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Año 7 323 – 4 de Agosto de 2013
MARCELO HENRIQUE PEREIRA           
cellosc@floripa.com.br       
Brasília, DF (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Marcelo Henrique Pereira

Se venden parcelas en Kepler-62f
 
Dentro de poco, la Humanidad deberá estar
delante de una circunstancia más fatídica de comprobación de las tesis espíritas


Luego, el anuncio que es título de este artículo nuestro podrá ser realidad. Finalmente, acaba de ser divulgado el informe de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) sobre recientes investigaciones con el telescopio espacial Kepler, que detectaron la existencia de tres planetas que pueden abrigar vida fuera del Sistema Solar. Más específicamente, de los cinco planetas que orbitan la estrella Kepler-62, a 1.200 años-luz de distancia de la Tierra, dos de ellos (62f y 62y) están en la zona habitable, lo que indica que ellos pueden tener atmósfera y agua líquida en la superficie, así como el Kepler-69c, a 2.700 años-luz de la Tierra, en la constelación de Cisne, otro sistema, conforme destaca el artículo publicado en la web de la revista Science.

Los datos científicos apuntan para tal diagnosis en base de la localización de los planetas, ya que situados en una región ni tan próxima ni muy distante de sus estrellas, lo que favorece la existencia de atmósfera y temperatura adecuadas y bastante disponibilidad de agua (probablemente encontrada en la fase líquida en gran medida de sus superficies), factores esenciales para la formación de la vida, según los científicos.

Estos son los datos.

Inmediatamente, al leer tal noticia, que ya fue repercutida por incontables vehículos de los medios en todo el planeta, impresos o electrónicos, me recordé de los dibujos animados (cómo los “Jetsons”) y películas (“Star Trek” – Jornada en las estrellas, cuyo nuevo episodio acaba de ser relanzado en los cines), o las obras de ficción científica de Júlio Verne y Aldous Huxley. Vida extraterrestre. Colonización del Universo. Contactos con seres de otros orbes y galaxias... ¿De lo imaginario para la realidad? Quién sabe...

El hecho es que, para los estudiosos del Espiritismo, esto no es ninguna novedad. Hace mucho, por lo menos desde 1857, se habla de la “Pluralidad de los Mundos Habitados”, axioma que se inscribe en el edificio de los principios espíritas  regentes de la Vida Espiritual. Tal paradigma espírita está fundamentado en las propias declaraciones de Jesús, “Hay muchas moradas en la Casa de mi Padre” (Ju; 14:2).

¿Conoceremos otros seres de planos similares al nuestro? – Se recuerda el sempiterno deseo humano de alzar vuelo al espacio, a partir de la invención de Dumont, el “más leve que el aire”, en astronaves (pilotadas o no), y descubrir otros planos donde existieran seres similares a nosotros, circunstancia que pobló los libros de ficción científica y se cristalizó en las llamadas expediciones y viajes espaciales conocidas, como la que acaba de ser divulgada.

Al corriente del trabajo de los científicos, investigadores y estudiosos, con objeto y metodología definidos y contando con grandes y cualificados recursos financieros y operacionales, la “lectura” de los curiosos de guardia debe estar inclinada sobre conjeturas y probabilidades. ¿Habrá, aún, condición de habitabilidad en tales orbes? ¿Tendremos condiciones de conocer, físicamente, a otros seres de planos similares al nuestro? ¿Qué nos  afianza la ciencia y la filosofía espíritas?

El punto de partida debe ser la teoría espiritista para la catalogación de los mundos: primitivos, pruebas y expiaciones, regeneradores, felices (o dichosos) y celestes (o divinos). Partiendo de la premisa de que la Tierra aún se halla adscrita a la condición espiritual de pruebas/expiaciones, ¿cuáles son las referencias espírita-espiritualistas sobre la cuestión del grado de evolución de otros planetas?

Al tiempo del iluminado codificador, Allan Kardec, sólo era posible examinar acerca de los planetas que componían, conforme la Astronomía de entonces, el Sistema Solar. En el tópico “Encarnación en los diferentes mundos”, en el capítulo IV (De la Pluralidad de las Existencias), de la segunda parte de El Libro de los Espíritus (abril de 1857), en nota en pie de página a la cuestión en el 188, él puntuó: “Según los Espíritus, de todos los mundos que componen nuestro sistema planetario, la Tierra es de los habitantes menos adelantados, física y moralmente. Marte estaría aún bajo, siendo Júpiter superior en mucho en todos los aspectos.

Después, en la Revista Espírita, edición de marzo de 1858, en el tópico “Júpiter y Algunos Otros Mundos”, adujo Kardec: “Según los Espíritus, el planeta Marte sería aún menos avanzado que la Tierra; los Espíritus que en el están encarnados parecerían pertenecer, casi exclusivamente, a la novena clase, la de los Espíritus impuros, de suerte que el primer cuadro, que dimos arriba, sería la imagen de ese mundo. Varios otros pequeños globos están, con algunos cambios, en la misma categoría. La Tierra vendría enseguida; [...]”.

Que dijo Georges acerca de Marte – Aún en esta obra, en un número posterior, en el volumen de octubre de 1860, el Espíritu Georges así se pronuncia: “Marte es un planeta inferior a la Tierra, de la cual es un esbozo grosero; no es necesario habitarlo. Marte es la primera encarnación de los demonios más groseros; los seres que lo habitan son rudimentarios; tienen la forma humana, pero sin ninguna belleza; tienen todos los instintos del hombre sin el ennoblecimiento de la bondad.

En este planeta, la tierra es árida; poca verdura; un follaje sombrío que la primavera no rejuvenece; un día igual y ceniza; el sol, sólo aparente, nunca prodiga sus fiestas; el tiempo discurre monótono, sin las alternativas y las esperanzas de las estaciones nuevas; no hay invierno, no hay verano. El día, más corto, no se mide de igual manera; la noche reina más larga [...]; el mar furioso separa los continentes sin navegación posible; el viento ruge y curva los árboles hasta el suelo. Las aguas sumergen las tierras ingratas que ellas no fecundan. El terreno no ofrece las mismas condiciones geológicas de la Tierra; el fuego no calienta; los volcanes son allí desconocidos; las montañas, sólo elevadas, no ofrecen ninguna belleza; ellas cansan el mirar y quita el coraje a la explotación; por todas partes, finalmente, monotonía y violencia; por todas partes, la flor sin el color y el perfume, por todas partes, hombres sin sanidad, matando para vivir”.

Pueden ser buscados en otras obras de la codificación y en la propia Revue detalles sobre la pluralidad de los mundos, en los cuales Kardec, prudentemente, tejió comentarios o reprodujo mensajes mediúmnicos, de manera genérica, con defensa en expresiones nada categóricas, utilizándose, a veces, de formaciones verbales en tiempos condicionales e imperfectos, tal la impresición de los datos físicos, no configurando, a menudo, postulados o principios doctrinarios. De otra suerte, la preocupación mayor del maestro lionés fue la caracterización moral-espiritual de los habitantes de las diversas categorías de mundos, presentando, sólo, algunos trazos de la constitución físico-material de los mundos, conforme los Espíritus le presentaron, sin mayores incrementos.

¿El Control Universal de las Enseñanzas de los Espíritus ha sido seguido? – El trabajo pionero del Codificador, de contacto con los Espíritus y de recepción y selección de los mensajes obtenidos mediúmnicamente, fue importante para establecer la base de la Filosofía y de la Ciencia espiritistas, inaugurando la época contemporánea de probar el conocimiento espiritual de las Leyes Divinas. Recomendó Kardec que continuáramos “en conversación” con las inteligencias desencarnadas y la plantilla de su trabajo (copiado, fundamentalmente, en el Control Universal de las Enseñanzas de los Espíritus, mediante método) debería haber sido seguido por los espíritas post-kardecistas, lo que, en la práctica, no ocurrió, pasando las comunicaciones en ser más sometidas a la criba de selección, muy particularmente en base de la profusión de las comunicaciones y de la ausencia de aquello que el profesor francés configuró como Comité Central (del Espiritismo). Instituciones o federaciones, hasta cierto punto, han ocupado el papel y desempeñado algunas de las funciones descritas por Kardec (en textos como “Constitución del Espiritismo”), pero la historia demuestra que hubo la descentralización de la responsabilidad de evaluación de las comunicaciones cada uno de los espíritas serios e interesados en el contexto doctrinario. En otras palabras, con la multiplicación de las “fuentes” (libros y textos, más propiamente), la criba de selección cabe a cada lector y estudioso, en la comparación con el edificio doctrinario, ya definido en las líneas iniciales de este texto.

En este sentido, vale recordar dos observaciones que se hallan contenidas en la Codificación, que deben ser las balizas para el análisis espírita de la noticia que nos motivó a escribir este artículo y las demás en lo tocante a las investigaciones, experimentos y tesis científicas: la primera, admitir una única mentira, una única teoría falsa”); y, la segunda, en la dicción del propio Rivail, al prescribir los caracteres de la revelación espírita, vaticinó la imperiosa e inseparable necesidad doctrinaria de acompañamiento del progreso de las ciencias humanas (“El espiritismo, marchando con el progreso, jamás será superado porque, si nuevos descubrimientos demostraran estar en error sobre un cierto punto, él se modificaría sobre ese punto; si una nueva verdad se revelara, el la aceptará”, negrita del original).

¿El Espiritismo es intocable e inmutable? – Estas dos referencias, así, nos permiten definir que el Espiritismo no se halla circunscrito al contenido original seleccionado y publicado por Kardec (denominado Codificación, compuesto por las obras básicas y las complementarias, incluidos los doce volúmenes de la Revue Spirite) y que nuevas “revelaciones” espirituales podrían y deberían ser apuntadas por los Espíritus Superiores a nosotros, encarnados, en la continuidad del intercambio espiritual de los laboratorios mediúmnicos. Especial atención, de este modo, debemos tener para con los resultados de las investigaciones científicas humanas, para percibir si, en algún punto, por la limitación del conocimiento y de las interpretaciones de la lógica humana, vigentes el Siglo XIX, cuando Kardec formuló preguntas y catalogó respuestas y enunciados, así como en base a sus propias interpretaciones personales acerca de los contenidos recibidos (lo que queda patente en las incontables notas, comentarios y disertaciones de propio puño, del Codificador), no puede el Espiritismo estar disociado del conocimiento desvelado por la Ciencia de los hombres, en este o en aquel punto.

Véase que Kardec no demostró, de pronto y definitivamente, que el Espiritismo sería intocable o inmutable. De lo contrario, la única condición de permanencia y atemporalidad de los conocimientos espíritas se halla asociada a la condición de continuidad de las investigaciones y de las “revelaciones”, bajo pena de, si así no se procede, la Doctrina asumiría un carácter dogmático y disociado de la realidad existencial, para ocupar, así, un lugar sólo en el ámbito de las creencias y religiones tradicionales.

En verdad, no podemos nunca olvidar la marcha del progreso humano-científico y la correspondencia entre los avances científicos y la propia enseñanza de los Espíritus, desde que sea permitido el complemento de aquello que está acogido en la Codificación con nuevas investigaciones e informaciones obtenidas mediúmnicamente. Esto, en la exacta aceptación de que “si el progreso de la Ciencia superara los principios y postulados espíritas, que quedemos con la Ciencia”, aunque, según orientó Kardec, “fe incuestionable sólo lo es aquella que puede encarar la razón, frente a frente, en todas las épocas de la Humanidad”

Conclusión – Deste modo, nos cumple concluir:

1) Los elementos espirituales puestos en la Codificación en cuanto a la existencia de muchos mundos habitados permanecen, a priori, válidos e irretocables;

2) Las informaciones espirituales/espíritas posteriores a la Codificación, deben ser analizadas con base en los criterios kardecistas de selección de informaciones y no pueden estar disociadas del edificio de principios espiritistas, lo que no las invalida, de pronto, ni las recibe inmediata y obligatoriamente, cabiendo a los espíritas sensatos y estudiosos la verificación de los nuevos mensajes delante de los principios;

3) Las investigaciones y descubrimientos científicos hasta el momento no están distantes de las informaciones traídas por el Espíritu de Verdad, en la reunión de las enseñanzas por parte de Kardec, recomendándose que continuemos acompañando los resultados de los experimentos y los informes de la agencia espacial, para la efectiva comprobación de la máxima espírita que remonta a Jesús de Nazaret (“muchas moradas en la casa del Padre”); y,

4) En el futuro, con la evidencia de la vida de seres encarnados en otros planos, quedará demostrada, en la práctica, la certeza y complementación de las enseñanzas espirituales, sean los originarios (de Kardec) o los complementarios, atestando la veracidad de la Doctrina de los Espíritus.

Por eso, creyendo en el teor de los mensajes espíritas que integran la Codificación y, acompañando los resultados científicos, dentro en breve, la Humanidad deberá estar delante de más una circunstancia fática de comprobación de las tesis espíritas en nuestros tiempos. Será la Ciencia, una vez más, atestando aquello que el Espiritismo ya nos demostró desde meados del siglo XIX, anticipando, por lo tanto el progreso.

Y, ahí, ¿usted quiere comprar una parcela en Kepler-62f?
 


Marcelo Henrique es Asesor Administrativo de la Asociación Brasileña de Divulgadores del Espiritismo (ABRADE), Asistente de la Vice-Presidencia de Cultura y Ciencia, de la Federación Espírita Catarinense (FEC) y Delegado de la Confederación Pan-Americana (CEPA) para la Grande Florianópolis.
 



 


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