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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 6 263 – 3 de Junio de 2012        

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

El Libro de los Médiums 

Allan Kardec 

 (Parte 13)
 

Continuamos con el estudio metódico de “El Libro de los Médiums”, de Allan Kardec, la segunda de las obras que componen el Pentateuco Kardeciano, cuya primera edición fue publicada en 1861. Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al final del texto.

Preguntas para debatir 

A. La facultad de videncia ¿puede ser desarrollada?

B. ¿Cómo se producen las alucinaciones?

C. ¿Qué es bicorporeidad?

D. ¿Es necesario el sueño para que el alma aparezca en otros lugares?

Texto para la lectura

121. Los Espíritus se presentan vestidos en túnicas, envueltos en amplias telas, o sino con los trajes que usaron en vida. Envolverse en telas parece constituir la costumbre general en el mundo de los Espíritus. (Ítem 126)

122. Los Espíritus hacen que la materia etérea pase por las transformaciones que quieran; por lo tanto, pueden formar los objetos – vestidos, joyas, tabaqueras, etc. – que deseen, por acto de su voluntad y, del mismo modo que los hacen, pueden deshacerlos. (Ítem 128, pregunta 6)

123. Refiriéndose a un Espíritu que se le apareció a una mujer llevando una caja de tabaco en polvo, el Espíritu de San Luis le informó a Kardec: a) que la caja de tabaco podría volverse tangible; b) que la señora, sosteniendo esa caja, creería estar sosteniendo una caja real; c) que, si la abriese, encontraría tabaco en polvo dentro de ella; d) que si aspirase ese rapé, éste la haría estornudar. (Ítem 128, preguntas 7, 8 y 9)

124. El Espíritu puede dar a un objeto no sólo la forma sino también propiedades especiales. Si él quisiera hacer una sustancia venenosa, podría hacerlo, si es que hubiese un permiso superior; tal cosa, sin embargo, no le es permitida. (Ítem 128, preguntas 10 y 11)

125. El Espíritu puede hacer también una sustancia alimenticia, una fruta, un manjar cualquiera; si una persona la comiera, quedaría saciada. (1) (Ítem 128, pregunta 13)

126. San Luis, comentando ese fenómeno, le dijo a Kardec que no necesita buscar tanto para encontrar lo que es tan fácil de comprender. Un rayo de sol basta para volver perceptibles a los ojos las partículas materiales que llenan el espacio. El aire contiene vapor de agua. Condensado, vuelve al estado normal. Privado del calor, se convierte en un cuerpo sólido, y lo mismo sucede con muchas otras sustancias de las que los químicos pueden obtener maravillas más asombrosas aún. El Espíritu dispone, sin embargo, de instrumentos más perfectos: la voluntad y el permiso de Dios. (Ítem 128, pregunta 13)

127. Cuanto más elevado sea el Espíritu, más fácilmente podrá producir objetos tangibles. Pero todo depende de las circunstancias, porque los Espíritus inferiores disponen también de ese poder. (Ítem 128, pregunta 15)

128. No siempre el Espíritu tiene conocimiento del modo como compone sus vestidos y objetos. Muchas veces coopera con la formación de todas esas cosas, por un acto instintivo que él mismo no comprende, si no está lo suficientemente esclarecido para eso. (Ítem 128, pregunta 16)

129. La teoría espírita acerca del laboratorio del mundo invisible se puede resumir así: a) el Espíritu actúa sobre la materia; b) de la materia cósmica universal extrae los elementos que necesita para formar objetos que tengan la apariencia de los diversos cuerpos existentes en la Tierra; c) por acción de su voluntad, puede operar en la materia elemental una transformación íntima, que le confiera determinadas propiedades; d) esta facultad es inherente a la naturaleza del Espíritu, que muchas veces la ejerce de manera instintiva, sin  percibirlo; e) los objetos que el Espíritu forma tienen existencia temporal, subordinada a su voluntad o a una necesidad que él experimenta; f) puede hacerlos y deshacerlos libremente; g) en ciertos casos, esos objetos pueden presentar, a los ojos de las personas vivas, todas las apariencia de la realidad, esto es, volverse visibles e, incluso, hasta tangibles; h) pero se trata de formación, no creación, porque de la nada el Espíritu nada puede sacar. (Ítem 129)

130. La existencia de una materia elemental única está hoy admitida de manera más o menos general por la ciencia, y los Espíritus la confirman. Todos los cuerpos de la Naturaleza nacen de esta materia. De allí que una sustancia saludable puede volverse venenosa, por efectos de simples modificaciones, hecho que la química nos ofrece en numerosos ejemplos. Ya que al Espíritu le es posible tan poderosa acción sobre la materia elemental, se concibe que sea capaz no sólo de formar sustancias, sino de modificar sus propiedades utilizando para esto su voluntad como efecto reactivo. (Ítem 130)

Respuestas a las preguntas propuestas

A. La facultad de videncia ¿puede ser desarrollada?

Antes que nada, es necesario comprender que la videncia depende del organismo; guarda relación con la capacidad que tiene el fluido del vidente para combinarse con el fluido del Espíritu. La facultad puede, como todas las otras, desarrollarse con el ejercicio, pero es una de aquellas en que vale más esperar su desarrollo natural que provocarlo, para prevenir la sobreexcitación de la imaginación. (El Libro de los Médiums, ítem 100, preguntas 26 y 27)

B. ¿Cómo se producen las alucinaciones?

Las imágenes llegan al cerebro por los ojos, y dejan allí una marca que hace que recordemos un cuadro como si lo tuviésemos delante de nosotros, pero esto es siempre una función de la memoria, porque no lo vemos. En cierto estado de emancipación, el alma ve en el cerebro y allí encuentra estas imágenes, sobre todo aquellas que le impresionaron más, según la naturaleza de las preocupaciones o las disposiciones del Espíritu: es así que allí encuentra la marca de escenas religiosas, diabólicas, dramáticas, mundanas, figuras de animales bizarros, que vio en otra época en pinturas o incluso en narraciones, porque las narraciones dejan también sus impresiones. Así el alma ve realmente, pero ve solo una imagen grabada en el cerebro. En el estado normal esas imágenes son fugitivas y efímeras, pero en el estado de enfermedad, con el cerebro más o menos debilitado, algunas imágenes no se borran como en el estado normal, por las preocupaciones exteriores. Allí está la verdadera alucinación y la causa primera de las ideas fijas. (Obra citada, ítem 113.)   

C. ¿Qué es bicorporeidad?

El Espíritu de una persona viva, aislado del cuerpo, se puede aparecer en otro lugar, como el de una persona muerta, y tener todas las apariencias de la realidad; además de eso, puede adquirir una tangibilidad momentánea. He ahí el fenómeno llamado bicorporeidad, que dio lugar a las historias de hombres dobles, esto es, de individuos cuya presencia simultánea fue verificada en dos lugares diferentes. Es lo que sucedió con San Alfonso de Ligorio y San Antonio de Padua, como nos relata la historia eclesiástica. El fenómeno de la bicorporeidad es una variedad de las manifestaciones visuales y reposa en las propiedades del periespíritu, que en determinadas circunstancias, se puede hacer visible y hasta tangible. (Obra citada, ítems 114 y 119.)

D. ¿Es necesario el sueño para que el alma aparezca en otros lugares?

Puede ocurrir el fenómeno sin que el cuerpo duerma, aunque esto sea muy raro; en ese caso, el cuerpo nunca está en un estado perfectamente normal, sino, en un estado más o menos de éxtasis. El alma, entonces, abandona el cuerpo,  seguida de una parte de su periespíritu que, gracias a la otra parte que permanece ligada al cuerpo, constituye el lazo de unión entre la materia y el Espíritu. (Obra citada, ítem 119, párrafos 1 y 3.)

 

 

 


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