WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Espiritismo para los niños - Célia X. de Camargo - Português Inglês 
Año 6 264 – 10 de Junio de 2012       

 
                                                            
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org

 

Sea usted mismo

 

Zezinho era un niño muy inseguro. Deseaba agradar, necesitaba de la aprobación de las personas. Quería ser aceptado por el grupo y sentir que todos lo estimaban.

Así, estaba siempre en duda sobre lo que hacer, de cómo comportarse y hasta de la ropa que debía vestir.

Se sentía bien mismo andando con una pantalones “jeans” descolorido que tenía un agujero en la rodilla, camiseta naranja con letras rosas, un par de tenis bastante usados y un sombrero con cuadros de ajedrez rojo y negro en la cabeza.

Cierto día, saliendo para pasear vestido de ese modo, encontró a su amiga Margarida en la calle. Ella lo miró con aire de reprobación y no dejó por menos de decir:

– ¡Que horror, Zezinho! ¡Esa ropa es de basura! ¡Nada queda con nada! Creo que deberías quitarte esa gorra y vestir aquella camiseta azul

tuya. ¡Quedaría mucho mejor! ¡Adiós!  

Zezinho se despidió de la amiga y no consiguió proseguir con el paseo.

Volvió corriendo para casa, se colocó la camiseta azul, quitó el gorro ajedrezado intercambiándolo por otro verde y amarillo. Salió todo feliz, seguro de que estaba bien vestido e iría a agradar.

Encontró a Marcelo, que venía a invitarlo a jugar a la pelota.

– ¿Vamos así, Zezinho? Sólo que tu ropa no anda con nada. Mira, atrevido, ¿dónde es que tú encontraste esa camiseta azul? ¡La gorra está chocante, pero esa camiseta!
 

Zezinho fue a jugar a la pelota sintiéndose muy mal. No veía la hora de volver para casa y cambiar de ropa. Tenía la impresión de que todos estaban mirando para él.

Más tarde, los colegas lo invitaron para ir a una heladería.

Zezinho se arregló todo. Tomó un baño, vistió un pantalón negro, nuevo, escogió una camisa mostaza y se colocó los zapatos marrones, de cuero bien lustroso.

Cuando salió de casa, los amigos lo esperaban. Uno de ellos miró a Zezinho con aire crítico:

- ¡Parece que acabaste de salir de una tienda!

Carla lo analizó con manera de entendida y dio su opinión:

- La ropa está bien, pero los zapatos no combinan con el resto.
 

Ahí un chico sugirió:  

- ¿Por qué no cambias la ropa para combinar con los zapatos?

- ¡No! – dijo otro – Creo que debería cambiar los zapatos para combinar con la ropa.

Zezinho estaba todo confundido. Volvió para el cuarto, pero no sabía qué hacer.

Como estaba tardando muy y los amigos ya mostraran impaciencia, la madre fue ver lo que estaba aconteciendo.

Entró en el cuarto del hijo y paró, espantada. ¡

El desorden era total!  

Encontró a Zezinho sentado en la cama, indeciso, desanimado, perdido en medio de la ropa y zapatos que cogió del armario.

Al ver a la madre, él pidió ayuda.

– ¡Mamá, yo no sé qué hacer! ¿Qué debo vestir? ¡Todo lo que me coloco a mis amigos no les gusta y me critican!

La madre miró al hijo con cariño, comprendiendo su problema.

– Hijo mío, nosotros no podemos tener la pretensión de agradar a todas las personas. ¡Ni Jesús, el Maestro de los Maestros, consiguió eso! Por lo tanto, haz lo que encuentres mejor. Tus amigos – si fueran realmente tus amigos – les gustará tú cómo tú eres, no por la ropa que vistes.
 

Hizo una pausa y concluyó:  

– Lo importante es agradarte a ti. ¡Sé tú mismo! Tus amigos actúan de esa forma porque percibieron que tú eres inseguro. Sé firme, muestra aquello que le gusta, lo que piensas, y ellos te respetarán. Ahora, vamos a ver: ¿Cómo te sientes realmente bien? ¿Qué te gustaría a “ti” vestir?

Zezinho pensó un poco y, con una sonrisa de oreja la oreja, removió la pila de ropa hasta encontrar lo que quería.

De ahí a minutos salió de casa todo feliz. Se había colocado la camiseta naranja con letras rosas, el pantalón “jeans” desbotada con uno agujereo en la rodilla, el par de tenis viejo y la

gorra xadrez rojo y negro en la cabeza.

Los chicos miraron, sorprendidos. Sin embargo Zezinho, seguro y satisfecho, no dio tiempo para que abriesen la boca.

- ¡Ahora me estoy sintiendo bien! ¿Vamos allá, chicos? 


                                                     
Tia Célia
 

Ilustraciones: Kátia RRR


                                                                                   



O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita