Suicidio: opción
tola e inútil
En el inicio de
septiembre, en
relato publicado
en la ciudad de
Ginebra, la
Organización
Mundial de Salud
divulgó un dato
alarmante: un
millón de
personas por año
cometen
suicidio, un
número más
grande que el
total de
víctimas
causadas por
guerras y
homicidios. El
relato fue
presentado en el
día 10 de
septiembre
durante la
décima edición
del Día Mundial
de Prevención de
Suicidio.
De acuerdo con
los números
divulgados, las
tasas de
suicidio más
elevadas se
averiguan en los
países del este
de Europa, como
Lituania o
Rusia, y las más
bajas se sitúan
en las Américas
Central y del
Sur, en países
como Perú,
México, Brasil o
Colombia.
Estados Unidos,
Europa y Asia
están en la
mitad de la
escala y no
existen
estadísticas en
lo que se
refiere a los
países africanos
y del sudeste
asiático.
Si el número de
suicidios es
alto, ¡qué
diremos del
número de
tentativas,
cerca de 20
millones por
año! Cinco por
cien de las
personas del
mundo, según la
Organización
Mundial de
Salud, hacen una
tentativa de
suicidio por lo
menos una vez en
su vida. Y – lo
que es más
asustador – el
suicidio es, en
todo el mundo,
la segunda causa
de muerte entre
los adolecentes
de 15 al 19
años.
El tema suicidio
tiene sido
examinado con
cierta
frecuencia en
las obras y en
los periódicos
espiritas.
El capítulo 3
del libro
Astronautas del
Más Allá,
una colaboración
entre Chico
Xavier y
Herculano Pires,
tuvo su origen
en carta de una
persona que
solicitó de
Cornélio Pires
(Espíritu)
esclarecimientos
a respecto del
suicidio.
En la reunión en
que la carta fue
entregue a Chico
Xavier, así que
hecha la oración
inicial, salió
para estudio la
cuestión 943 d’
El Libro de los
Espíritus.
“¿De dónde viene
el disgusto por
la vida que, sin
motivos
plausibles, se
apodera de
algunos
individuos?”.
Los inmortales
contestaron:
“Efecto de la
ociosidad, de la
falta de fe y
generalmente del
hastío. Para
aquellos que
ejercen sus
facultades con
un fin útil y
según sus
aptitudes
naturales, el
trabajo nada
tiene de árido y
la vida pasa más
rápidamente.
Soportan sus
vicisitudes con
tanto más
paciencia y
resignación,
cuanto más
actúan teniendo
en cuenta la
felicidad más
sólida y durable
que los espera”.
En el final de
la reunión,
Cornélio Pires,
valiéndose de
las facultades
de Chico Xavier,
respondió al
amigo, a quien
dedicó un poema
titulado
Suicidio,
formado por ocho
cuartetos, en
los cuales dice
que no debemos
pensar en
suicidio ni
mismo en broma,
por lo cuanto un
acto de esos
resulta en el
dolor de una
vida entera.
En secuencia,
Cornélio relata
de manera
sintética el
drama de seis
suicidas y las
consecuencias de
sus actos. Quim
se ahogó en un
pozo y renació
atascado en
enfisema.
Dilermanda se
mató con un
tiro y ahora no
habla, no ve, no
anda. Doña
Cesária de la
Estiba puso
fuego en sus
propias
vestimentas, y
retornó en un
cuerpo que es
llaga viva.
Maricota da
Trindade se
suicidó
ingiriendo
homicida y
volvió, muriendo
de un cáncer a
los cuatro meses
de edad.
Columbano se
ahorcó y hoy es
parapléjico.
Doña Lília
Dagele se quemó
con gasolina y
ahora sufre
sarna que
recuerda fuego
en la piel.
Cerrando el
poema, Cornélio
grabó este
admirable
consejo:
“Tolera con
paciencia
Cualquier
problema o
pesar;
No adelanta
morir,
Adelanta es
mejorarse”.
En un mensaje
acerca del
asunto, Emmanuel
dice que las
personas que
revelen
tendencias
suicidas
deberían tomar
algunas
precauciones
indispensables a
la vigilancia,
pues, caso
contrario, la
caída en el
abismo se
tornará casi
inevitable. Es
necesario – dice
Emmanuel – que,
en primer lugar,
la persona
piense en Dios y
en la bondad del
Padre que nos
dio la vida, la
familia, los
amigos y las
oportunidades de
crecimiento. En
segundo lugar,
que medite en la
falta que, caso
parta de repente
de esta vida,
hará a los entes
queridos –
mujer, hijos,
hermanos, padres
y amigos. En
tercer lugar,
que ore y pida
fuerzas a Dios y
a los
protectores
espirituales, y,
por fin, se
dedique a la
práctica del
bien, ayudando a
los que son más
carentes que
nosotros,
enfrentan
situaciones que
tal vez no
suportaríamos.
Cada existencia
en el mundo
donde vivimos se
constituye de
desafíos, porque
éstos son
indispensables
al nuestro
progreso. Huir
de ellos,
desertar de la
vida, abandonar
el curso de una
existencia por
la vía del
suicidio sólo
amplían, jamás
alivian, las
amarguras de la
vida.
“La vida
material – dice
Herculano Pires
– es un
ejercicio para
el desarrollo de
los poderes del
Espíritu. Quien
abandona el
ejercicio por
voluntad propia
está renunciando
a su desarrollo
y sufre las
consecuencias
naturales de esa
opción
negativa.”
“Nueva
oportunidad le
será concedida,
pero ya entonces
al peso del
fracaso
anterior.”
(Astronautas del
Más allá, cap.
3.)
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