comunicación con ningún otro mar; el lago Aral y los numerosos lagos diseminados en las inmensas planicies de Tartaria y en las estepas rusas parecen restos de aquel antiguo mar.

465. Durante el levantamiento de las montañas del Cáucaso, con posterioridad al diluvio universal, una parte de aquellas aguas fue empujada hacia el norte, en dirección al océano Boreal y otra parte hacia el sur, en dirección del océano Índico. Estas inundaron y devastaron precisamente la Mesopotamia y toda la región habitada por los antepasados del pueblo hebreo.

466. Aunque este diluvio se haya extendido sobre una superficie muy grande, en la actualidad es un hecho comprobado que sólo fue local; que no pudo haber sido causado por la lluvia, pues por muy copiosa que ésta haya sido y aunque se haya prolongado durante cuarenta días, el cálculo demuestra que la cantidad de agua caída de las nubes no podría ser suficiente para cubrir toda la tierra, hasta por encima de las montañas más altas.

467. Para los hombres de entonces, que sólo conocían una extensión muy limitada de la superficie del globo, y que no tenían ninguna idea de su configuración, desde el momento que la inundación invadió los países conocidos, para ellos había sido invadida toda la Tierra. Si a esta creencia le agregamos la forma imaginaria e hiperbólica de la descripción, forma peculiar del estilo oriental, ya no nos sorprenderá la exageración de la narración bíblica.

468. El diluvio asiático fue evidentemente posterior a la aparición del hombre sobre la Tierra, puesto que el recuerdo del mismo se conservó por tradición en todos los pueblos de esa parte del mundo, consagrándolo en sus teogonías. Es igualmente posterior al gran diluvio universal que marcó el inicio del período geológico actual. Cuando se habla de hombres y de animales antediluvianos, se hace referencia al primer cataclismo.

469. Revoluciones periódicas – Además de su movimiento anual alrededor del Sol, que da origen a las estaciones, de su movimiento de rotación sobre sí misma en 24 horas, que da origen al día y la noche, la Tierra tiene un tercer movimiento que se completa en aproximadamente 25.000 años, o más exactamente en 25.868 años, y que produce el fenómeno denominado precesión de los equinoccios. Este movimiento, que no se puede explicar en pocas palabras sin la ayuda de figuras y sin una demostración geométrica, consiste en una especie de oscilación circular, que puede ser comparada a la de un trompo a punto de detenerse, a consecuencia del cual, el eje de la Tierra cambia de inclinación.(1)

470. El equinoccio es el instante en que el Sol, al pasar de un hemisferio a otro, se encuentra perpendicular al ecuador, lo que sucede dos veces al año, el 21 de marzo, cuando el Sol pasa al hemisferio boreal, y el 22 de setiembre, cuando regresa al hemisferio austral.

471. Las consecuencias de este movimiento no pudieron aún ser determinadas con precisión, porque sólo se ha podido observar una pequeña parte de su revolución. Respecto a este tema, no hay más que presunciones, algunas de las cuales tienen cierto grado de probabilidad.

472. Cataclismos futuros – Las grandes conmociones telúricas se han producido en la época en que la corteza sólida de la Tierra, por su poco espesor, no ofrecía casi ninguna resistencia a la efervescencia de las materias incandescentes de su interior. Tales conmociones fueron disminuyendo a medida que esa corteza se consolidó. Numerosos volcanes ya se hallan apagados y otros están recubiertos por terrenos de formación posterior.

473. Indudablemente, aún podrán producirse perturbaciones locales como consecuencia de erupciones volcánicas, de la eclosión de algunos volcanes nuevos y de inundaciones súbitas de ciertas regiones; podrán surgir islas del mar y otras ser tragadas por él; pero ya pasó el tiempo de los cataclismos generales, como los que marcaron los grandes períodos geológicos. La Tierra adquirió una estabilidad que, sin ser absolutamente invariable, resguardará en adelante al género humano de las perturbaciones generales, a menos que intervengan causas desconocidas, extrañas a ella, y que de ningún modo se puedan prever.

474. En cuanto a los cometas, hoy estamos muy tranquilos en relación a la influencia que ejercen, más saludable que nociva, porque parece que están destinados a abastecer a los mundos, si se puede decir así, llevándoles los principios vitales que reunieron durante su recorrido por el espacio y en su aproximación a los soles. Así pues, serían fuentes de prosperidad antes que mensajeros de desgracias.

475. La naturaliza fluídica que poseen, hoy totalmente comprobada, aleja todo temor de choques violentos, porque si uno de ellos se topase con la Tierra, ésta lo atravesaría como si pasase a través de la neblina.(2)

476. Tampoco es temible la cola que arrastran, pues no es otra cosa que la reflexión de la luz solar en la inmensa atmósfera que los circunda, ya que se muestra constantemente dirigida hacia el lado opuesto del Sol y cambia de dirección según la posición de este astro.

477. Esa materia gaseosa podría también, como consecuencia de la rapidez con la que viajan, formar una especie de cabellera, semejante al surco que deja un barco en marcha o el humo de una locomotora. Además, numerosos cometas ya se han aproximado a la Tierra sin causar daño alguno.

478. En virtud de sus respectivas densidades, la Tierra ejercería sobre el cometa una atracción mayor que la del cometa sobre ella. Sólo un resto de los viejos prejuicios pueden hacer que la presencia de un cometa inspire temor.

479. Igualmente se debe colocar en la lista de las hipótesis quiméricas la posibilidad de un encuentro de la Tierra con otro planeta. La regularidad y la invariabilidad de las leyes que presiden los movimientos de los cuerpos celestes quitan toda posibilidad a este encuentro.

480. La Tierra, sin embargo, tendrá fin. ¿Cómo? Eso está todavía en el terreno de las conjeturas; pero, como está aún lejos de la perfección que puede alcanzar y de la vetustez que indicaría su declinación, sus habitantes actuales pueden estar seguros de que tal hecho no sucederá en su tiempo.

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Cómo se forman los cuerpos materiales?

La Química considera elementales a ciertas sustancias, tales como el oxígeno, el hidrógeno, el nitrógeno, el carbono, el cloro, el yodo, el flúor, el azufre, el fósforo y todos los metales. Al combinarse, esas sustancias forman cuerpos compuestos: los óxidos, los ácidos, los álcalis, las sales, y las innumerables variedades que resultan de la combinación de éstos. La combinación de dos cuerpos para formar un tercero exige una especial confluencia de circunstancias: ya sea de un determinado grado de calor, de sequedad o de humedad; o bien de movimiento o reposo; o una corriente eléctrica, etc. Si estas condiciones no existen, la combinación no se producirá. Cuando hay combinación, los cuerpos componentes pierden sus propiedades características, mientras que el compuesto que resulta de ellos adquiere otras, diferentes de las primeras. Así es, por ejemplo, como el oxígeno y el hidrógeno, que son gases invisibles, al combinarse químicamente forman el agua, que es líquida, sólida o vaporosa, según la temperatura. En el agua, a decir verdad, ya no hay ni oxígeno ni hidrógeno, sino un nuevo cuerpo. Al descomponerse esta agua, los dos gases vuelven a ser libres y recobran sus propiedades: ya no hay agua.

La composición y descomposición de los cuerpos sucede como consecuencia del grado de afinidad que posean entre sí los principios elementales. La formación del agua, por ejemplo, resulta de la afinidad recíproca que existe entre el oxígeno y el hidrógeno; pero si se pusiera en contacto con el agua un cuerpo que tenga más afinidad con el oxígeno que con el hidrógeno, el agua se descompone: el oxígeno es absorbido y el hidrógeno queda libre. Ya no habrá agua.

Los cuerpos compuestos se forman siempre en proporciones definidas, es decir, por la combinación de una cantidad determinada de los principios constituyentes. Así, para formar agua son necesarias una parte de oxígeno y dos de hidrógeno. Si se combinan dos partes de oxígeno con dos de hidrógeno, en vez de agua se obtiene bióxido de hidrógeno, un líquido corrosivo formado, no obstante, con los mismos elementos que entran en la composición del agua, pero en otra proporción.

En pocas palabras, ésa es la ley que preside la formación de todos los cuerpos de la naturaleza. La innumerable variedad de estos cuerpos resulta de un pequeño número de principios elementales combinados en proporciones diferentes. Por ejemplo: el oxígeno, combinado en determinadas proporciones con el carbono, el azufre y el fósforo, forman los ácidos carbónico, sulfúrico y fosfórico; el oxígeno y el hierro forman el óxido de hierro o herrumbre; el oxígeno y el plomo, ambos inofensivos, dan origen a los óxidos de plomo, tales como el litargirio, el blanco de plomo y el minio, que son venenosos. (La Génesis, cap. X, ítems 3 a 8.)

B. ¿Es importante la Química para comprender la Génesis del globo?

Sí. Las experiencias demuestran que la Química es necesaria para la comprensión de la Génesis. Antes de conocer las leyes de la afinidad molecular, era imposible comprender la formación de la Tierra. El análisis químico muestra que todas las sustancias vegetales y animales están compuestas por los mismos elementos que los cuerpos inorgánicos. De esos elementos, los que desempeñan un papel importante son el oxígeno, el hidrógeno, el nitrógeno y el carbono. Los demás aparecen de manera secundaria.  (La Génesis, cap. X, ítems 9, 10 y 12.)

C. ¿Cómo se formaron los cuerpos de los primeros seres vivos?

La ley que preside la formación de los minerales conduce naturalmente a la formación de los cuerpos orgánicos. Como hemos visto, la Química muestra que todas las sustancias vegetales y animales están compuestas por los mismos elementos que los cuerpos inorgánicos.

Algunos ejemplos comunes nos permitirán comprender las transformaciones que se operan en el reino orgánico por la sola modificación de los elementos constitutivos. En el jugo de uva, no hay vino ni alcohol, sino sólo agua y azúcar. Cuando el jugo madura y son propicias las circunstancias, se produce en él un trabajo íntimo al cual se le da el nombre de fermentación. En ese trabajo, una parte del azúcar se descompone; el oxígeno, el hidrógeno y el carbono se separan y se combinan en las proporciones necesarias para formar el alcohol, de manera que al beber el jugo de la uva, no se bebe alcohol realmente, puesto que todavía no existe. Éste se forma de las partes constituyentes del agua y del azúcar, sin que haya, en definitiva, una molécula más o menos.

En el pan y en las legumbres que se comen no hay, ciertamente, ni carne, ni sangre, ni huesos, ni bilis, ni materia cerebral; sin embargo, esos mismos alimentos, al descomponerse y recomponerse durante el trabajo de la digestión, producen esas diversas sustancias tan sólo por la trasmutación de sus elementos constitutivos.

Lo que sucede diariamente ante nuestros ojos puede darnos una pista de lo que ocurrió en el origen de los tiempos, porque las leyes de la Naturaleza no varían. Puesto que los elementos constitutivos de los seres orgánicos e inorgánicos son los mismos; que sabemos que constantemente y en determinadas circunstancias, forman las piedras, las plantas y los frutos, podemos concluir entonces que los cuerpos de los primeros seres vivos se formaron, como las primeras piedras, por la unión de las moléculas elementales, en virtud de la ley de afinidad, a medida que las condiciones de vitalidad del globo fueron propicias a tal o cual especie. (La Génesis, cap. X, ítems 12 a 15.)

Notas:

(1) Conforme los datos científicos que hoy conocemos, se sabe que el movimiento conocido como precesión de los equinoccios no interfiere en  las estaciones del año, ya que el eje de la rotación de la Tierra mantiene su valor de 23,5°. Lo que ocurre es el cambio de posición en que la Tierra se encuentra en la órbita alrededor del Sol en una dada estación. [Observación hecha por el estudioso Luiz Gonzaga Pinheiro, autor de la obra Apelos do Tempo (Súplicas del Tiempo), publicada por la editora IDEAS@Work.]

(2) Se sabe hoy que los cometas son sólidos. Son como una roca, a veces de más de un Kilómetro de tamaño. Una roca de tal porte, al chocarse contra la Tierra, provocaría un daño tan grande cuanto el meteoro que causó la muerte de los dinosaurios. La naturaleza fluídica es propia  de la cola del cometa y no de su núcleo, que es rocoso. [Sobre el asunto, ved la obra Apelos do Tempo (Súplicas del Tiempo), de autoría de Luiz Gonzaga Pinheiro, publicada por la editora – IDEAS@Work.]

 

 


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