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Año 6 266 – 24 de Junio de 2012
JOÃO FERNANDES DA SILVA JÚNIOR    
joaofdasilvajunior@hotmail.com    
Biguaçu, SC (Brasil)
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 


João Fernandes da Silva Júnior

Espacio, Tiempo
y Espíritu
 

(Parte 1) 


Iniciamos este trabajo haciendo un comentario que nosotros consideramos es de gran relevancia para aquellas personas que se dedican al estudio de la evolución de la especie humana. Para la adquisición de conocimientos más amplios sobre la vida y sus múltiples formas de manifestación en el planeta Tierra, es esencial que el punto de partida sea justamente el análisis del mecanismo evolutivo bajo el prisma espírita (porque esa concepción irá a abrir para todos los investigadores, sin ninguna sombra de duda, un inmenso abanico de informaciones, resultando de ahí que los científicos consiguieran penetrar con relativo margen de seguridad en el conocimiento acerca de la estructura de la psique del espíritu). Actualmente no hay nada como negar la existencia de una realidad metafísica alrededor de todos nosotros.

El libro “Espacio, Tiempo y Espíritu” es fruto de muchas investigaciones que realizamos para que pudiésemos presentar una información con la debida calidad para nuestros lectores.

Tanto los espíritas como los espiritualistas saben muy bien que el materialismo es, en verdad, una pseudo filosofía, una doctrina vacía, porque no presenta pruebas de la inexistencia de un Ser Superior y no comprueba que el espíritu sea una mera “secreción mental”.

La evolución gradual del pensamiento hace que los seres humanos tengan mayor ansia de comprender – aunque parcialmente – aquellos eventos que transcienden a los límites de la materia, y que en razón de eso prueban la existencia y también la actuación de algo "más" que ultrapasa las fronteras de la organización biológica y psíquica de los seres humanos y de los animales inferiores.

Nosotros no somos solamente un montón organizado de materia, somos seres inteligentes situados fuera del contexto de espacio-tiempo y encontrándonos temporalmente conectados – eletromagneticamente – a un organismo biológico para que podamos así operar con desembarazo en el plan de las formas, y, en razón de ese evento, nosotros adquirimos mayor grado de evolución intelecto-moral a cada nuevo contacto con la materia bariônica, inter-obrando con ella y aprendiendo a través de ella.

El estado del principio inteligente en los reinos de la Naturaleza

Por medio de incontables revelaciones de origen mediúmnico, nosotros, los espíritas, sabemos que el largo proceso de evolución de los seres vivos produce como resultado directo una gran cantidad de transformaciones de orden cualitativa en los llamados principios inteligentes (o monadas espirituales), y tales patrones de transformaciones hacen  que todos los principios inteligentes estacionan en cada reino de la Naturaleza durante periodos relativamente extensos de tiempo, buscando, principalmente, que en un futuro menos lejano los principios inteligentes ya estén debidamente capacitados para la natural eclosión de su propia estructura conciencial, de la razón y de las aspiraciones superiores, cuando, finalmente, ellos alcanzarán la fase de nacer entre los componentes del Reino Hominal, prosiguiendo en su jornada ascensional en el seno de grupos indígenas  (residentes en mundos primitivos y en mundos de pruebas y de expiaciones), hasta que, gradualmente, mediante los esfuerzos de cada uno, ellos consigan alcanzar el imprescindible grado de lucidez que les permita el nacimiento entre los integrantes de una civilización más avanzada que la anterior, en la cual ellos vivieron, prosiguiendo en esa marcha de ritmo incesante para, tras algunos billones de años de evolución, ellos alcancen la posición de Espíritus puros, ya completamente liberados de las ilusiones creadas por el contacto con la materia bariônica (1).

Actualmente, como personas civilizadas y también un poco espiritualizadas, nosotros ya delineamos nuestros proyectos de vida utilizando el razonamiento, la inteligencia y la creatividad, y no somos más gobernados por los impulsos de la fuerza bruta y por la rudeza que son características propias de hombres primitivos.

Cualquier persona de buen sentido que observara atentamente el momento actual en el planeta Tierra irá a percibir de manera clara y objetiva que nuestras conquistas tecnológicas están posibilitando que estudiemos con mayor seguridad aquellos fenómenos que están presentes en el universo microcósmico, y también aquellos eventos que pertenecen a la realidad del universo microcósmico. Es un hecho innegable que nosotros estamos avanzando cada vez más en la comprensión de todo aquello que está a nuestro alrededor, sin embargo, cada uno de nosotros – encarnados o desencarnados – también es un universo que se presenta repleto de incógnitas, y tales incógnitas necesitan ser desveladas por nosotros mismos, para nuestro propio acceso de madurez intelecto-moral.

El átomo es el punto de partida de todos los Espíritus

Otro punto, que es también muy importante dentro de ese panorama de hechos que nosotros estamos presentando aquí, es que dentro de cada uno de nosotros – en nuestros archivos psíquicos milenarios – están presentes innumerables registros referentes a los idiomas y aún a la cultura de cada una de las civilizaciones de las cuales nosotros ya formamos parte (posiblemente más de una vez) en el pasado remoto. Y justamente en razón de ese acontecimiento, las más variadas informaciones relativas incluso a pueblos desaparecidos hace siglos pueden muy bien formar parte de nuestro acervo mnemónico multimilenario.

Nosotros evolucionamos espiritual e intelectualmente en la proporción en que acumulamos un considerable número de informaciones sobre los más diversos hechos que vivimos a lo largo de nuestra trayectoria de vida.

Atendamos que, en la respuesta que fue dada por los desencarnados para la cuestión  número 540 contenida en "El Libro de los Espíritus", existe la información de que el átomo es el punto de partida de todos los Espíritus, sin embargo, de cuál tipo de átomo ellos hablaron, aún no sabemos.

¿Nosotros podremos considerar a los átomos-psi y los principios inteligentes como siendo sinónimos?

¿La Física Quántica podrá hacerse un agente auxiliar para que nosotros podamos comprender de manera más abarcadora los mecanismos de acción metafísica de las entidades espirituales?

El entendimiento acerca de la real naturaleza de los Espíritus conseguirá cambiar – para mejor – la manera de pensar de las personas con relación al real sentido de la vida física.

Tres nuevos conceptos surgirán con la Física Cuántica

Tenemos conciencia de que son incontables las dificultades que los investigadores actuales encuentran para conseguir penetrar en un tema que por sí mismo es extremadamente complejo y abarcador como la vida fuera de la materia, sin embargo, con todos los avances que están siendo obtenidos y también teniéndose en cuenta todo un mundo de informaciones que el futuro por descontado irá a disponer para nosotros – mediante el arduo trabajo de investigación científico desarrollado en los cuatro rincones de este planeta –, creemos que la ciencia irá a alcanzar un lugar tan avanzado de saber que posibilitará que la población tenga una percepción más clara y objetiva de la realidad de la existencia de un Creador increado (el gran Arquitecto del Universo), y entonces, finalmente, los científicos habrán conseguido superar las barreras materialistas que hoy ya se encuentran bien sacudidas en sus frágiles cimientos.

Tres nuevos conceptos surgieron con la Física Cuántica:

a) Movimiento discontinuo;

b) Interconectividad no-localizada;

c) Causalidades descendiente.

Los tres conceptos supra-citados presentan gran utilidad para la mejor interpretación de la mecánica de la conciencia dentro de un sistema holístico, porque nosotros sabemos que no sólo las partes de cada sistema están contenidas en el todo, como de la misma forma las leyes que regulan el todo están presentes en cada una de las constituyentes de ese sistema, y eso hace patente que los eventos están interligados de una manera global, en otras palabras, todo es independiente e inter-ligado. Ese evento es conocido actualmente bajo el nombre de Interconexidad.

La utilización de la razón – redime de ideas preconcebidas y de teorías fantasiosas – permitiría que los seres humanos penetraran en los dominios del Espíritu con mayor seguridad y mejor resultado.

El Cosmo es una entidad esencialmente dinámica

Somos individuos diferentes unos de los otros, y la mentalidad de cada ser es única, cada uno piensa lo que bien entiende, pero es ilógico el intento de los materialistas de disociar la vida orgánica de la acción espiritual, porque, en verdad, la vida biológica no pasa de una consecuencia directa de tal acción.

El Universo fue creado para comportar la vida en sus innumerables formas de manifestaciones y en sus infinitos grados de evolución, por lo tanto, en esa secuencia de eventos la Tierra no puede ser el único planeta que posee la presencia de vida biológica diversificada y seres inteligentes.

El Cosmos es una entidad esencialmente dinámica, y en él la transformación es una de sus leyes generales, conforme enunció al gran químico francés Antoine-Laurent de Lavoisier (1743-1794): "En la Naturaleza nada se crea, nada se pierde, todo se transforma".

El Espíritu Galileo Galilei (1564-1642) presentó una extensa comunicación (2) en la cual él informó que el polvo cósmico fue reunido en un determinado punto del espacio, y, siendo el comandado telecineticamente por los Espíritus del equipo de Jesús, ella sufrió incontables transformaciones de naturaleza físico-química, dando origen a una gigantesca nebulosa, la cual, tras billones de años, originó la Vía Láctea que comporta en su seno un número – para nosotros aquí en la Tierra – incalculable de mundos, y aproximadamente 400 billones de soles semejantes a “nuestro” astro-rey.

No podemos dejar de preguntar para usted, querido lector: ¿cuál sería, en su opinión, la función primordial de todos los planetas? ¿Sería la de ellos quedar girando inútilmente en el espacio, o sería la de que ellos contengan vida adaptada por el medio ambiente en el cual ella se manifiesta? Ahora, meditando sobre las cuestiones de arriba, el más elevado propósito que nosotros podemos suponer para la existencia de los planetas sería la de que ellos proporcionen mecanismos para el surgimiento y el pleno desarrollo de vida inteligente.

(Este artículo será concluido en la edición de la próxima semana.)

 

Referências

(1) O Livro dos Espíritos (questão de número 112); de Allan Kardec.

(2) A Gênese (Capítulo VI, Astronomia Geral); de Allan Kardec


 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita