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Año 6 303 – 17 de Marzo de 2013
MARCUS DE MARIO     
marcusdemario@gmail.com      
Rio de Janeiro, RJ (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Marcus de Mario

¿Quién fue Chico Xavier?

Saber si Chico Xavier fue tal o cual personalidad en el pasado no cambia absolutamente nada

 

Tenemos en el movimiento espírita algunos libros, y también artículos y entrevistas, llevados de forma impresa o digital, cuyos autores afirman haber sido el médium Chico Xavier la reencarnación de grandes personajes de la historia de la humanidad. La mayor parte de los autores basan su convicción en informaciones personales que habrían sido reveladas por el propio médium. ¿Es posible? Como más de un autor confiesa, es cuestión de creencia íntima. No existe prueba documental, ni revelaciones espirituales de varias fuentes que confirmen las reencarnaciones, casi todas de personajes famosos. No creemos que haya mala fe en cuanto a los relatos sobre las revelaciones que habrían sido dadas por el inolvidable médium, pero conversaciones íntimas pueden ser interpretadas equivocadamente. Sin embargo, para nuestra reflexión, tomemos las revelaciones como verdaderas. En ese caso, tendríamos que admitir que Chico Xavier, anteriormente, fue Platón, Juan Evangelista, Francisco de Asís y Allan Kardec, entre otros. Siendo así, pasemos esas informaciones por la criba de la lógica, de la razón y del buen sentido, como nos recomienda el Espiritismo.

Los Espíritus Platón y Juan Evangelista comparecen en la codificación espírita. Pero ellos serían Allan Kardec, ¿entonces quién dictó los mensajes a través de los médiums? La primera hipótesis es la de la emancipación del alma, también conocida como desdoblamiento, fenómeno anímico en que, en el caso, Kardec, sentado a la mesa en plena reunión mediúmnica, él aún habría dado las comunicaciones. El hecho es posible, pues emancipados podemos acceder con más facilidad a los archivos del inconsciente, donde están registradas las memorias de vidas pasadas, y, parcialmente desconectados del cuerpo, nos comuniquemos a través de un médium. El fenómeno no se discute, tenemos incontables ejemplos de su veracidad, pero, preguntamos, ¿cuál es la razón de eso? ¿Por qué los Espíritus Superiores, que dictaron la doctrina, tendrían necesidad de provocar ese fenómeno? ¿No sabemos que la investigación sobre vidas pasadas es lo que menos importa? Y, en este caso, ¿las comunicaciones tendrían el cuño de la falsedad?

Toda revelación debe estar basada en pruebas

Aún aquí otra observación importante: Kardec, en sus escritos en la Revista Espírita y en Obras Póstumas, informa que no tenía facultad mediúmnica ostensiva, siempre sirviéndose de médiums videntes, sonambúlicos, psicografos, psicofónicos y de efectos físicos para obtener las informaciones sobre la realidad espiritual. En ese caso, ¿cómo explicar que él hiciera la emancipación del alma, accediendo a archivos conciénciales de vidas pasadas, lo que es un fenómeno raro, y no tuviera conocimiento de eso?

Otra explicación es que Espíritus de la misma elevación moral y espiritual se habrían presentado y firmado los mensajes como si fueran Platón y Juan Evangelista, respectivamente. Ese fenómeno tampoco tenemos necesidad de discutir. En “El Libro de los Médiums” eso es estudiado y quedamos sabiendo que Espíritus de un mismo orden pueden sustituirse, cuando es necesario. Ahora, si los dos personajes estaban reencarnados como Allan Kardec, ¿cual es la necesidad de eso? ¿Para dar mayor veracidad al Espiritismo? Pero el propio codificador afirma que los nombres son de menor importancia, de hecho él prefirió ocultar nombres de médiums y comunicantes, abreviándolos, por ejemplo, de Sr. C., médium Srta. M. y así por delante. Muchos mensajes están firmados por Un Espíritu Protector, Un Espíritu Amigo y nombres comunes que nada significan para nosotros.

Un documento es presentado en prenda de que Kardec fue el filósofo griego Platón. Una anotación del codificador, de propio puño, de que el espíritu Zéfiro habría igualmente revelado a él esa encarnación. Recordemos que Zéfiro reveló al Prof. Denizard Rivail la encarnación como sacerdote druida con el nombre Allan Kardec. El documento está guardado en nuestro país, bajo los cuidados de los herederos del estudioso e investigador Canuto Abreu, que trajo harta documentación histórica de las tierras francesas antes de la eclosión de la segunda guerra mundial. Ahora, toda revelación debe presentar pruebas, y eso no existe, fue sólo una información traída por un único espíritu, que Kardec anotó, y nada más.

En vida, Chico Xavier negó ser Kardec reencarnado

No se puede dar credibilidad a todo lo que un espíritu dice, aún más cuando no es un espíritu superior, como era el caso de Zéfiro. Su revelación sobre el sacerdote druida puede ser investigada, generando el libro “El Genio Céltico y el Mundo Invisible”, de León Denis, una obra que todos deben conocer. Ahora, ¿cómo investigar y probar que Kardec fue Platón? El hecho del codificador haber hecho la anotación revela sólo su espíritu de organización y registro de las comunicaciones, y nada más.

Bien, pasemos ahora la palabra a Chico Xavier. En una entrevista concedida el 28 de agosto de 1988, al periódico Diario de la Mañana, de Goiânia-Goiás, respondiendo a la pregunta si sería Kardec reencarnado, él respondió: “No, no soy. (...) digo esto con serenidad. No soy. Consulto mi vida psicológica, mis tendencias. Todo aquello que tengo dentro de mi corazón soy yo. No tengo ninguna semejanza con aquel hombre valiente y fuerte que, en doce años, dejó dieciocho libros maravillosos”.

Si sus palabras son producto de su extrema humildad, tenemos aquí una contradicción de personaje: ¿humilde y mentiroso? No podemos concebir tal comportamiento en Chico Xavier, que dio pruebas suficientes de bondad y fidelidad a los principios espíritas, siendo denominado hombre-amor, tal su dedicación al amparo del prójimo, y llamado igualmente de ser ínter existente, viviendo a la vez la realidad material y la realidad espiritual de la vida, como decía J. Herculano Pires.

De lo que tenemos certeza es que Chico Xavier fue un espíritu bondadoso, fiel observador de la doctrina espírita, trabajador incansable de la caridad, médium extraordinario sirviendo de puente para el más allá, ejemplo de cristiano y ciudadano. En cuanto a su pasado histórico, las existencias que tuvo en otras encarnaciones, no pasan de especulaciones sin fundamento científico, sin prueba, las cuales sólo podemos clasificar como creencia de foro íntimo y sin respaldo doctrinario.

¿Es importante saber quién fue Chico Xavier en el pasado?

Esas especulaciones siempre existieron, pero se abultaron después de la desencarnación del médium minero, que en vida prefirió el silencio, buscando no alimentar tales ideas, pero, como vimos en su entrevista aquí reproducida, negó vehementemente ser la reencarnación de Allan Kardec, lo que coloca en duda, por lo tanto, las demás figuras históricas que habría vivido.

Tenemos que tener mucho cuidado con la infiltración de ideas extrañas en el seno del movimiento espírita, ideas esas traídas por autores encarnados y desencarnados, sin respaldo en la lógica, en el bueno sentido y en la razón, basadas sólo en una afirmación y colocando palabras en la boca de quien ya no está más aquí para confirmar o no la veracidad de la información. ¿Y qué cambia saber si Chico Xavier fue tal o cual personalidad en el pasado? Absolutamente nada. ¿Y por qué tendría siempre que haber sido un personaje famoso de la historia humana? Eso, inclusive, contradice la información espírita, de que el Espíritu necesita pasar por diversas experiencias hasta llegar a la perfección, pero si él nunca consiguió quedar en el anonimato y realizar otras tareas, ¿cómo adquirir esas experiencias?

Dejemos a nuestro querido Chico Xavier dar continuidad a su trabajo, ahora en el mundo espiritual, disminuyendo las especulaciones y tratando con más seriedad supuestas revelaciones espirituales. Dediquemosno a estudiar la vasta obra literaria producida por los Espíritus por su intermedio, así creciendo en comprensión y transformándonos moralmente. Eso es lo más importante. Quién yo fui en el pasado, quien fue Chico Xavier en existencias anteriores, no tienen importancia, nada modifican en el contexto actual, ni disminuyen ni añaden a lo que somos y lo que tenemos que hacer.

Cuidemos de realizar la caridad, de ser hombres y mujeres de bien, de estudiar el Espiritismo para mejor vivirlo, combatiendo esa tendencia de siempre querer endiosar a los otros, de santificar aquel que vino sólo para trabajar y dar testimonio de su fe a beneficio de los hombres. Sintonicemos con Jesucristo, guía y modelo de la humanidad, para ser cartas vivas del Evangelio, dejando que cada uno dé cuenta de sí junto a Dios.


Marcus De Mario é Educador, Consultor, Escritor radicado no Rio de Janeiro-RJ.



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita