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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Año 4 199 – 6 de Marzo de 2011

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Actos de los Apóstoles

Quinto libro del Nuevo Testamento

Lucas (Discípulo de Pablo)

(Parte 5)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstoles. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate

1. ¿Qué propósito llevó Saulo a la ciudad de Damasco y que hechos allí se dieron al llegar cerca de la ciudad?

2. ¿Por qué Ananias ayudó a Saulo? ¿Y cómo actuó para restituir la visión al perseguidor de los cristianos?

3. ¿Qué comportamiento tuvo Saulo después de ser curado por Ananias?

4. ¿Es verdad que Pedro también curó a los paralíticos y resucitó a los muertos?

5. ¿Cómo se llamaba el centurión que llamó a Pedro a su casa en Cesárea, y qué hecho extraordinario allí se dio? 

Texto para la lectura 

18. Bernabé invita a Saulo a trabajar en la Iglesia de Antioquia - Aquellos que se dispersaron tras la persecución iniciada contra los seguidores de Jesús llegaron hasta  Fenícia, Chipre y Antioquia, donde anunciaban la palabra sólo a los judíos. Había, sin embargo, entre ellos algunos discípulos oriundos de Chipre y Cirene que, predicando en Antioquia, se dirigían también a los fieles de origen griego, anunciándoles la Buena Nueva. El poder del Señor los ayudaba, tanto así que fue grande el número de los que abrazaron la fe y se convirtieron. Bernabé fue, entonces, enviado a Antioquia por la Iglesia de Jerusalén. Un número considerable de personas adhirió al Señor y Bernabé se dirigió a la ciudad de Tarso, a la búsqueda de Saulo, que fue por él llevado a Antioquia, donde permanecieron trabajando juntos por el periodo de un año, instruyendo la numerosa y creciente multitud de discípulos. Fue en Antioquia que los discípulos de Jesús fueron, por primera vez, llamados “cristianos”.  (Actos, 11:19 a 11:26.)

19. El hambre asola a Judea y los cristianos de fuera envían su ayuda - Aquellos días, algunos profetas descendieron también de Jerusalén a Antioquia, y uno de ellos, llamado Ágabo, tomó la palabra y, bajo la acción del Espíritu, anunció que en toda la Tierra habría una gran hambre, hecho que se verificó en el tiempo de Claudio. Los discípulos de Jesús resolvieron mandar, entonces, cada cuál de acuerdo con sus posesiones, auxilio a los hermanos que vivían en Judea. Y así lo hicieron, mandando todo a los ancianos por medio de Bernabé y Saulo. (Actos, 11:27 a 11:30.)

20. La fuga de Pedro, después de ser prendido por Herodes, sorprende a los compañeros - Inmediatamente que escapó de la prisión, ayudado por un ángel, Pedro se dirigió a la casa de María, madre de Juan Marcos, donde muchos estaban reunidos en oración. Pedro golpeó en la puerta y una empleada, llamada Rosa, fue a su encuentro. Reconociendo la voz de Pedro, ella, de tanta alegría, ni abrió la puerta, pero corrió para dentro, anunciando que Pedro estaba en la entrada. Los otros le dijeron: “¡Estás delirando!” Pero ella insistía diciendo que era verdad. Ellos observaron entonces: “¡Debe ser el ángel de él!” El apóstol, pero, continuó golpeando, hasta que le abrieron la puerta y vieron que era el mismo Pedro quién allí estaba. Cuando rompió el día, fue grande la confusión entre los soldados, porque nadie sabía lo que había ocurrido a Pedro. Herodes mandó buscarlo y, como no lo hallaron, sometió a los guardias a interrogatorios y mandó matarlos, descendiendo tras Judea para Cesárea, donde quedó. (Actos, 12:12 a 12:19.)

21. Herodes cae enfermo y tiene una muerte fulminante - Estando Herodes Agripa I en serio conflicto con los habitantes de Tiro y Sidón, estos combinaron entre sí que comparecieran a la presencia de él. Consiguieron para eso el apoyo de Blasto, un operario importante del rey a quién pidieron paz, ya que su país recibía alimentos de la región gobernada por el rey. El día marcado, Herodes, revestido de sus trajes reales y sentado en el trono, les hacía un discurso. El pueblo comenzó a clamar, refiriéndose a él: “Es la voz de un dios, no la de un hombre”. Pero, de repente, el ángel del Señor lo hirió, porque él no había dado gloria a Dios, y Herodes Agripa I murió, devorado por los gusanos. Mientras eso, la palabra de Dios crecía y se esparcía cada vez más. Bernabé y Saulo, concluyendo su trabajo en Antioquia, volvieron para Jerusalén, llevando con ellos a Juan Marcos, que sería más tarde autor del segundo Evangelio. (Actos, 12:20 a 12:25.)

Respuestas a las preguntas propuestas

1. ¿Qué propósito llevó a Saulo a la ciudad de Damasco y qué hechos allí se dieron al llegar cerca de la ciudad?

Saulo se dirigió al sumo sacerdote y le pidió cartas para Damasco, para las sinagogas, a fin de que, si encontrara allí adeptos de la secta cristiana, fueran hombres fueran mujeres, los condujera prendidos a Jerusalén. Ocurre que, llegando cerca de Damasco, súbitamente lo cercó un resplandor de luz del cielo, y él, cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: ¿Saulo, Saulo, por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Este le respondió: Yo soy Jesús, a quién tú persigues. Duro es para ti recalcitrar contra los aguijones. Él, temblando y atónito, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Jesús le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y allá te será dicho lo que te conviene hacer. (Actos, 9:1 a 9:9.)

2. ¿Por qué Ananias ayudó a Saulo? ¿Y cómo obró para restituir la visión al perseguidor de los cristianos?

Discípulo del Señor, Ananias vivía en Damasco. Jesús le apareció en visión y dijo: ¡Ananias! Y él respondió: He me aquí, Señor. Le dijo Jesús: Levántate, y ve a la calle llamada Derecha, y pregunta en casa de Judas por un hombre de Tarso llamado Saulo; pues he ahí que él está orando. Ananias respondió: Señor, a muchos oí acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aquí tiene poder de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. Le dijo, sin embargo, el Señor: Ve, porque este es para mí un vaso escogido, para llevar mi nombre delante de los gentíos, y de los reyes y de los hijos de Israel. Ananias entonces fue, y entró en la casa e, imponiéndole las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me envió, para que vuelvas a ver y seas lleno del Espíritu Santo. E inmediatamente le cayeron de los ojos como unas escamas, y recuperó la vista; y, levantándose, fue bautizado. (Actos, 9:10 a 9: 18.)

3. ¿Qué comportamiento tuvo Saulo después de ser curado por Ananias?

De entrada, Saulo pasó algunos días con los discípulos que estaban en Damasco, donde en las sinagogas predicaba a Cristo, diciendo ser él realmente el Hijo de Dios. Todos los que lo oían estaban atónitos, y decían: ¿No es este el que en Jerusalén perseguía a los que invocaban este nombre, y para eso vino aquí, para llevarnos presos a los principales de los sacerdotes? Saulo, sin embargo, se esforzaba mucho más, y confundía a los judíos que habitaban en Damasco, probando que aquel era Cristo. Después, para huir de los judíos que lo querían matar, Saulo salió de la ciudad y fue para Jerusalén, donde buscó juntarse a los discípulos, pero todos lo temían, no creyendo que él se hubiera hecho realmente discípulo. Entonces Bernabé, tomándolo consigo, lo trajo a los apóstoles, y les contó como en el camino él vio al Señor y le hubo hablado, y como en Damasco había hablado osadamente en el nombre de Jesús. A partir de ahí, Saulo pasó a andar con ellos en Jerusalén, entrando y saliendo y hablando osadamente en nombre del Señor Jesús. (Actos, 9:19 a 9:30.)

4. ¿Es verdad que Pedro también curó a los paralíticos y resucitó a los muertos?

Sí. He ahí dos casos: Eneias, que yacía en una cama hacia ocho años, por ser paralítico, fue curado por Pedro cuando este le dijo estas palabras: Eneias, Jesucristo te da salud; levántate y haz tu cama. Y Eneias inmediatamente se levantó. En Jope vivía una discípula llamada Tabita, que hubo muerto de repente, luego de haber enfermado. Llevado hasta el lugar donde Tabita estaba, Pedro se puso de rodillas y oró; y, volviéndose para el cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Ella abrió los ojos y, viendo a Pedro, se sentó. Y él, dándole la mano, la levantó y, llamando a los santos y las viudas, la presentó viva. (Actos, 9:32 a 9:43.)

5. ¿Cómo se llamaba el centurión que llamó Pedro a su casa en Cesárea, y qué hecho extraordinario allí se dio?

El centurión se llamaba Cornelio, de la cohorte italiana. Cierta vez, casi a la hora novena del día, vio claramente en una visión un ángel de Dios, que se dirigía para él y decía: Cornelio, tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Envía, ahora, hombres a Jope, y manda llamar a Simón, que tiene el sobrenombre de Pedro. Este está con un cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar. Él te dirá lo que debes hacer.

Cornelio, retirándose el ángel que le hablaba, llamó a dos de sus criados y a un piadoso soldado de los que estaban a su servicio y los envió a Jope. Avisado en cuanto al pedido de Cornelio, Pedro y algunos amigos siguieron hasta Cesárea, donde Cornelio los esperaba. Luego que Pedro se aproximó, Cornelio salió a recibirlo y, postrándose a sus pies, lo adoró. Pero Pedro lo levantó, diciendo: Levántate, que yo también soy hombre. Después le preguntó por qué razón lo hubo llamado. Cornelio le contó lo que había ocurrido y, en respuesta, Pedro dijo: Reconozco por verdad que Dios no hace excepción de personas; pero le es agradable aquel que, en cualquier nación, lo teme y hace lo que es justo. La palabra que él envió a los hijos de Israel, anunciando la paz por Jesucristo, que es el Señor de todos; esta palabra, vosotros bien sabéis, vino por toda Judea, comenzando por  Galilea, después del bautismo que Juan predicó.

En la secuencia, Pedro explicó como Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con virtud, y habló sobre las curas y todas las cosas que el Maestro hizo, tanto en Judea como en Jerusalén. Habló también sobre su muerte en la cruz y también sobre su resurrección, así como sobre las cosas que dijo después de volver de los muertos.

Pedro aún decía tales palabras cuando cayó el Espíritu Santo sobre todos los que lo oían. Y los fieles que habían venido con Pedro se maravillaron que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles, una vez que los oían hablar lenguas, y magnificar a Dios. Dijo, entonces, Pedro: ¿Puede alguien posiblemente rechazar el agua, para que no sean bautizados estos, que también recibieron como nosotros el Espíritu Santo? Y mandó que fueran bautizados en nombre del Señor. (Actos, 10:1 a 10:48.)


 

 

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