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Año 8 368 22 de Junio de 2014
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 
 

Dios…  ¿Será qué Tú existes?


Gracias a un bellísimo montaje hecho por un cofrade de Minas Gerais, están difundiendo en las redes sociales un bello video formado con la oración titulada “Dios”, de autor desconocido, en la cual el autor dice haber buscado Dios por toda parte y, después de haber dudado de su existencia y tras incesante búsqueda, revela como Lo encontró. Como música de fondo, el autor del video insirió la linda canción Best That You Can Do, de Christopher Cross, uno de los hits de la década de 1980, que el lector, caso  quiera, puede oírla pulsando en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=FqTkxFJHrNw

Dice así el texto de la oración:  

                                                   Dios… 

Llevé tanto tiempo buscándote

No sabía dónde estabas, miraba al infinito y no Te veía.

Y pensaba conmigo mismo: ¿será qué Tú existes?

No me contentaba con la búsqueda y proseguía,

Intentaba encontrarte en las religiones y en los templos;

Tú también no estabas.

Te busqué a través de los sacerdotes y pastores;

También no te encontré.

Me sentí sólo, vacío, desesperado y descreí.

Y en la descreencia Te ofendí,

Y en la ofensa tropecé,

Y en el tropiezo caí,

Y en la caída me sentí débil.

Débil, busqué socorro.

En el socorro encontré amigos,

En los amigos encontré cariño,

En el cariño yo vi nacer el amor,

Con amor yo vi un mundo nuevo

Y en el mundo nuevo resolví vivir…

Lo que recibí, resolví donar.

Donando alguna cosa, mucho recibí

Y en recibiendo me sentí feliz.

Y al ser feliz, encontré la paz.

Y teniendo la paz fue que vi

Que dentro de mí es que Tú estabas 

Y sin buscarte fue que Te encontré. 

La reacción de las personas que ven el video citado ha sido, en general, de gran emoción, de rara alegría, de contentamiento inusitado, no sólo por la belleza de la melodía, sino, sobre todo, por el mensaje contenido en la oración que acabamos de leer. 

Cuando lo vimos, nos acordamos de inmediato, con emoción, de un momento semejante, narrado en una de las obras de Manoel Philomeno de Miranda, psicografada por Divaldo Franco. Nos referimos al libro En los Bastidores de la Obsesión, en que, en el capítulo 16, sellando el encuentro con Teofrastus, su amado de quien fuera apartada por los tristes acontecimientos del periodo inquisitorial, la joven Ana María (la misma Henriette de los episodios de Ruán) le dice: “Aprendí, cuando estudiaba el Evangelio, en niña, en Ruán, este concepto que nunca olvidé: ‘Cuando yo buscaba Dios fuera de mí, no Lo encontraba; cuando lo buscaba dentro de mí, Lo tenía perdido; resolví amar y ayudar mi prójimo y me deparé conmigo, con Dios y con mi hermano’. Buscando a Jean y ayudándolo, nos encontraremos los tres en la felicidad…”

Que las dos experiencias contenidas en la oración transcrita y en el testimonio de Ana María puedan ayudarnos también a encontrar a Dios, ese Padre amoroso que, en verdad, sólo desea el bien a sus criaturas, aunque ni siempre lo percibimos.




 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita