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Entrevista Português Inglês    
Año 7 329 – 15 de Septiembre de 2013
GUARACI LIMA SILVEIRA   
glimasil@hotmail.com  
Juiz de Fora, MG (Brasil)
 
Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com
  

 
Waldir Imbroisi: 

“El grupo de jóvenes no debe ser un apéndice, un grupo aparte de la institución espírita”

El joven cofrade minero, radicado en Juiz de Fora-MG, nos habla sobre la actividades de las juventudes espíritas, sus desafíos
y su papel en el movimiento espírita
 

Una voz entre los jóvenes y que refleja la voluntad superior de orientar para el bien. Asi, es la participación de Waldir Imbroisi (foto) junto a los jóvenes espíritas de Juiz de Fora, en donde nació. En el 2004 conoció la Doctrina Espírita. Participa en la institución Casa Espírita, y es director del DEJ. Participa también en la Alianza Municipal Espírita.

Es profesor y Master en Estudios Literarios. Tienes textos publicados en el blog: mocidadesespiritas.blogspot.com.br 

Esta es la entrevista que nos concedió:

En su visión, ¿cómo está el movimiento de juventudes espíritas en la actualidad?

El movimiento de juventudes espíritas, a nivel de Brasil, es complejo y extremadamente multifacético, de modo que no es seguro hablar de todo el territorio nacional. De los pocos viajes que hice y de las informaciones  que recojo de amigos conferencistas y trabajadores, me parece que el movimiento de juventudes, aun en expansión, continua representando una pequeña parcela ante el número de casas espíritas. En algunas ciudades con seis o siete casas espíritas, no hay jóvenes;  en otra, con quince centros, sólo uno o dos grupos de jóvenes están establecidos. Por lo poco que conozco, Rio de Janeiro y Juiz de Fora ocupan una posición prometedora en ese sentido, puesto que más de la mitad de casas en esas ciudades tiene un núcleo de estudio del Espiritismo dirigido a la juventud.

La inserción del joven en las actividades de los centros espíritas ¿está siguiendo un criterio adecuado?

Pienso que esa inserción varía de casa en casa, en la manera que es hecha y en la proporción. Me parece que, con frecuencia, las casas concentran sus posturas en el extremo de la burocratización del movimiento, que exige necesariamente muchos años de grupos de estudio básico o algo por el estilo, para, al fin, permitir al joven que trabaje; o el extremo de la liberalidad exagerada, que incluye en el trabajo a chicos y chicas en el primer mes de presencia en la casa. Aunque yo me inclino más por la postura de captar trabajadores siempre que sea posible, es importante recordar que, al delegar una responsabilidad a  cualquier trabajador, sea joven o no, el no cumplir la función acarreará perjuicio al servicio. Por lo tanto, la postura más coherente me parece que es la de incluir al joven paulatinamente en el servicio, de modo que él, así como cualquier otro trabajador, conquiste las posibilidades de servir a Cristo por la moneda de la perseverancia, sin la necesidad de formalidades que más perjudican que auxilian al movimiento.

¿Cuál es la mejor didáctica para ofrecer al joven que llega a la institución espírita?

La forma de trabajar los contenidos espíritas con los jóvenes puede variar mucho, llegando al éxito de formas distintas. Sin embargo, me parece que hay una constante a ser observada en el trabajo con la juventud: la valorización de la participación del joven en la construcción del conocimiento. Recordemos que Leopoldo Machado, en las décadas de 1930 y 40, era un entusiasta del movimiento de juventudes, que decía ser capaz de “airear” los centros, a veces muy vetustos y sesudos. Transformar las reuniones de juventudes en pequeñas conferencias, con la diferencia sólo de ser realizadas para jóvenes, es ir al encuentro de las propuestas iniciales de la formación de tales grupos. Es esencial que el joven sea cuestionado, cuestione al moderador y se cuestione a sí mismo en el proceso de adquisición del conocimiento doctrinario. Fundamentado en las obras básicas y las complementarias, el Espiritismo debe ser visto en su relación con la realidad del individuo, con sus dificultades y vivencias, y no como una doctrina ideática, desconectada de las preocupaciones de la juventud.

En su opinión, ¿cómo deben prepararse los coordinadores de las juventudes para esta gran tarea?

Raul Teixeira, con el buen sentido que le caracteriza, anota sobre la negligencia que muchas casas tienen con la juventud, dejándola relegada a los trabajadores menos preparados. Para el conferencista, el coordinador de juventud debe ser el que esté mejor preparado en la casa, teniendo en cuenta que está  lidiando con las mentes y los corazones que serán la base del movimiento en el futuro. En ese sentido, es esencial que el coordinador busque el conocimiento doctrinario sólido, fundamentado principalmente en la Codificación, para que esté seguro a la hora de conducir las discusiones y no permitir que caigan en el engaño del relativismo absoluto, en la imprecisión de conceptos y en la confusión de ideas. Además, es necesario que el coordinador tenga sensibilidad para los temas de la actualidad del joven, de modo que sea posible tender puentes entre el conocimiento doctrinario y la vida. Finalmente, es importante que el coordinador esté atento a los principios fundamentales de la didáctica y de los métodos de enseñanza, que pueden potencializar su trabajo en el sentido de encontrar las mejores maneras para compartir y construir el conocimiento con los jóvenes. Ese último punto siempre fue muy poco enfatizado y pienso que una reflexión seria en ese sentido es capaz de modificar positivamente la estructura de las Juventudes Espíritas. Recordando nuevamente a Raúl Teixeira, es esencial, inclusive, que el coordinador sea capaz de volverse amigo del joven espírita, de manera que pueda construir una juventud que sea de todos.

¿Cuál es el momento en que se le debe ofrecer a ellos otras actividades que no sean las de asistencia social?

El joven, así como cualquier otro trabajador, necesita tiempo para habituarse a la doctrina, a la casa y al contexto al que se inserte, de modo que asumir responsabilidades serias con poco conocimiento y sin compromiso puede causar problemas en el trabajo. Para todo trabajador, pienso en la necesidad de un acompañamiento casi personal por parte de los dirigentes, de modo que éstos puedan saber con seguridad el momento exacto para la inserción en la tarea. Tal acompañamiento evita burocratizaciones excesivas y, al mismo tiempo, ofrece cierto control y observación. Evidentemente, centros grandes, con muchos trabajadores, enfrentan problemas mayores para acompañar a los nuevos miembros de la casa. En ese caso, tal vez el tiempo de frecuencia o la participación en actividades como  grupos de estudio puedan servir como parámetro para la inserción en la tarea. Mi respuesta no puede, de ninguna manera, totalizar; es una pregunta que implica la reflexión y  la necesidad de adecuación a la realidad de las diversas casas, de manera que me limito a algunas indicaciones que pienso que son relevantes.

Las reuniones mediúmnicas ¿deben ser abiertas también a los jóvenes? ¿Cuál es su experiencia en este sentido?

Así como los otros trabajos, comprendidos en la pregunta anterior, cada caso deberá ser analizado como caso específico, y necesitará el acompañamiento de los aspirantes al trabajo mediúmnico. Por encima de todo, no se debe pecar en los extremos del exceso de cobros ni en liberalidad pródiga, ambas perjudiciales en la formación de los grupos y hasta en el ambiente de la casa espírita. Juiz de Fora tiende a ser una ciudad conservadora en términos de la juventud de las reuniones mediúmnicas; los ejemplos que puede acompañar son, de forma general, de jóvenes comprometidos con el estudio y con otros trabajos dentro de la casa - elementos a mi ver, absolutamente esenciales. Si alguna vez un joven médium se deja llevar por el orgullo y por la vanidad que esta supuesta condición le ofrece, no creo que sean esas situaciones más frecuentes entre los jóvenes que entre los adultos.

¿Cómo lidiar con un joven que llega la institución con una mediumnidad ostensiva? ¿Sólo un tratamiento o la tarea mediúmnica en sí?

El joven que acaba de llegar a la casa, sin conocimiento del Espiritismo, el insertarlo en las filas de la tarea mediumnidad puede entenderse como falta de caridad. Es necesario que, antes del trabajo en sí, el joven estudie mínimamente las directrices seguras por las cuales se debe pautar, a saber, las contenidas en la Codificación. El tratamiento para la mediumnidad no es únicamente la práctica; el trabajo en el bien, los pases fluídicos, la reforma íntima sincera son los pasos iniciales que se deben dar antes del ingreso en las lides de la mediumnidad. Dado esto, que el joven ingrese los equipos del trabajo junto con sus hermanos más experimentados.

¿Qué es la Caravana de Juventudes que ocurre en Juiz de Fora?

La Caravana de Juventudes de Juiz de Fora, ahora bajo la coordinación de Tiago Nunes, João Carlos y un dedicado equipo, es una iniciativa que partió de los jóvenes con el objetivo de aproximarse unos a otros mediante la visita a diversos grupos espiritas.  A lo largo del año, todos los meses una juventud es visitada, siendo ese trabajo ampliamente divulgado entre los jóvenes del movimiento. El objetivo es favorecer la integración y el movimiento de unificación entre los jóvenes, habiendo el trabajo alcanzado excelentes frutos hasta el momento presente.

¿Y la COMEJUS?

La COMEJUS, bajo los moldes de la COMEERJ (Rio de Janeiro) y de la COJEL (Leopoldina), de quien es “hija”, es la “Confraternización de Juventudes Espíritas de Juiz de Fora y Región”. Es un encuentro que ocurre todos los años durante el carnaval, a lo largo de los cuatro días, que recibe una alternativa saludable y maravillosa  a los jóvenes en ese período. Durante  el encuentro se estudian temas  preseleccionados por los propios jóvenes a través de grupos de estudio, talleres, conferencias  y actividades lúdicas. El potencial de unificación de ese trabajo es intenso y creciente, y el ambiente espiritual vivido en esos cuatro días es simplemente increíble. Este año contamos con aproximadamente cuarenta trabajadores, totalizando, con la hermandad, aproximadamente 160 integrantes en el encuentro. Para el año que viene, se espera un encuentro aún más especial: la COMEJUS cumplirá 25 años de trabajo.

¿Cómo puede el joven ayudar en el gran proyecto de unificación de las Casas Espíritas?

Es importante que el grupo joven no sea un apéndice, un grupo aparte en el seno de la institución espírita; al estar involucrado con los demás departamentos y trabajadores, la juventud será capaz, “dentro de la casa”, de iniciar ese movimiento de unificación. Posteriormente, la maleabilidad que el joven posee es muy positiva: además de encuentros de estudio para la juventud y eventos musicales – en total, contamos con siete eventos anuales en Juiz de Fora-, la herramienta de internet es excelente para mantener contacto con los jóvenes de diferentes centros. Soy parte de un grupo de juventud espírita de la ciudad que cuenta con más de 500 jóvenes, y por ese medio divulgamos eventos, intercambiamos textos, canciones e ideas. Es un espacio privilegiado para favorecer la unificación, que se concreta en situaciones como la caravana y los encuentros.

En su opinión ¿es posible que el joven espirita participa de fiestas en otros locales que no sean el centro espirita sin perturbarse con ello?

Para el joven espírita, las diversiones exteriores al centro  no son, de ninguna manera, prohibidas o consideradas perniciosas. Recordemos las palabras de los Espíritus en “El Hombre de Mundo” (ESE, cap. XXVII -10): “Vivid con los hombres de vuestra época, como deben vivir los hombres”. Sin embargo, cabe decir que participar de la vida exterior al centro no quita las responsabilidades que el joven adquiere ante la propia consciencia y la misericordia divina al conocer las verdades del plano espiritual: actuar de forma irresponsable, en cualquier circunstancia, llevará a las consecuencias propias de los actos deliberadamente cometidos. El joven, como también el adulto, va a la casa espírita a buscar calma para los dolores, conocimiento para entender al mundo y fuerzas renovadas para vivir la realidad. Si, en el retorno a esa misma realidad, el joven se olvida de que fue sumergido en un ambiente propicio para su aprendizaje, de nada habrá valido. Sin embargo, el joven de propósitos seguros y certeza ante el camino evolutivo puede participar en fiestas y diversiones, sin permitirse entregarse a placeres menos felices y que traerían consecuencias funestas. Siguiendo la misma lectura, los Espíritus continúan: “Sed joviales, sed felices, pero sea vuestra jovialidad  la que proviene de una consciencia limpia, sea vuestra dicha la de un heredero del Cielo que cuenta los días que faltan para entrar en posesión de su herencia”. Es posible ser alegre sin ser grave y lúgubre. Sin embargo, aquellos que se juzgan débiles ante ciertas tentaciones y cuyos valores aún requieren ser afianzados, tal vez la mejor profilaxis sea la abstención.

¿Hay un cambio de actitud en el joven espírita cuando entra a la Facultad, o sigue en el Espiritismo y se gradúa de manera igual y tranquila?

Muchos dejan de asistir a los grupos bajo la justificación de falta de tiempo; otros, sin tener un conocimiento profundo de la doctrina de los espíritus y sin que conozca la organización filosófica y didáctica de Kardec, se deslumbran con sistemas filosóficos más o menos coherentes y dejan el centro espírita por una nueva directriz en sus vidas; otros, sin embargo, permanecen en la casa, incólumes a las influencias perniciosas. En diversos centros de la ciudad se constató una tendencia de éxodo de los jóvenes en edad universitaria, y el regreso de esos jóvenes luego de la estabilización de su vida profesional y financiera – ocurriendo frecuentemente en la capa de los 30 años de edad.

En su opinión, ¿qué debe cambiar en las casas espíritas en relación al joven?

Raúl Teixeira sigue denunciando el abandono que muchas casas tienen con los jóvenes, relegándolos a un segundo plano y dedicándoles el espacio sólo para el trabajo de cargar peso y distribuir panfletos. Las casas que mantienen esa postura, que como como observamos, vienen disminuyendo, es necesario que revisen lo que se está edificando en los cimientos del trabajo de mañana, valorando al joven no como el futuro del movimiento, sino como el presente. Es necesario percibir que entre la evangelización - que felizmente recibe una generosa atención - y los trabajos y grupos más elaborados de la casa, existe el grupo de jóvenes, cuya dirección y servicio requieren de cuidado. Pero tal empresa exige una contrapartida; no son poco comunes, también, juventudes que se cierran en sí mismas, alejadas de las directrices y preocupaciones del centro, y funcionan como pequeñas instituciones insertas en las casas, pero sin pertenecerles de hecho. Es necesario que, cada vez más, la juventud y los otros departamentos de la casa se unan, para que, más allá de las divisiones de la edad y la organización, sean todos un grupo Espírita.

¿Cómo las artes en general los ayudan en sus adaptaciones a la nueva encarnación y ahora en una entidad espírita?

Toda arte tiene un cuerpo en su percepción. La poesía y la prosa poseen, por su lectura, la estética de los ojos que la componen, a través de las palabras, lúcidos y bellos pensamientos; la música, a través del embelesamiento de los oídos, toca el alma llevando las más profundos mensajes; el teatro, a través de la profusión de conformidades que despierta, se consigue dar al joven retratos vivos de sentimientos profundos o de elementos doctrinarios. Muchas son las artes que pueden ser usadas en las entidades espíritas, pero todas ellas tienen una función primordial, no el simple didactismo, de tono profesoral, sino la posibilidad de abrir al joven, de predisponerlo a la vivencia y el estudio del Evangelio, para despertarle el deseo de mejora íntima y para fortalecer su amor hacia sus hermanos encarnados y desencarnados. Más que un objetivo puramente concreto, el arte es capaz de sublimar las subjetividades y ofrecer nuevas formas de pensar y de sentir.

 

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita