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Año 7 353 – 9 de Marzo de 2014
PAULO ARTUR GONÇALVES   
pauloarturgoncalves@gmail.com    
Paraisópolis, MG (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Paulo Artur Gonçalves

¿Por qué la población de
la Tierra aumenta si los Espíritus que van y vienen son los mismos?

 
 
Toda vez que se habla de reencarnación alguien viene con la clásica pregunta: Si ella existe y los Espíritus son los mismos que van y vienen, ¿cómo se explica el aumento de la población del mundo?

Es esto que vamos a comentar.

La creencia en la reencarnación es una de las más antiguas de la humanidad. La primera referencia documentada fue encontrada en un papiro egipcio de 3.000 años a.C.

El Espiritismo surgió en el siglo 19 y vino a reafirmar esta creencia y, además de eso, esclarecer las reglas a las cuales ella está sometida.

De entre las explicaciones del Espiritismo, tenemos:

1. Espíritu es el principio inteligente del universo y Dios creó a todos, sin excepción, simples e ignorantes, sin embargo con una voluntad enorme de progresar, digo evolucionar.

2. La evolución se da tanto en el plano material como espiritual. Mientras más primitivo el Espíritu, más necesita él del plano material.

3. A medida que el Espíritu va purificándose, menos necesita de este nuestro plan material.

4. El Espíritu, cuando está en el tope de la evolución, no necesita él reencarnar más. Son Espíritus puros.

5. En cuanto a las almas de los animales, por no estar aún desarrollando la inteligencia racional (desarrollan sólo la inteligencia instintiva), la vida en el plano material para ellos es suficiente. La reencarnación puede ser de inmediato (puede ser, no significa que es, depende de la disponibilidad de cuerpos).

HAY ESPÍRITUS QUE REENCARNAN DE INMEDIATO

6. Reencarnar es una oportunidad bendecida en base a la dificultad pertinente a la disponibilidad de cuerpos. No hay accesibilidad plena a la reencarnación. Luego, hay fila.

7. Hay Espíritus que reencarnan de inmediato y hay otros que llegan a tardar siglos. ¿Curva normal (Gauss)?

8. Hay cerca de 3 a 4 Espíritus desencarnados para cada 1 encarnado. Esto fue dicho hace algún tiempo, cuando la población de la Tierra – número de encarnados – era cerca de 6 mil millones. Luego, el número de Espíritus, en total, sería de 24 a 30 mil millones de individuos.

9. La Tierra, ni de lejos, es el único planeta habitado en el universo. Como dijo Jesús: hay muchas moradas en la casa de mi padre.

10. Un Espíritu puede ir a cualquier punto del universo por la velocidad del pensamiento, siendo que a los menos evolucionados muchas regiones les son restringidas.

11. Al desplazarse de un orbe para otro, el Espíritu deja en el orbe de origen su periespíritu, por este ser de una materia sutil y, por ser materia, está sometido a las leyes de la física. Un periespíritu para desplazarse tiene como límite la velocidad de la luz, no pudiendo acompañar el Espíritu que se desplaza en la velocidad del pensamiento. Así, el Espíritu toma en el orbe de destino otro periespíritu con la naturaleza de la materia de allá.

EL CICLO REENCARNATORIO TENDRÍA 280 AÑOS

De ahí podemos coger algunas conclusiones que son:
 

  • Tiempos medios entre dos reencarnaciones:                    

En el principio de la evolución, el homo sapiens, por ser muy próximo a un animal, podía reencarnar de inmediato. Luego, si hubiera accesibilidad plena a cuerpos, su tiempo en el plano espiritual, entre encarnaciones, sería próximo a cero.

Al final de la escalera de la evolución para los Espíritus puros, el tiempo entre reencarnaciones es infinito.
 

  • Ciclo reencarnatorio:

La relación de 4:1 sólo es válida para el punto de la escala evolutiva en que nos encontramos; así, si la expectativa de vida, en este punto, es de 70 años, un Espíritu espera la media de 280 años desencarnado para encarnar por 70 años.

Esto totaliza 280 años entre los estados de encarnado y desencarnado, a que estamos llamando de ciclo reencarnatorio.

En ese periodo de tiempo están sumados los tiempos de la necesidad evolutiva y el de fila de espera por la falta de accesibilidad plena de cuerpos.

Para efecto de simplificación de la plantilla, vamos a admitir que ahora la accesibilidad sea plena y así los 280 años es nuestra media actual para un ciclo (encarnado y desencarnado).

Esa media se asemeja a la media de una curva normal (Gauss) y, de esta forma, en las extremidades de la misma existirá un pequeño porcentaje de Espíritus que reencarnan casi de inmediato, así como otra que tarda mucho más que la media. También habrá una cantidad muy grande de puntos intermediarios.

LA EVOLUCIÓN SE DA EN PEQUEÑOS PASOS

El año 1 de la Era Cristiana (nacimiento de Jesús), según un artículo publicado en la revista Época, del 6 de junio de 2011, éramos 300 millones de Espíritus encarnados.

Admitiendo que el tiempo de desencarnado era igual al tiempo de encarnado (relación 1:1) y aún manteniendo la accesibilidad plena, el número total de Espíritus en el planeta era de 600 millones

Si la expectativa de vida fuese 35 años, un ciclo reencarnatorio duraba 70 años.

Si mantuviéramos el ciclo reencarnatorio actual de 280 años y añadimos una limitación de accesibilidad, ese número podría ser aumentado en 4 veces (4=280/70) lo que aumenta el número total de Espíritus para 2,4 mil millones. Es decir, 10% de los 24 mil millones citados.

Para cerrar la cuenta, el ciclo reencarnatorio debería ser de 2.800 años lo que significaría que puede haber aún Espíritus del tiempo de Jesús por reencarnar.

Llegamos ahí a un absurdo, simplemente comparando el grado de civilización de un hombre de aquella época con el de hoy. Absurdo porque esto representa un salto enorme en la evolución, hecho que el Espiritismo enseña que no ocurre.

La evolución se da en pequeños pasos, sometida, sin embargo, a una ley de crecimiento exponencial, como comenzó a ocurrir en los últimos tres siglos.

El artículo de la revista citado trae datos de la población global desde 200 mil años a.C.

LOS ESPÍRITUS MIGRARON DE OTROS ORBES PARA AQUÍ

A seguir, el resumen:

año 200 mil a.C. – 10 mil (homo sapiens)

año 10 mil a.C. –  1 millón (inicio de la agricultura)

Año 1 – 300 millones (inicio de la Era Cristiana)

año 1.000 d.J.C. – 310 millones

año 1.500 d.J.C. – 500 millones

año 1.801 d.C. – 1 billón

año 1.900 d. C. – 1,7 billón

año 2.000 d. C. – 6 billones

año 2.011 d. C. – billones.

Si comparáramos el año 1 con el año 1.800 (siglo 19), cuando la población de la Tierra era de 1 mil millones de Espíritus encarnados, las cuentas ya quedan aceptables.

Así, en los tres últimos siglos debe haber habido migración de Espíritus de otros puntos del universo para aquí.             

Por otro lado, si comparáramos el año 1 con 1.800, esa necesidad de migración se presenta bien reducida, pues, actuando sólo en los parámetros de reducción del tiempo de espera, expectativa de vida media y tiempo medio en el plano espiritual (erraticidad), el crecimiento de la población encarnada nos parece razonable.

Tuvimos grandes saltos en los siglos 19, 20 y 21. El siglo 19 quedó marcado por el inicio de la expansión del conocimiento, el 20 por el crecimiento de la industria y el 21 por la tecnología.

EVOLUCIONAR ES COMO HACER DULCE DE LECHE...

Para hacer dulce de leche (¡baño demás sólo!) hasta llegar a querer dar el punto, se debe cocinar un tanto. Vamos a hacer cuenta que evolucionar es cómo hacer dulce de leche... Cuando un orbe pasa de una categoría para otra (de primitivo para prueba y expiación y de ahí para regeneración), es porque llegó al punto.

Así, del siglo 1 al 17, la evolución fue muy pequeña y nuestro orbe estaba, por así decir, cocinando a los Espíritus, que aquí vivían casi en un sistema evolutivo cerrado, sin mucha interacción migratoria con otros orbes.

A finales del siglo 18 fuimos llegando hasta el punto de comenzar a vislumbrar un cambio de mundo de prueba y expiación para regeneración.

Para llegar a este punto, llevamos dos mil siglos (200.000 años), a contar del evento del homo sapiens. Si contáramos del inicio de la formación de la Tierra, ya serán 45 millones de siglos o 4,5 mil millones de años.

Si cocinar por 2 mil o 45 millones de siglos es dar el punto, sólo en 2 siglos este punto será un evento muy raro. Él debe ser aprovechado por quien ya esté en la condición para tal. Como la Tierra, muchos otros orbes están cocinando también, sin embargo sin llegar al punto, como conjunto.

Los Espíritus que aisladamente llegan “al punto” (minoría del brazo superior de la curva normal) tienen que migrar para otro orbe donde la media ya está al punto. Como nuestra Tierra está llegando “al punto”, muchos de ellos vienen para acá.

El Libro de los Espíritus explica que un Espíritu puede migrar para cualquier punto del universo con la velocidad del pensamiento. Para tal él deja su periespíritu en el orbe de origen y toma otro periespíritu en el orbe de destino, ya con la materia de allá.

LA LLAMADA RAZA ADÁMICA VINO DE OTRO ORBE

Eso ocurrió con lo que el Espiritismo llama de integrantes de la raza adámica, cuando vinieron para aquí, venidos de otro orbe, en el momento que pasamos de mundo primitivo para pruebas y expiación. (1)

Son pocos Espíritus de muchos orbes, lo que en la suma da una cantidad grande.

Ahora, en el siglo 21, se suman a esos Espíritus otros que vendrán de orbes más adelantados para ayudar en el proceso de transición que ya se inició.

Así, ese aumento de la masa de Espíritus es explicable y debe tener una reducción cuando finalice el pasaje de mundo de prueba y expiación para regeneración, porque los Espíritus que permanezcan en el brazo inferior de la curva normal no llegarán “al punto”. Tendrán que salir para otro mundo que aún está cocinando en el estado de prueba y expiación, o entrando en el.

Si la mayoría de los Espíritus que están migrando para acá vienen de mundo de pruebas y expiación, como una oportunidad de mejorar, una minoría viene de mundos más adelantados, ya en el estadio de regeneración, para auxiliarnos en esta transición.

Esos Espíritus, sumados a los de aquí mismos, que ya alcanzaron la punta del brazo superior de la curva normal, son los misioneros de esta transición que ya estamos pasando, conforme es citado en el Apocalipsis, uno de los libros que componen el Nuevo Testamento.

 

 (1) Kardec enseña que la raza adámica vino de otro orbe, hace  - 6 mil años, sin embargo no la nombra. Existen otros autores que enseñan que pertenecen a un sistema evolutivo llamado Capela, que es compuesto de una cierta cantidad de orbes y que esa migración ocurrió hace miles de años. La diferencia entre Kardec y estos está en el nombre y en la localización del punto de origen, así como en el tiempo en que eso ocurre, y no en el hecho en sí.

El hecho común a ambos es que otro orbe, que no la Tierra, pasó de la categoría de mundos de Prueba y Expiación para mundo de Regeneración.

Cuando eso se dio, algunos Espíritus no tenían condiciones evolutivas de continuar allá y tuvieron que ser removidos. Luego, fueron de allá exiliados. Esos Espíritus vinieron para nuestra Tierra, que por esa época estaba evolucionando de Mundo Primitivo para Prueba y Expiación.

También existe la creencia de que esos Espíritus exiliados aquí recibieron la denominación de raza adámica, y el sentimiento de Paraíso perdido se refiere al mundo del cual ellos vinieron.

La Tierra de hoy, comparada con ella misma, cuando era primitiva, ¿no puede ser considerada un paraíso?



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita