Cuba y el
Espiritismo: un
pacto que viene
desde la
época
de Kardec
Muchas personas,
hasta mismo en
el medio
espirita, se
sorprendieron
cuando fue
divulgado que el
7º Congreso
Espirita Mundial
sería realizado
en Cuba, un país
sometido al
régimen
comunista que,
como sabemos,
jamás creó
facilidades, en
los diferentes
países donde se
instaló, para la
realización de
actividades de
naturaleza
religiosa o
metafísica.
¡Muy bien! El
Congreso, que se
inicia en el día
22 de este mes,
será realizado
en Cuba y con el
apoyo de las
autoridades
gubernamentales.
De hecho, la
sorpresa no
tenía razón de
ser, puesto que
Cuba es, según
informaciones
divulgadas en el
pasado año por
el Consejo
Espirita
Internacional,
el 2º país del
mundo en
cantidad de
Centros
Espiritas en
actividad. Hay
en la tierra de
Fidel Castro 535
Sociedades
Espiritas
registradas
junto al
Gobierno y
algunas otras en
proceso de
acreditación.
El motivo de
gran número de
instituciones
espiritas, si
lleváramos en
cuenta el tamaño
del país y el
número de sus
habitantes, nos
es explicado por
la propia
historia del
movimiento
espirita cubano,
que allí tuvo
inicio cuando
Allan Kardec aún
se encontraba
encarnado.
Todo se inició
en 1856 y, a
partir de
entonces, varios
centros
espiritualistas
fueron fundados
en La Habana,
Manzanillo,
Caibarien y
otras
localidades.
Cuando en 1888
fue realizado el
1º Congreso
Internacional
Espiritista, en
la ciudad de
Barcelona, Cuba
fue el país con
la mayor
representación,
y dos años
después, en
1890, se fundaba
la Federación
Espirita de la
Isla de Cuba,
reuniendo 23
(veintitrés)
instituciones.
El país vio
también surgir a
lo largo de los
años diversos
periódicos
espiritas, como
el periódico Luz
de Ultratumba en
1884, La
Ilustración en
1878, Luz de los
Espacios en
1881, La
Antorcha de los
Espíritus en
1882, El Buen
Deseo en 1884,
La Luz del
Evangelio en
1885, La Buena
Nueva en 1886,
La Alborada en
1888 y La Nueva
Alianza en 1888.
En 1902 ganó
realce
internacional el
libro La
Filosofía Penal
de los Espíritas,
del célebre
escritor,
antropólogo y
criminalista
Fernando Ortiz,
que curiosamente
se declaró “neo
espiritista”. Se
destacaron
también en el
país los
trabajos del
periodista
Francisco M.
Gonzales Quijano
(1862-1926),
colaborador de
José Martí,
fundador del
diario La Voz
del Pueblo y
participante de
la creación de
la Sociedad
Espirita Cubana,
así como el
escritor Don
Salvador Molina,
que participó
del Congreso de
Barcelona.
En lo que se
refiere a la
realización de
congresos, es
digno de nota
registrar que
del 1935 al 1963
se realizaron en
el país 26
Congresos
Nacionales, lo
que refleja las
proporciones que
el movimiento
espirita alcanzó
en el curso de
los años, en
toda isla.
Los años pasaron
y ocurrió la
Revolución
liderada por
Fidel Castro,
pero nada logró
sofocar las
semillas
lanzadas por los
pioneros, a
punto de
recientemente
registrarse un
hecho digno de
nota, que fue la
donación de 14
mil libros
espiritas,
distribuidos por
todos los
centros
espiritas
existentes en
Cuba, atendiendo
a una
recomendación
hecha por la
propia Ministra
de Asuntos
Religiosos, Sra.
Caridad Diego.
Durante un
almuerzo con el
Sr. Nestor
Masotti,
Secretario
General del
Consejo Espirita
Internacional,
Edwin Bravo y
Manuel de la
Cruz, la
Ministra dijo
que la principal
queja que las
autoridades
recibían de los
espiritas era de
que les era muy
difícil obtener
libros
espiritas.
Nestor Masotti
le preguntó de
qué manera ella
consideraba que
el CEI podría
ayudarles:
“Envíen un
container de
libros”, sugirió
la Ministra. La
sugerencia fue
aceptada y
prontamente
atendida, con la
ayuda de
diversas
personas,
especialmente de
Alipio González,
de Mensaje
Fraternal, que
donó la mayor
parte de los
14.000 libros.
En razón de los
hechos arriba
descritos, no
hay motivo para
que dudemos de
que Cuba reúna
todas las
condiciones para
la realización
de un gran
Congreso, y es
eso que todos
nosotros
esperamos, para
el bien del
movimiento
espirita
internacional.
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