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Año 4  162 – 13 de Junio del 2010

ALEXANDRE FONTES DA FONSECA 
afonseca@puvr.uff.br         
Volta Redonda, Rio de Janeiro (Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org

  

¿Qué seria Pureza Doctrinaria según el Espiritismo?

 (Parte 1)

La pureza doctrinaria, interpretada, como dijo Jesús, en Espíritu
y Verdad, nada más es que vivir el Espiritismo en toda
y cualquier circunstancia

       

1. INTRODUCCIÓN: LA NECESIDA DE CLARIDAD DEL LENGUAJE

Uno de los mayores científicos que la humanidad conoció, Werner Heisenberg (1901-1976), descubridor del principio de incertidumbre y uno de los creadores de una formula matriz de la Mecánica Quántica, es dueño de la siguiente afirmación1, 2: “(acerca de las filosofías de Demócrito y Platón) (...) Por el contrario, la ventaja principal que nosotros podemos deducir a partir del progreso de la ciencia moderna es aprender el quán cautelosos nosotros tenemos que ser con el lenguaje y con el significado de las palabras.”   Y,  hablando  acerca   de   las

discusiones entre Sócrates y sus opositores, Heisenberg dice que2, 3: “... Sócrates tenía conciencia de cuántos Sócrates y sus opositores, Heisenberg dice que2, 3: “... Sócrates tenía conciencia de cuántos equívocos podían ser engendrados por la falta de cuidado en el uso del lenguaje; el quán importante es usar términos precisos y esclarecedores conceptos antes de emplearlos.”

La cuestión sobre la claridad del lenguaje también fue analizada por Kardec. El ítem I de la Introducción del El Libro de los Espíritus4, acerca de los vocablos espírita y Espiritismo, presenta: “Para designar cosas nuevas son precisos términos nuevos. Así lo exige la claridad del lenguaje, para evitar la confusión inherente a la variedad de sentidos de las mismas palabras.” (Negritas nuestras). Los Espíritus superiores también se preocuparon con eso y, en respuesta a la cuestión número 28 del El Libro de los Espíritus4, dijeron que “Las palabras poco nos importan. Os compete a vosotros formular vuestro lenguaje de manera a entenderos. Vuestras controversias provocan, casi siempre, que no os entendáis acerca de los términos que empleáis, por ser incompleto vuestro lenguaje para expresar lo que no os hiere los sentidos.” (Negritas nuestras). La parte destacada es válida no sólo para las cuestiones espíritas sino para todo tipo de contenido doctrinario, filosófico, científico y religioso.

En ese sentido, en búsqueda de la claridad del lenguaje, vamos a iniciar el presente análisis por el significado de las palabras que componen la expresión “Pureza Doctrinaria” (PD para simplificar, de aquí en delante).

El término pureza expresa, simplemente, la idea de “algo” que no presenta mezcla con otras “cosas”. Esa definición, sin embargo, carece de sentido si no definiéramos, también, el significado de ese “algo” y de las “cosas” que son diferentes del “algo”. Por ejemplo, el agua destilada puede ser considerada pura en el sentido de que ella consiste sólo de un tipo de sustancia, sin la mezcla o presencia de otras substancias. Pero, el agua potable también puede ser llamada pura desde que definamos el grado de pureza del agua en términos de la calidad para el consumo. El agua potable no es pura si consideremos el grado de pureza en términos de las substancias contenidas en ella, así como el agua destilada no sería pura en el sentido de la calidad para el consumo. Por lo tanto, el sentido de la palabra pureza no puede ser tenido en cuenta de forma disociada del concepto propio de la “cosa” que se analiza.

El concepto de pureza también necesita estar presente en un contexto de aplicación. Por ejemplo, al cuestionarnos si el agua que yo estoy tomando es pura o no, estamos introduciendo una aplicación práctica y, por lo tanto, atribuyendo un valor u objetivo para el concepto de pureza. Eso significa que el análisis en cuanto a la “pureza” de alguna “cosa” no tiene valor por la “cosa” en sí (que es pura por naturaleza), pero sí cuando nosotros la empleamos en nuestras vidas. Necesitamos tener conciencia si aquello que estamos utilizando es de hecho lo que se piensa que es.

El término doctrinaria es un adjetivo que hace referencia del “algo” a algún tipo de doctrina o conjunto de principios que definen o rigen una determinada doctrina.

Adoptaremos esas definiciones en nuestro análisis por ser bastante accesibles a la comprensión de las personas en general. La expresión pureza doctrinaria, por lo tanto, significa la característica de todo lo que una persona o grupo de personas usa o realiza de acuerdo con una determinada doctrina. Como consecuencia directa, el significado de pureza doctrinaria no puede ser obtenido SIN CONOCER lo que dice la doctrina en cuestión.

2. ¿QUÉ ENSEÑA LA DOCTRINA ESPÍRITA?

Se PD depende de lo que dice la Doctrina Espírita, deducimos de forma directa que PD no es más que la vivencia o la práctica de las enseñazas contenidas en la Doctrina Espírita. Pero, entonces, ¿que enseña la Doctrina Espírita? ¿Qué ejemplos, prácticas y vivencias el Espiritismo enseña? Busquemos EN El ESPIRITISMO, la respuesta. Según la cuestión número 625 del Libro de los Espíritus4: ¿Espiritismo enseña? Busquemos EN El ESPIRITISMO, la respuesta. Según la cuestión número 625 del Libro de los Espíritus4:

625. ¿Cuál es el tipo más perfecto que Dios ha ofrecido al hombre, para servirle de guía y modelo?

Respuesta - “Jesús.”

Kardec: Para el hombre, Jesús constituye el tipo de la perfección moral a que la Humanidad puede aspirar en la Tierra. Dios nos lo ofrece como el más perfecto modelo y la doctrina que enseñó es la expresión más pura de la ley del Señor, porque, siendo él el más puro de cuantos han aparecido en la Tierra, el Espíritu Divino lo animaba. Y en cuanto a los que, pretendiendo instruir al hombre en la ley de Dios, lo tienen extraviado, enseñándoles falsos principios, eso ocurrió por haber dejado que los dominaran sentimientos demasiado terrenos y por haber confundido las leyes que regulan las condiciones de la vida del alma, con las que rigen la vida del cuerpo. Muchos han presentado como leyes divinas simples leyes humanas instituidas para servir a las pasiones y dominar a los hombres.

Concluimos de aquí, que el Espiritismo enseña que nuestras prácticas y vivencias deben estar de acuerdo con las enseñanzas de Jesús.

La primera y más importante enseñanza de Jesús está contenida en el Evangelio de Mateo, capítulo XXII, entre los versículos 34 y 40: “Amarás al Señor tu Dios, de todo corazón, de toda tu alma, de todo tu espíritu. – Ese es el mayor y primer mandamiento. – Y el segundo, que es semejante al primero: Amarás a tu prójimo, como a ti mismo. – Toda la Ley y los profetas se hallan contenidos en esos dos mandamientos.” Vemos aquí que el Espiritismo enseña a actuar de conformidad con la Ley de Amor, el mandamiento más importante dejado y ejemplificado por Jesús.

Sin embargo, de modo a percibir que amar no significa “aceptar” todo lo que nos llega, veamos otra recomendación de Jesús, (MATEO 5:37): “Pero sea vuestro hablar: sí,  sí; no, no”. Para comentar este pasaje llamamos al espíritu Emmanuel, en una psicografía de Francisco C. Xavier (Cap. 80 de la ref. 5): “El ‘sí’ puede ser muy agradable en todas las situaciones, sin embargo, el ‘no’, en determinados sectores de la lucha humana, es más constructivo. Satisfacer a todos los requisitos del camino es perder tiempo y, a veces, la propia vida. Tanto como el ‘sí’ debe ser pronunciado sin adulación engañosa, el ‘no’ debe ser dicho sin aspereza. Al contrario, es preciso contrariar para que el auxilio legítimo no se pierda; urge reconocer, sin embargo, que la negativa saludable jamás perturba. Lo que dilacera es el tono contundente en la cual es expresada.” (Negritas nuestras). A partir de esta recomendación de Jesús y del comentario de Emmanuel queda claro para nosotros que el Espiritismo no enseña a concordar siempre con todo y con todos y que en nombre del Amor y de la Fraternidad podemos no estar de acuerdo, sí. De hecho, Bezerra de Menezes, recientemente, dijo6: “A vosotros, bajo inspiración de los Guías Espirituales del Movimiento Espírita en la Tierra, está destinada la tarea infatigable de porfiar en el bien, de ejercitar la compasión y la caridad, pero no vivir, en nombre de la tolerancia, con el error ni con el crimen.” (Negritas nuestras). Sin embargo, eso tiene que ser hecho en tono de respeto, de forma saludable y no en “tono contundente” de quien se cree detentor de toda la Verdad. Eso significa que siempre debe haber diálogo y respeto entre aquel que no está de acuerdo y aquel que propone algo diferente.

3. LA NECESIDAD DEL ESPIRITISMO

Una cuestión importantísima es saber cuáles son los beneficios del Espiritismo para la humanidad. ¿Qué tipo de problemas el Espiritismo puede evitar y qué tipo de contribución el Espiritismo puede ofrecer al progreso de la humanidad? Responderemos a esas cuestiones utilizando otra enseñanza de Jesús (JUAN 8:32): “Conoceréis la verdad y ella os liberará”. Es importante, también, examinar algunos tramos del ítem II de la Introducción del Evangelio Según el Espiritismo7, sobre la “Autoridad de la Doctrina Espírita”:

(9º. Párrafo) Una sola garantía seria existe para la enseñanza de los Espíritus: la concordancia que haya entre las revelaciones que ellos hagan espontáneamente, sirviéndose de gran número de médiuns extraños unos a otros y en varios lugares. (Negritas en itálico originales).

(2ª. frase, 13º. Párrafo) (Sobre recibir comunicaciones de muchos centros espíritas serios) Esa observación es la que nos ha guiado hasta hoy y es la que nos guiará en nuevos campos que el Espiritismo tendrá que explorar.

(14º. Párrafo) Esa verificación universal constituye una garantía para la unidad futura del Espiritismo y anulará todas las teorías contradictorias. Ahí es que, en el porvenir, se encontrará el criterio de la verdad. (Negritas nuestras).  

(16º. Párrafo) El principio de la concordancia es también una garantía contra las alteraciones que podrían sujetar el Espiritismo a las sectas que se propusieran apoderarse de él en provecho propio y acomodarlo a voluntad.

(19º. Párrafo) De ahí la necesidad de la mayor prudencia en darles publicidad; y, si se juzga conveniente publicarlas, importa no presentarlas sino como opiniones individuales, más o menos probables, sin embargo, careciendo siempre de confirmación. Esa confirmación es la que se precisa aguardar, antes de presentar un principio como verdad absoluta, a menos que se quiera ser acusado de liviandad o de credulidad irreflexiva. (Negritas nuestras)

Primero Jesús dice que debemos buscar la Verdad porque ella nos liberará, y enseguida vemos que Kardec demuestra que el principio de la concordancia universal entre los espíritus es una garantía para encaminarnos a la Verdad. Aquí reside una de las cosas más importantes del Espiritismo: ¡su divulgación! Notemos que la actitud de prudencia en divulgar ideas que no hayan sido obtenidas a partir del criterio de la concordancia universal de los espíritus es defendida por el codificador con el apoyo de los Espíritus superiores. Notemos, también, que Kardec afirma que debimos precavernos de ser “acusados de liviandad o de credulidad irreflexiva”. Nadie dice que Kardec está siendo poco delicado, anti-fraterno o faltando con la tolerancia cuando usa esas palabras. Es preciso que quede claro que la prudencia no es falta de fraternidad o tolerancia, pero sí respeto a aquel que busca la casa espírita para conocer el Espiritismo.

Para no olvidar ningún detalle, veamos lo que está contenido en el ítem 9 del Cap. XV del Evangelio Según el Espiritismo7:

Fuera de la verdad no hay salvación equivaldría al Fuera de la Iglesia no hay salvación y sería igualmente exclusivo, por cuanto ninguna secta existe que no pretenda tener el privilegio de la verdad. (...) (el Espiritismo) no dice: Fuera del Espiritismo no hay salvación; y, como no pretende enseñar aún toda la verdad, tampoco dice: Fuera de la verdad no hay salvación, pues que esta máxima separaría   en   lugar   de   unir   y   perpetuaría los

antagonismos. (Las negritas son nuestras).

El Espiritismo no defiende la idea de que el Espiritismo posee el monopolio de la Verdad. Nuestro decir debe ser “sí, sí, no, no”, como Jesús enseñó, pero no podemos defender la idea de que no existen otros caminos para llegar a la verdad. El Espiritismo dice respecto sólo al Movimiento Espírita. El Espiritismo no puede afirmar nada sobre las otras filosofías, excepto el hecho de que ellas sean otras. El Espiritismo no condena el estudio particular de cualquier otra doctrina, pero orienta qué estudios son más apropiados a determinados fines dentro de la Casa o Centro Espírita. En nombre del Espiritismo no se puede expulsar o criticar al hermano estudioso e interesado en los conceptos de otras doctrinas. Sin embargo, el Espiritismo enseña como discernir acerca de la utilización de ideas y conceptos de otras doctrinas o filosofías en las actividades espíritas para, así, no correr el riesgo de que esas ideas desvíen a los participantes de los principales objetivos del Espiritismo. En apoyo a eso, vamos a transcribir lo que los Espíritus enseñaron en la cuestión 628 del El Libro de los Espíritus4:

628. ¿Por qué la verdad no fue siempre puesta al alcance de toda la gente?

Respuesta – “Importa que cada cosa venga a su tiempo. La verdad es como la luz: el hombre necesita habituarse a ella, poco a poco; de lo contrario, queda deslumbrado. Jamás permitió Dios que el hombre recibiese comunicaciones tan completas e instructivas como las que hoy son dadas. Había, como sabéis, en la Antigüedad  algunos individuos poseedores de lo que ellos mismos consideraban una ciencia sagrada y de la cual hacían un misterio para los que, a sus ojos, eran tenidos por profanos. Por lo que conocéis de las leyes que rigen estos fenómenos, debéis comprender que esos individuos sólo recibían algunas verdades esparcidas, dentro de un conjunto equívoco y, en la mayoría de los casos, emblemáticas. Mientras, para el estudioso, no hay ningún sistema antiguo de filosofía, ninguna tradición ninguna religión, que sea despreciable, pues en todo hay gérmenes de grandes verdades que, si bien parezcan contradictorias entre sí, dispersas que se hallan en medio de accesorios sin fundamento, fácilmente coordinadas se os presentan, gracias a la explicación que el Espiritismo da de una inmensidad de cosas que hasta ahora se os figuraron sin razón alguna y cuya realidad está hoy irrecusablemente demostrada. No despreciéis, por lo tanto, los objetos de estudio que esos materiales ofrecen. Ricos ellos son de tales objetos y pueden contribuir grandemente para vuestra instrucción.” (Negritas nuestras)

(Este artículo será concluido en la próxima edición de esta revista.)

 

Alexandre Fontes da Fonseca é professor de Física na Universidade Federal Fluminense, em Volta Redonda (RJ). 


 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita