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Entrevista Português Inglês    
Año 5 237 – 27 de Noviembre de 2011 
ORSON PETER CARRARA   
orsonpeter@yahoo.com.br         

Matão, São Paulo (Brasil)
Traducción:
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org  

 
Carlos Signei de Souza:

“La Doctrina Espírita me transformó en una
persona mejor”

El compañero paulista habla sobre su iniciación en el Espiritismo
y los fenómenos de efectos físicos que lo llevaron a buscar
ayuda en una institución espírita
 

 

Carlos Signei de Souza (foto), natural de la ciudad de São Paulo, donde reside, espírita desde 1994, es miembro del Consejo Directivo del Centro Espírita A Camino de la Luz, situado en la capital abanderada.

Industrial, con formación en Administración y Marketing, su adhesión al Espiritismo ocurrió tras un intenso asedio provocado por Espíritus, hecho que lo llevó a buscar ayuda en la casa espírita, haciéndose enseguida uno de sus activos trabajadores.

¿Cuál fue la experiencia

mediúmnica que lo llevó al Espiritismo?

No puedo decir que, en un primer momento, fueron las experiencias mediúmnicas que me llevaron al Espiritismo, ya que ellas ocurrían y yo, extremadamente escéptico, no les daba importancia alguna. El dolor de todo tipo, por perdida material y profesional, fue el primer despertar; después, con la intensidad de los fenómenos, no hubo como negarlos.

¿Cómo ocurrían esos fenómenos?

Los fenómenos ocurrían de todas las formas: Espíritus deambulaban por la casa haciendo ruidos y sonidos de pasos, con mayor intensidad en mi cuarto, donde yo era echado de la cama en dirección a la pared, y sentía una presión en la garganta simulando semejanza de estrangulamiento durante la noche, más allá del golpear de ollas, platos y cubiertos en la cocina, que quedaba en la parte terrena del balcón. Mi hija más joven, aún de brazos, gritaba asustada con el asedio de las entidades tenebrosas, que yo percibía sólo por medio de las emanaciones de energías negativas e imágenes de personajes oscuros. Todo eso duró casi 4 años de intenso asedio. Después, con la perdida, prácticamente, de todas las posesiones materiales, busqué ayuda.

¿Otras personas presenciaron los fenómenos?

Sí. Con excepción de mi hija del medio – tenemos tres hijas – todos los de la casa oían, sentían y veían los acontecimientos fenoménicos. Hubo un pasaje interesante en que recibí en mi casa la visita de un amigo. Tomábamos vino en la sala y este amigo me preguntó qué estaba ocurriendo en la parte superior del balcón, pues eran unos ruidos intensos de pasos, como si allá arriba estuvieran decenas de personas. Entonces le expliqué que no había nadie y aunque hubiera no se podría oír porque la placa del balcón era de aquellas antiguas con casi veinte centímetros de espesura. Pedí a la esposa que subiera y anduviera con firmeza, los ruidos pararon, sin oír siquiera sus pasos. Entonces le hablé a él: Los Espíritus se aquietaron. Este amigo nunca más volvió. Y realmente, cuando la esposa subía a la planta superior los ruidos cesaban.

¿Cuáles fueron los cuidados para sanar el inconveniente?

Un vecino, que era espírita y médium, veía Espíritus pegados a un gran mango que había en frente del terreno. Busqué aproximarme a las actividades de un Centro Espírita, pero sólo lo conseguí en el quinto intento, pues siempre había un obstáculo a vencer el día de la reunión: el coche se averiaba, accidentes que no me dejaban llegar a tiempo, la batería se apagaba. Cuando conseguimos finalmente llegar a un Centro, fui atendido y me sometí al tratamiento recomendado. El esfuerzo fue largo, duró años seguidos, creo que fueron unos seis años.

¿Fue investigado el posible origen de los fenómenos en aquella residencia?

No hubo una investigación oficial, pero después acabé recordando que cuando era joven, a los 15 años, tuve una amiga que vivía en esta casa y que supimos que había desaparecido, pero ella, en verdad, quedaba recluida en su cuarto – mi cuarto cuando allí pasé a residir- hecha rehén por 30 días para experiencias mediúmnicas vulgares y vinculadas a prejuicios de terceros. Cuando compré la casa no me acordaba de nada, el precio estaba bien, pero la casa totalmente destruida. Las personas que vivían allí parecían paralizadas, no tenían ánimo para nada. Tuve que demoler parte de la casa, pues tres habitaciones del frente estaban abandonadas porque las tejas iban rompiéndose y nadie subía para cambiarlas. No quise saber los detalles... Los problemas ya eran demasiado grandes.

Cuándo usted se aproximó al Espiritismo, ¿pudo comprender lo que antes le ocurría?

La Doctrina Espírita fue la luz que me dio un nuevo mirar para los fenómenos y para lo que ocurría en mi vida. Ella me transformó en una persona mejor. La dimisión de mi trabajo, en que yo era un ejecutivo bien exitoso, que consideré un acto injusto, fue la justa medida para más tarde constituir mi propia empresa, lo que me da libertad de horario para participar de un programa semanal en la Radio Buena Nueva y actuar más intensamente de todas las actividades filantrópicas y espirituales del Centro Espírita A Camino de la Luz. Hoy estoy divorciado, pero vivo una relación saludable con mi ex-esposa y las hijas, siendo que todas trabajan conmigo.

¿Los fenómenos volvieron a ocurrir después del conocimiento espírita?

Como yo dije anteriormente, fueron casi seis años de asedios. Los fenómenos acabaron, pero los conflictos íntimos en la lucha del auto-perfeccionamiento jamás cesan.

Volviendo en el tiempo, ¿después de todas esas experiencias qué se le ocurre decir?

No dejen ocurrir con ustedes lo que ocurrió conmigo. Di mucho trabajo para que la espiritualidad me condujera para mi debido camino, con el que me había comprometido en la espiritualidad y que yo hube olvidado por opciones ilusorias de la realidad. ¡Cuántos Espíritus moviéndose, cuántos fenómenos producidos para que yo volviese al camino!

¿Algo más que añadir?

Agradecimiento, sólo agradecimiento a los amigos especiales que me ampararon, a los médiums que semanalmente me atendían con cariño y atención, y a todos los del Grupo Espírita Daniel, mi casa madre, y a mis amigos de A Camino de la Luz, a los mentores amigos que, gracias a Dios, no desistieron de mí.

Sus palabras finales.

Hoy soy una persona libre para pensar, para vivir, pero principalmente para estudiar y vivir la Doctrina Espírita. Que bueno es optar por Jesús cuando no lo buscamos por necesidad, sino simplemente por gratitud.


 
 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita