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Año 7 344 – 5 de Enero de 2014
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 


Lo que debemos esperar del año que ahora se inicia


Cuando empieza un nuevo año tenemos la costumbre, de una manera general, proceder a un balance del año que terminó, siguiéndose el establecimiento de planes para la etapa que va a empezar.

Ocurre entonces algo que, según varios autores espiritas, se observa igualmente en el periodo que sucede al desencarne de una persona.

La respuesta que se da a la usual pregunta - ¿Qué hice yo del tiempo y de los recursos que me fueron concedidos? – se revela fundamental en el planeamiento de las etapas siguientes, y es así, con base en los errores y aciertos, que caminamos de manera gradual en rumbo de aquello que constituye la meta para la cual fuimos creados, que es alcanzar la perfección.

En esta caminata existen los que avanzan o progresan despacito, pero hay quien consigue aprovechar bien las oportunidades recibidas, atingiendo en pocos años lo que para muchas personas exigiría siglos de trabajo y abnegación.

Incesante es, según el Espiritismo, la marcha del progreso, de manera que todos nosotros, más día, menos día, atingiremos el objetivo trazado por el Creador.

En el medio espírita, siempre que el asunto sale a colación, se menciona el caso de Jésus Gonçalves, cuyas existencias pretéritas fueron enfocadas por varios autores.

De esas existencias, tres fueron señaladas por actos que a ninguna persona le gustaría fuesen recordados. El Espíritu de Jésus Gonçalves fue, en el pasado, Alarico, El Grande (siglos IV y V), Alarico II, 8º jefe de los Visigodos (siglos V y VI) y Armand Jean du Plessis Richelieu, el poderoso Cardenal Richelieu (siglos XVI y XVII).

Alarico, El Grande, general y jefe mayor de los Visigodos, aplastó Roma en el inicio del siglo V. Entrenado en las técnicas de guerra dentro del Imperio Romano, devastó Tracia, Grecia e Italia, marcando el fin de una Era. Al desencarnar, se enfrentó, en la Patria Espiritual, con el horror de sus crímenes. Por pedido suyo y con la concordancia de las Esferas Espirituales, volvió a Tierra como Alarico II, de nuevo en el comando y en el seno de su propio pueblo. Sin embargo, a pesar del arrepentimiento demostrado en el Plan Espiritual, no ha conseguido apartarse de su gana de poder y gloria y acabó sucumbiendo a la nueva prueba.

Los siglos avanzaron y resultó que Alarico volvió a reencarnar, de esta vez en tierras francesas, como el poderoso Cardenal Richelieu. Investido de gran poder, Richelieu defendió el absolutismo real y fue por 14 años, del 1628 al 1642, en condición de primer ministro de Francia, el hombre más temido de aquella época.

Hombre de acción, militar completo, católico fervoroso y político de extrema habilidad, la razón del Estado era su razón de ser;  por eso, no tuvo piedad de aquellos que, en su opinión, aflojaban el reino de Francia, siendo responsable directo por los espectáculos de sangre que ocurrieron durante su administración y que dejaron muchos pueblos en la miseria. Richelieu desencarnó en 4 de diciembre de 1642, víctima de una extraña enfermedad: tumores de diagnóstico desconocido. 

En inicio del siglo XX, más precisamente en 1902, el vuelve al escenario terreno, como Jésus Gonçalves, el Poeta de las Llagas Redentoras, que viviría hasta 1947, en busca de su pacificación a través de pruebas ásperas y redentoras, en que el mal de Hansen – la hanseníase – cumpliría un papel importante. 

Según algunas fuentes, no fue esa la primera vez que él enfrentaba esa enfermedad. Pero lo que es realmente importante es saber que el enfrentamiento de las consecuencias de sus actos y la búsqueda de la redención por medio del sufrimiento, de la resignación y del amor consiguieron lo que nuestros Bienhechores siempre esperan de nosotros: la transformación moral, la estructuración de un nuevo hombre, comprometido entonces con el bien y la paz.

Entre el desencarne de Richelieu y el de Jésus Gonçalves se pasaron 305 años, un periodo de tiempo que puede parecer excesivo, pero… ¿lo qué es excesivo cuando comparado a la vida inmortal del ser humano?

Cuando la muerte de Richelieu fue divulgada, se atribuyó al papa Urbano VIII el siguiente: comentario: “Si existe un Dios, el Cardenal Richelieu tendrá muchas cuentas a prestar. Sino… bien, su vida tendría sido una victoria”.

Cuando Jésus dejó el cuerpo físico, Chico Xavier relató el siguiente: “Terminado el mensaje de nuestro querido orientador, cuando me encontraba en profunda concentración mental, vi la puerta de entrada iluminarse de suave claridad. Un hombre–espíritu apareció ante mis ojos, pero en condiciones admirables. Además de la aura de brillo pálido que lo circundaba, traía luz  deslucida, pero clara y bella, a envolverle cierta parte del rostro y de la cabeza, al mismo tiempo en que una de las piernas surgía vestida igualmente de luz. Profunda simpatía me unió el corazón a la entidad que nos buscaba, así de improviso e indagué, mentalmente, si yo podía saber de quien se trataba. El visitante se aproximó más de mí y dijo:

- ¡Chico, yo soy Jésus Gonçalves! Cumplo mi promesa… ¡Vine a verte!

Las lágrimas me subieron del corazón a los ojos. Percibí que el inolvidable amigo mostraba más intensa luz en las regiones donde la molestia más lo supliciara en el cuerpo físico, y quise decirle algo de mi admiración y de mi alegría. No obstante, no pude articular palabra alguna ni  al menos en pensamiento.

Él, sin embargo, continuó:

-Si posible, Chico, quiero escribir por ti…. dar mis noticias a los hermanos que dejé a  distancia y agradecer a Dios las dádivas que tengo recibido…

Con gran esfuerzo, pregunté a él, aun mentalmente, lo que pretendía escribir, queriendo, de mi parte, hablar alguna cosa, porque yo ignoraba que él hubiese desencarnado y no conseguía esconder mi jubiloso espanto.

Él me abrazó. Enseguida, colocándose en el medio del pequeño salón, recitó un poema que yo oía, pero no guardaba en la memoria… Al terminar, me pareció más bello, más brillante… Tomé el lápiz… Jésus Gonçalves se asomó sobre mi brazo y escribió en lágrimas los versos que él recitara para mí, momentos antes, en voz alta…”

Como dijimos líneas arriba, en la caminata evolutiva existen los que avanzan despacito, pero hay quien consigue aprovechar bien las oportunidades recibidas, atingiendo en pocos años lo que para muchas personas exigiría siglos de trabajo y abnegación. Que podamos colocarnos en ese segundo grupo, aprovechando bien el tiempo y los recursos que vamos a disfrutar en el año que ahora empieza.



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita