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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Año 4 - N° 194 - 30 de Enero del 2011

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El Evangelio según Juan

Cuarto libro del Nuevo Testamento

Juan (Apóstol de Jesús)

(Parte 11 e final)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstolos. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate

1. ¿Qué personas amigas estaban junto a la cruz de Jesús y que dijo él a su madre?

2. Juan y Simón Pedro penetraron en el sepulcro vacío, pero fue otra persona que vio a Jesús primero. ¿Quién es ella y cómo se dio el hecho?

3. Tras aparecer a María Magdalena, ¿dónde y cuándo Jesús apareció a sus apóstoles? ¿Y cuál apóstol no se encontraba presente?  

4. ¿Cómo se dio la aparición de Jesús junto al mar de Tiberiades?

5. Corría entre los seguidores de Jesús la noticia de que Juan, el apóstol, no habría de morir. ¿Es verdad tal versión? 

Texto para la lectura 

46. José de Arimatea y Nicodemos sepultan el cuerpo de Jesús - Sintiendo que llegaba al fin, Jesús gritó: “Tengo sed”. Los soldados llenaron entonces de vinagre una esponja y, poniéndola en un hisope, se la llevaron a la boca. Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: “Está consumado”, e, inclinando la cabeza, entregó su espíritu. Como el sábado, día de pascua, no deberían quedar los cuerpos en la cruz, los soldados, viendo que Jesús estaba muerto, no le quebraron las piernas (lo que fue hecho a los otros dos), pero perforaron uno de los costados de su cuerpo con una lanza, de donde inmediatamente salieron agua y sangre, cumpliéndose así la Escritura, que dice: Ninguno de sus huesos será quebrado. Enseguida, José de Arimatea (que era discípulo oculto de Jesús) rogó a Pilatos que le permitiera coger el cuerpo del Maestro y, debidamente autorizado, fue y lo cogió. Después, con ayuda de Nicodemos, José de Arimatea tomó el cuerpo del Maestro y lo envolvió en sábanas con las especias llevadas por Nicodemos (casi cien arráteis ‘antigua medida de peso’ de un compuesto de mirra y aloés), conduciéndolo hasta un sepulcro nuevo, existente en un huerto próximo. (Juan, 19:28 a 19:42.)

47. Jesús aparece el mismo día a los discípulos - Tras aparecer a María Magdalena, el Maestro se presentó, en la tarde del mismo día, el primero de la semana, a sus discípulos. Como las puertas de la casa estuvieron cerradas, Jesús llegó y se puso en medio de ellos, diciéndoles: “Paz sea con vosotros”. Dicho esto, les mostró sus manos y el costado, aseverando: “Paz sea con vosotros; así como el Padre me envió, también yo os envío a vosotros”. Enseguida, sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo. A aquellos a quienes perdonéis los pecados les son perdonados; y a aquellos a quién los retuviera les son retenidos”. Tomás no estaba presente cuando ese hecho se dio. Ocho días después, estaban todos reunidos nuevamente, inclusive Tomás, cuando Jesús, estando las puertas cerradas, se presentó en medio, diciendo: “Paz sea con vosotros”. Después dijo a Tomás: “Pon aquí tu dedo, y ve mis manos; y coge tu mano, y métela en el costado; y no seas incrédulo, sino creyente”. El discípulo no pudo resistir a la evidencia de la aparición y, por eso, creyó. Jesús entonces le dijo: “Porque me viste, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron”. Los días que siguieron Jesús operó aún en presencia de sus discípulos muchas otras señales, que no están escritas en este Evangelio. (Juan, 20:18 a 20:31.)

48. Jesús pide a Pedro que apacentara sus ovejas - La aparición de Jesús junto al mar de Tiberiades fue la tercera desde que él fuera visto por María, después de la resurrección. Tras haber cenado, Jesús dijo a Simón Pedro: “¿Simón, hijo de Juan, me amas más que a estos?” Él respondió: “Sí, Señor, tú sabes que te amo”. Jesús entonces le pidió: “Apacenta a mis corderos”. El Maestro volvió a preguntarle: “¿Simón, hijo de Juan, me amas?” Pedro le dijo que sí y él le pidió: “Apacenta a mis ovejas”. El Señor volvió entonces, a indagar: “¿Simón, hijo de Juan, me amas?” Simón Pedro se entristeció por haberle Jesús preguntado por tercera vez si lo amaba, pero le respondió afirmativamente: “Señor, tú sabes todo; tú sabes que yo te amo”. Jesus, oyendo esto, repitió entonces el pedido formulado anteriormente: “Apacenta a mis ovejas”, añadiendo: “En verdad, en verdad te digo, que, cuando eras más joven, te ceñías a ti mismo, y andabas por donde querías; pero, cuando ya fueras viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará para donde tú no quieres”. Y dijo esto – afirma el Evangelista – para mostrarle con que muerte habría él de glorificar a Dios. (Juan, 21:14 a 21:19.)

49. El Maestro alude simbólicamente al martirio de Pedro - En la secuencia del curioso diálogo, Jesús dijo a Simón: “Sígueme”. Pedro se volvió, entonces, y vio que también lo seguía aquel discípulo a quién Jesus amaba y que en la cena se recostara sobre su pecho. Se trataba de Juan el evangelista, que era el más joven de todos los discípulos. Viéndolo, Pedro preguntó a Jesus: “¿Señor, y de este que será?” Le dijo el Maestro: “Si yo quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué te importa a ti? Sígueme tú”. Se divulgó, con eso, entre los hermanos, este dicho: que Juan no habría de morir. Jesus, sin embargo, no dijo que él no moriría. (N.R.: En nota constante de su  edición del Nuevo Testamento, Ediciones Loyola informa que se hallan registradas aquí dos tradiciones acerca del destino de los dos apóstoles: Pedro, que moriría martirizado en Roma, y Juan, que continuaría en vida hasta una edad bastante avanzada.) (Juan, 21:19 a 21:23.)

50. Juan afirma que Jesús hizo muchas cosas que el Evangelio no cuenta - Juan evangelista concluye el Evangelio que lleva su nombre, diciendo: “Este es el discípulo que da testimonio de todo eso y que escribió esas cosas. Nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Hay, sin embargo, muchas cosas que Jesus hizo. Si todas ellas fueran escritas una por una, creo que ni el mundo entero podría contener los libros que serían escritos”. (Juan, 21:24 y 21:25.)

Respuestas a las preguntas propuestas

1. ¿Qué personas amigas estaban junto a la cruz de Jesús y qué dijo él a su madre?

Junto a la cruz estaban su madre, la hermana de su madre, María mujer de Cleofás, y María Magdalena. Ahora, viendo allí a su madre y el discípulo a quién él amaba, Jesus dijo a su madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí a tu madre. Y desde aquella hora el discípulo – el propio Juan, autor de este evangelio – la recibió en su casa. (Juan, 19:25 a 19:27)

2. Juan y Simón Pedro penetraron en el sepulcro vacío, pero fue a otra persona que vio primero Jesús. ¿Quién es ella y cómo se dio el hecho?

La persona que primero vio Jesús fue a María Magdalena, que estaba llorando fuera, junto al sepulcro, cuando vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde hubo estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Le dijeron ellos: ¿Mujer, por qué lloras? Ella les dijo: Porque llevaron a mi Señor, y no sé donde lo pusieron. Habiendo dicho esto, se volvió para atrás, y vio a Jesús en pie, pero no sabía que era Jesús. Él le preguntó: ¿Mujer, por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo llevaste, dime donde lo pusiste, y yo lo llevaré. Le dijo Jesus: ¡Maria! Ella, volviéndose, le dijo: Raboni (que quiere decir, Maestro). María entendía entonces que era el Maestro a quien ella veía. Entonces él le dijo: No me detengas, porque aún no subí para mi Padre, pero ve para mis hermanos, y diles que yo subo para mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios. (Juan, 20:1 a 20:17.)

3. Después de aparecer a María Magdalena, ¿dónde se apareció Jesús a sus apóstoles? ¿Y cuál apóstol no se encontraba presente?

El hecho ocurrió en la tarde de aquel mismo día, el primero de la semana. Cerradas las puertas donde los discípulos, con miedo de los judíos, se habían juntado, Jesús llegó y se puso en medio, diciéndoles: Paz sea con vosotros. El apóstol ausente fue Tomás, llamado Dídimo. (Juan, 20:18 a 20:29.)

4. ¿Cómo se dio la aparición de Jesús junto al mar de Tiberiades?

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado Dídimo, Natanael, que era de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Les dijo Simón Pedro: Voy a pescar. Ellos decidieron ir con él y subieron inmediatamente para el barco. Otro día, de mañana, Jesús se presentó en la playa, pero los discípulos no lo reconocieron. Él les preguntó: ¿Hijos, tenéis alguna cosa de comer? Le respondieron: No. Él entonces les dijo: Lanzad la red para el lado derecho del barco, y hallaréis. La lanzaron, pues, y ya no la podían recoger, dada la gran cantidad de peces. Entonces Juan dijo a Pedro: Es el Señor. Fue esa la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos, tras haber resucitado de entre los muertos. (Juan, 21:1 a 21:14.)

5. Corría entre los seguidores de Jesús la noticia de que Juan, el apóstol, no habría de morir. ¿Es verdad tal versión?

Acerca de Juan, el discípulo amado por Jesus, se divulgó entre los hermanos esa idea, o sea, que aquel discípulo no había de morir. Jesus, sin embargo, no dijo que él no moriría, pero sí: Si yo quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué te importa a ti? (Juan, 21:20 a 21:24.)
 


 

 

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