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Año 4 175 – 12 de Septiembre del 2010


 

Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Las lecciones que nos trajo el libro “Nuestro Hogar”


Pocas personas comprendieron de inmediato el objetivo que llevó a la preparación y posterior publicación del libro “Nuestro Hogar”, que constituye el fundamento de la película de igual nombre que viene alcanzando, desde el inicio del mes, gran éxito en las pantallas de los cines brasileños.

El libro, es bueno que recordemos, surgió en el inicio de 1944, cuando Chico Xavier no había completado 34 años de edad y no era, como es fácil de entender, una unanimidad en nuestro País, hecho que sólo sería alcanzado en la década de 1970, con el éxito del célebre programa Debate ardiente en TV.

Los años pasaron, surgieron nuevas obras que complementaron las informaciones contenidas en el libro y, como los espíritas bien saben, “Nuestro Hogar” acabó siendo escogido en investigación realizada por las Organizaciones Candela como el más importante libro espírita del siglo 20. (1)

El motivo principal de esa elección, según revelado en la época por la institución que realizó la investigación, se debe al hecho de haber “Nuestro Hogar” presentado la primera gran descripción del plano espiritual que influenciaría, de manera decisiva, los estudios y las investigaciones espíritas aquí y en el exterior, especialmente en lo que concierne a la mediumnidad y a los procesos obsesivos.

Sus lecciones no se resumen, sin embargo, a esos aspectos, como resaltado por Emmanuel y por el propio André Luiz en los textos de apertura del libro.

En su prefacio, escribió Emmanuel: “Reconocemos que este libro no es único. Otras entidades ya comentaron las condiciones de la vida, más allá de la tumba... Sin embargo, de hace mucho deseamos traer a nuestro círculo espiritual a alguien que pueda transmitir a otros el valor de la experiencia propia, con todos los detalles posibles a la legítima comprensión de la orden que preside el esfuerzo de los desencarnados laboriosos y bien-intencionados, en las esferas invisibles a la mirada humana, aunque íntimamente ligadas al planeta”.

Más delante, Emmanuel advierte: “El Espiritismo gana expresión numérica. Miles de criaturas se interesan por sus trabajos, modalidades, experiencias. En ese campo inmenso de novedades, sin embargo, no debe el hombre descuidarse de sí mismo. No basta investigar fenómenos, adherir verbalmente, mejorar la estadística, adoctrinar conciencias ajenas, hacer proselitismo y conquistar favores de la opinión, por más respetable que sea, en el plano físico. Es indispensable meditar del conocimiento de nuestros infinitos potenciales, aplicándolos, a nuestra vez, en los servicios del bien”.

De acuerdo con las palabras de aquel que coordinó la obra mediúmnica de Chico Xavier, André Luiz vino a decirnos que la mayor sorpresa de la muerte carnal es la de colocarnos cara a cara con propia conciencia, donde edificamos el cielo, estacionamos en el purgatorio o nos precipitamos en el abismo infernal. Y que no basta a la criatura apegarse a la existencia humana, pero es preciso saber aprovecharla dignamente, ya que los pasos del cristiano, en cualquier escuela religiosa, deben dirigirse verdaderamente a Cristo, y que “en nuestro campo doctrinario, necesitamos, en verdad, del Espiritismo y del Espiritualismo, pero mucho más de Espiritualidad”. 

De la introducción firmada por André, destacamos las siguientes y sabias palabras, que deberíamos tener siempre en mente en la conducción de nuestros pasos en la actual existencia:  

 “Una existencia es un acto.

Un cuerpo – una vestidura.

Un siglo – un día.

Un servicio – una experiencia.

Un triunfo – una adquisición.

Una muerte – un soplo renovador.

¿Cuántas existencias, cuántos cuerpos, cuántos siglos, cuántos servicios, cuántos triunfos, cuantas muertes necesitamos aún?”.

 

 (1) Vea en http://www.oconsolador.con.br/año4/171/especial2.html el reportaje sobre los mejores libros espíritas del siglo 20, publicada en la edición 171 de esta revista.
 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita