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Año 7 342 15 de Diciembre de 2013
GEBALDO JOSÉ DE SOUSA     
gebaldojose@uol.com.br    
Goiânia, Goiás (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Gebaldo José de Sousa

La Religión de Jesús

 Aquel que quisiera ser mayor en el
Reino de Dios sea servidor de todos.”
(Mt. 20:26)

 
 
Emmanuel, Espíritu, nos revela que Jesús presidió la formación de la Tierra y que es su Gobernador2. Esto significa que hace mil millones de años ya hubo alcanzado una extraordinaria evolución. ¡Y, modestamente, aceptó la incumbencia de evangelizarnos, para comprender las leyes de Dios, que se resumen en el Amor!

Él no se impone, no se enfada con nuestros defectos y nos ofrece, en las múltiples reencarnaciones y en variadas circunstancias, medios para desarrollar la inteligencia y los buenos sentimientos: en la profesión, en el hogar, o en las diversas relaciones de nuestras vidas.

¡Nos da oportunidades de trabajo, hasta aprender a servir con gratitud y alegría, sin susceptibilidades y sin escoger compañeros de actividades, trabajando con aquellos que se presentan!

Espera, pacientemente, nuestra madurez, a fin de adherirnos, de forma consciente, a su ideal de Amor; para conquistar plena Libertad, Armonía, ventura y bellezas de los mundos superiores!

“(...) Si alguien quiere venir en pos de mí, a sí mismo se niegue, día a día tome su cruz y  sígame. (...)”.1  Lc, 9:23.

Afirma claramente: si alguien quiere... ¡Y vean la humildad y la infinita paciencia con que actúa ese Espíritu, cuya grandeza es inimaginable para nosotros!

¡Para vivir su Religión, nos cabe servir, en la familia o en la comunidad, favoreciendo el trabajo de equipo, para que todos participen de actividades en favor del bien común y de la evolución de todos los Espíritus temporalmente vinculados a la Tierra!

Sin la perspectiva histórica y el hábito – cada vez más raro – de la lectura, del estudio, de la investigación, y, sobre todo, sin las informaciones a nosotros repasadas por Mentores de la Vida Mayor, se hace difícil al hombre común entender que Jesús continúa presente en nuestro orbe, en nuestras vidas y que da secuencia a nuestra evangelización – ¡proceso ese que aún se extenderá por largo tiempo!

En las lecciones de Jesús el foco es otro – Nos legó, hace dos mil años, el resumen de las Leyes Divinas, que, si son observadas, nos conceden la salud efectiva, que es la del Espíritu inmortal, porque nos armonizan con el Creador. Salud que se reflejará en nuestro cuerpo físico, en esta y en futuras encarnaciones.

La vivencia de esos principios nos conducirá a la evolución consciente, acelerando nuestro camino evolutivo, además de eliminar sufrimientos acarreados por la falta de observancia de esas Leyes.

A lo largo del tiempo – aún antes de Su venida a este orbe –, propició la fundación de incontables religiones e inspiró artistas, filósofos, escritores, científicos, para contribuir con el progreso moral de la Tierra.

La multiplicidad de esas religiones nos revela la sabiduría y la generosidad del Padre, que a todos nos favorece, con escuelas adecuadas y compatibles con nuestra capacidad de comprender – aunque fragmentariamente – Sus Leyes y sublimes designios.

El Maestro no vino, de parte del Padre, para curar cuerpos, sino Espíritus inmortales. Las curas son “(...) para alivio de los que sufren y para ayudar en la propagación de la fe (...)”.3

Ni vino para concedernos prosperidad material, pero, sí, conducirnos al progreso espiritual. En Sus lecciones sublimes el foco es otro. No buscan los bienes materiales – pasajeros. Se excluyen a los que Lo buscan con esos objetivos. Representan caminos para la evolución – real progreso del Espíritu.

Como se ve, aún no asimilamos esas enseñanzas, no las incorporamos a nuestra conducta diaria, no obstante las incontables reencarnaciones por las que pasamos, después de Su presencia en este orbe.

No nos preocupamos en ‘preparar’ sus libertadoras recetas.

Al cuidar del cuerpo físico, tenemos prisa en recibir recetas médicas – si no contemplan ejercicios físicos, regímenes alimentarios o supresión de adicciones, siempre aplazados para las calendas griegas, o sea, para nunca, he ahí que sólo existieron “calendas” romanas. 

Jesús no fundó religión ninguna – ¡Ese alejamiento a las enseñanzas de Jesús es lo que nos mantiene prendidos a la rueda de las reencarnaciones dolorosas!

En rigor, ¡Él mismo no fundó ninguna religión! ¡Sobre todo religiones a la manera de las que existen en la Tierra, aunque su nombre y enseñanzas sean en ellas mencionados y raramente observados!

Sus lecciones no requieren ni organizaciones complejas, ni templos suntuosos, ni preconizan rituales, ropas especiales, señales exteriores; sino cambios internos; traducidos en normas de conducta sorprendentemente de naturaleza práctica.

Predicaba en cualquier parte donde se encontraba: al margen del lago; en la casa de la suegra de Pedro; en la casa de Lázaro, Marta y María y... ¡hasta en las sinagogas!

“Dios es Espíritu; e importa que sus adoradores lo adoren en espíritu y en verdad.” Jo 4:24

¡Siempre fuimos mal orientados por las religiones tradicionales – en las varias reencarnaciones por las que pasamos –, siempre creemos que la frecuencia a los templos (aunque de forma desatenta, en la mayoría de los casos) sólo una vez por semana y el ejercicio de prácticas exteriores eran bastantes para la conquista de un ‘cielo’ de loor y contemplación, en reposo eterno!

¡Reposo ese que revela la suprema ignorancia de las Leyes Divinas – y pereza aún mayor!

He ahí que el trabajo es Ley de la vida.

¡Y que castigo insoportable sería la eterna indolencia!

¡Jesús, en parte alguna, menciona ese ‘reposo eterno’! Aquellos que defienden esa tesis absurda parecen desconocer la enseñanza del Maestro sobre el trabajo:

 “Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo trabajo también.” 1 (Jo, 5:17).

¡Es mucha desatención! ¡O infinita pereza!

Religión significa religación con el Padre – La evolución continua de los Espíritus presupone el desarrollo del Amor y la educación de la inteligencia. Y eso requiere esfuerzos, estudios y trabajos constantes, que guarden relación con nuestro estadio evolutivo. ¡Porque evolucionamos muy lentamente, somos sometidos a las infinitas reencarnaciones!

No sólo reveló que Dios es nuestro Padre y que “la Ley y los profetas” se resumen en amarLo y al prójimo como a nosotros mismos.

Su doctrina, además de recomendarnos la vivencia de ese amor amplio, nos indica, con simplicidad, las formas de practicarlo, en la conducta diaria. Sólo la adopción de esas prácticas nos conducirá, poco a poco, al autoconocimiento, a la conquista de la armonía y de la paz plena.

Observadas, nos religan al Padre, por la vivencia del amor fraternal con todas las criaturas. ¡Importa aquí recordar que Religión significa religación con el Padre!

Allan Kardec5 indaga a los Espíritus:

¿Cuál es el medio práctico más eficaz que tiene el hombre de mejorarse en esta vida y de resistir al empuje del mal?

“Un sabio de la Antigüedad ya dijo: Conócete a ti mismo.”

Y no hay guión más seguro para alcanzar ese fin del que observar sus enseñanzas. Él mismo lo dice, cuando afirma: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.” 1 (Jo, 14:6).

¡Nos cabe registrar que Jesús no sólo enseñó, sino que ejemplificó lo que enseñaba! Esto le da autoridad incontestable:

Cuando Jesús acabó de proferir estas palabras, estaban las multitudes maravilladas de su doctrina; porque él las enseñaba como quién tiene autoridad, y no como los escribas. 1 (Mt, 7:28-29).

Quién es, para Jesús, un hombre prudente – He ahí una breve muestra de lo que nos recomienda y nos enseña a proceder, amorosamente:

Concíliate deprisa con tu adversario, mientras estás en el camino con él (...).”1  Mt 5:25

Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, diente por diente. Yo, sin embargo, os digo que no resistáis al mal. Pero si alguien te golpeara en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Y al que quiere demandar contigo y quitarte la túnica, déjale también la capa.” 1  Mt 5:38 a 40

“Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen y calumnian.” Mt 5:44

Cuando deis limosna, que no sepa vuestra mano izquierda lo que hace vuestra mano derecha.” 1 Mt 6:3

Orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles; porque presumen que por su mucho hablar serán oídos.”  Mt 6:7

No os inquietéis, pues, por el día de mañana, porque el día de mañana cuidará de sí mismo.” 1 Mt 6:34

Haced a los hombres todo lo que queráis que ellos os hagan, pues es en esto que consiste la ley y los profetas.” 1 Mt 7:12

“Todo aquel que oye estas mis palabras y las practica, será comparado a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.” 1 Mt 7:24

Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.”  Mt 15:8

“Tuve hambre y me distéis de comer; tuve sed y me distéis de beber; era forastero y me hospedasteis; estaba desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; preso y fuisteis a verme.” 1 Mt 25:35

Envaina tu espada; pues todos los que echan mano de la espada, a la espada perecerán.” 1 Mt 26:52

“(...) Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen. (...)” 1 Lc 23:34

La Parábola del Buen Samaritano (Lc, 10:25 a 37), transcrita en el cap. XV, ítem 2, del Evangelio según el Espiritismo4, demuestra, con claridad, la necesidad de la práctica de ese amor fraternal.

“Haz eso y vivirás.” – En el diálogo de Jesús con el fariseo, que antecede al relato de esa parábola – uno de los más bellos entre el Maestro y personajes del Evangelio! –, el fariseo respondió a la propia pregunta, indicando que el amor a Dios y al prójimo como a sí mismo es la condición indispensable al merecimiento de la vida eterna.

Jesús, entonces, le dijo, en una bellísima y concisa frase: “(...) haz eso y vivirás.”1

Kardec, en los comentarios que a ella añade – ítem 3, del mismo capítulo –, afirma que toda la moral de Jesús se resume en la caridad y en la humildad; y, al referirse a la alegoría del juicio final, indaga:

“En aquel juicio supremo, (...) ¿Pregunta el juez si fue llenada tal o cual formalidad, observada más o menos tal o cual práctica exterior? No; indaga tan solamente una cosa: la práctica de la caridad, (...) ¿Se informa, por casualidad, de la ortodoxia de la fe? ¿Hace cualquier distinción entre lo que cree de un modo y lo que cree de otro?” 3 Cap. XV, it. 3

En la Parábola, el samaritano – juzgado herético, pero que ejercita el amor fraternal – se revela superior al ortodoxo que falta con la caridad. No sólo recomienda la caridad, sino la indica como condición única de la felicidad futura.

En otra enseñanza sublime, el Divino Maestro desenlaza el verdadero cristiano de cualquier sectarismos, de cultos, de templos, de manifestaciones externas:

Un nuevo mandamiento os doy: que os améis unos a los otros; así como yo os amé, que también os améis unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuvierais amor unos a los otros.”  1 Jo 13:34 y 35

La religión de Jesús – contenida en fraternas normas de conducta – es, eminentemente, de naturaleza práctica y se traduce en la vivencia del amor, por todas las formas a nuestro alcance.

Esta es la visión de la Doctrina Espírita en lo tocante a la Religión de Jesús, he ahí que también ella no requiere templos suntuosos, no adopta liturgias y rituales diversos, ni jerarquías o principios teológicos abstractos. Nos educa para bien comprender y practiquemos Su doctrina de puro Amor y de servicio al semejante, tal como ejemplificó y recomendó el Divino Maestro, en la enseñanza primorosa: “(…) haz eso y vivirás.” 1 

 

Referências: 

1.                 ALMEIDA, João F. de – Tradutor. A Bíblia Sagrada. Brasília: Sociedade Bíblica do Brasil. 1969;

2.                 XAVIER, F. Cândido. A Caminho da Luz. Pelo Espírito Emmanuel. FEB: Rio de Janeiro, 1975. p. 21 e 110;

3.                 KARDEC, Allan. O Evangelho segundo o Espiritismo. Trad. Evandro Noleto Bezerra. 1ed. 2.imp. Brasília: FEB, 2011. cap. 26, it. 2, p. 447;

4.                 _____. _____. cap. 15, it.2, p. 301;

5.                 KARDEC, Allan. O Livro dos Espíritos. Trad. Evandro Noleto Bezerra. 2.ed. 1.impr. Brasília: FEB, 2011, q. 919.
 



 


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