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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 5 245 – 29 de Enero de 2012 

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

(Parte 37)

Continuamos con el Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano, que focalizará las cinco principales obras de la Doctrina Espírita, en el orden en que fueron inicialmente publicadas por Allan Kardec, el Codificador del Espiritismo.

Las respuestas a las preguntas presentadas, fundamentadas en la 76ª edición publicada por la FEB, basadas en la traducción de Guillon Ribeiro, se encuentran al final del texto.

Preguntas para debatir

A. ¿Puede el hombre gozar de la felicidad completa en la Tierra?

B. Se sabe que la felicidad terrena es relativa a la posición de cada uno. Lo que para uno es suficiente, constituye la desgracia de otro. No obstante, ¿existe alguna medida de la felicidad que sea común a todas las personas?

C. Desde el punto de vista de la felicidad terrena, ¿cuál es la situación que el Espiritismo considera efectivamente una infelicidad real?

D. ¿Por qué en la sociedad terrena son más numerosas las clases sufrientes que las felices?

E. ¿Como entender la opinión de aquellos que consideran la comunicación con los muertos como una profanación?

Texto para la lectura

557. Existen males que son independientes de la manera de proceder del hombre y que alcanzan incluso a los más justos. Si no hubiera medio de evitarlos, el hombre debe resignarse y sufrirlos sin murmurar, si quiere progresar. Pero siempre encuentra consuelo en su propia  conciencia, que le proporciona la esperanza de un futuro mejor, si hace lo  necesario para lograrlo. (L.E., 924)

558. Favorecer con los dones de la fortuna a ciertos hombres significa un favor a los ojos de los que sólo ven el presente. Pero debes saber: la fortuna es, a menudo, una prueba más peligrosa que la miseria. (L.E., 925)

559. Los males de este mundo están en razón de las necesidades ficticias que os creáis. Muchos desengaños se ahorra en esta vida aquél que sabe limitar sus deseos y mira sin envidia lo que está por encima de él. Aquél que tiene menos necesidades es el más rico. Envidiáis los goces de los que os parecen los afortunados del mundo. ¿Sabéis por ventura lo que les está reservado? Si todos sus goces son personales, pertenecen a la categoría de los egoístas: luego vendrán los reveses. Más bien, tenedles lástima. (L.E., 926)

560. Cuando un justo es infeliz, eso representa una prueba que se le tomará en cuenta si sabe soportarla con valentía. Recordad estas palabras de Jesús: Bienaventurados los que sufren, porque serán consolados. (L.E., 926)

561. Las aptitudes naturales indican nuestra vocación en este mundo. Muchos de nuestros males proceden del hecho de que no seguimos esa vocación, y muchas veces son los padres que, por orgullo o avaricia, desvían a sus hijos de la senda que les trazó la Naturaleza, comprometiendo su felicidad como consecuencia de esa desviación. Ellos responderán por eso. (L.E., 928)

562. El hombre siempre podrá ser útil en la medida de sus facultades, si no las aplica al revés. Así, por ejemplo, en vez de un mal abogado tal vez pueda ser un buen mecánico si siguiese sus aptitudes naturales. (L.E., 928-a)

563. La ineptitud para la carrera que se abraza, constituye una fuente inagotable de reveses. Además, el amor propio impide que el que fracasó recurra a una profesión más humilde y le señala el suicidio como remedio para escapar de lo que le parece una humillación. Si una educación moral le hubiese elevado por encima de los tontos prejuicios del orgullo, jamás se hubiera dejado tomar desprevenido. (L.E., 928-a, comentario de Kardec.)

564. Nunca se debe tener la idea de dejarse morir de hambre. El hombre encontraría siempre el medio de alimentarse si el orgullo no se colocase entre la necesidad y el trabajo. Se dice a menudo: No hay oficio despreciable. Pero se dice para los demás, y no para uno mismo. (L.E., 929)

565. Hay personas que como consecuencia de enfermedades u otras causas independientes de su voluntad, se ven en la imposibilidad de atender sus necesidades. Este hecho es profundamente lamentable, porque –advierten los Espíritus- en una sociedad organizada según la ley de Cristo, nadie debe morir de hambre. (L.E., 930)

566. Cuando el hombre practique la ley de Dios tendrá un orden social basado en la justicia y en la solidaridad, y él mismo también será mejor. (L.E., 930, comentario de Kardec.)

567. ¿Por qué en el mundo la influencia de los malos se impone a la de los buenos? Por la debilidad de los buenos. Los malos son intrigantes y audaces, los buenos son tímidos. Cuando éstos lo quieran, predominarán.  (L.E., 932)

568. El dolor causado por la pérdida de los seres queridos alcanza tanto al rico como al pobre: representa una prueba, o una expiación, y es la ley común. Pero vosotros tenéis el consuelo de poder comunicaros con vuestros amigos por los medios que están a vuestro alcance, mientras no dispongáis de otros medios más directos y más accesibles a vuestros sentidos. (L.E., 934)

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Puede el hombre gozar de la felicidad completa en la Tierra?

No, puesto que en vuestro planeta la vida ha sido dada al hombre como una prueba o expiación. Pero de él depende suavizar sus males y ser tan feliz como sea posible en la Tierra. (El Libro de los Espíritus, preguntas 920 y 921.)

B. Se sabe que la felicidad terrena es relativa a la posición de cada uno. Lo que para uno es suficiente, constituye la desgracia de otro. No obstante, ¿existe alguna medida de la felicidad que sea común a todas las personas?

Sí. Con relación a la vida material, es la posesión de lo necesario. Con relación a la vida moral, la conciencia tranquila y la fe en el porvenir. (Obra citada, preguntas 922 y 923.)

C. Desde el punto de vista de la felicidad terrena, ¿cuál es la situación que el Espiritismo considera efectivamente una infelicidad real?

La infelicidad real sólo existe cuando la persona sufre la falta de lo necesario para la vida y la salud del cuerpo. (Obra citada, pregunta 927.)

D. ¿Por qué en la sociedad terrena son más numerosas las clases sufrientes que las felices?

Las clases que llamamos sufrientes son más numerosas por ser la Tierra un lugar de expiación. Cuando se transforme en morada del bien y de los Espíritus buenos, el hombre dejará de ser infeliz y la Tierra será para él un verdadero paraíso. (Obra citada, pregunta 931. Ver también preguntas 866, 926, 927 y 933.)

E. ¿Como entender la opinión de aquellos que consideran la comunicación con los muertos como una profanación?

Se trata de una opinión equivocada, porque no hay profanación cuando además del recogimiento, la evocación se realiza con respeto y decoro. La prueba de que así es la tenemos en el hecho de que los Espíritus que nos consagran afecto acuden con placer a nuestro llamado. Habría profanación sólo si esto fuese hecho con frivolidad. (Obra citada, pregunta 935.)

 

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita