WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual
Capa desta edição
Edições Anteriores
Adicionar
aos Favoritos
Defina como sua Página Inicial
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Año 4  160 – 30 de Mayo del 2010

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El Evangelio según Mateo

 Primer libro del Nuevo Testamento

(Parte 13)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstolos. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate 

1. ¿Qué recompensa recibió Judas Iscariotes para entregar a Jesús? ¿Quién lo recompensó por esa traición? ¿Cómo realizó Judas esa tarea?  

2. ¿Jesús sabía que Judas iba a traicionarlo?

3. Antes de ser entregado por Judas, Jesús se retiró para un lugar yermo a fin de orar. ¿Qué lugar era ese? ¿Qué discípulos lo acompañaron en ese momento? ¿Cuántas veces oró allí Jesús?

4. Preso Jesús, ¿qué ocurrió con sus discípulos?

5. ¿Es verdad que Pedro negó a Jesús por tres veces?

Texto para la lectura 

71. En la última cena de pascua Jesús avisa que uno de ellos iba a traicionarlo - El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, llegaron los discípulos a Jesús, diciendo: “¿Dónde quieres que hagamos los preparativos para comer en la pascua?” Él respondió: “Id a la ciudad, a un cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está próximo; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos”. Los discípulos hicieron como Jesús les ordenó y prepararon la pascua. Llegada la tarde, el Maestro se sentó a la mesa con los doce. Fue entonces que, mientras ellos comían, Jesús les dijo: “En verdad os digo que uno de vosotros me ha de traicionar”. (Mateo, 26:17 a 26:21.)

72. Jesús avisa que, después de resucitar, los encontrará en Galilea - Después de confirmar que Judas sería el traidor, Jesús tomó el pan y, bendiciéndolo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomad, comed, esto es mi cuerpo”. A continuación, tomando el cáliz, dando gracias, lo dio diciendo: “Bebed de él todos; porque es mi sangre, la sangre del Nuevo Testamento, que es derramado por muchos, para remisión de los pecados. Y os digo que, desde ahora, no beberé de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba de nuevo con vosotros en el reino de mí Padre”. Después de la cena, cantaron un himno y salieron para el Monte de los Olivos. Entonces Jesús les dijo: “Todos vosotros esta noche os escandalizareis por mí; porque está escrito: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño se dispersarán. Pero, tras resucitar yo, iré delante de vosotros para Galilea”. Pedro, adelantándose a los demás, le dijo: “Aunque todos se escandalicen por ti, yo nunca me escandalizaré”. Pero Jesús lo advirtió: “En verdad te digo que, en esta misma noche, antes que el gallo cante, tres veces me negarás”. (Mateo, 26:25 a 26:34.)

73. Jesús ora tres veces antes de ser prendido  -  Jesús estaba en un lugar llamado Getsemani,  cuando,  dejando allí a sus discípulos, se apartó del lugar, un poco más allá, para orar. Con él siguieron sólo Pedro y los hijos de Zebedeo. El Maestro estaba muy triste y angustiado y fue en esas circunstancias que, orando, habló: “Padre mío, si es posible, pase de mí este cáliz; sin embargo, no sea cómo yo quiero, sino como tú quieres”. Terminada la oración, él percibió que los tres discípulos se habían adormecido, lo que dio motivo a la conocida advertencia: “Vigilad y orad para que no entréis en tentación; en verdad, el espíritu está listo, pero la carne es débil”. Dicho esto, él oró por segunda vez, diciendo: “Padre Mío, si este cáliz no puede pasar de mí sin yo beberlo, hágase tu voluntad”. Poco después, luego de orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras, Jesús dijo a los discípulos: “Dormid ahora, y reposad; he ahí que es llegada la hora, y el Hijo del hombre será entregado a las manos de los pecadores”. (Mateo, 26:36 a 26:45.)

74. Jesús advierte: quién mate por la espada, por la espada morirá - Inmediatamente que fue prendido por una multitud enviada por los príncipes de los sacerdotes y por los ancianos del pueblo, uno de los que andaban con Jesús, extendiendo la mano, tiró de la espada e, hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó una oreja. Jesús lo reprendió, diciendo: “Mete en su lugar tu espada; porque todos los que echen mano de la espada, por la espada morirán. ¿O piensas tú que yo no podría ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Cómo, pues, se cumplirían las Escrituras, que dicen que así conviene que ocurra?” Dicho esto, el Señor se dirigió a la multitud: “¿Saliste, como para un salteador, con espadas y varapalos para prenderme? Todos los días me sentaba junto a vosotros, enseñando en el templo, y no me prendisteis”. Y añadió, esclareciendo la supuesta incoherencia de ellos: “Pero todo esto ocurrió para que se cumplan las escrituras de los profetas”. (Mateo, 26:50 a 26:56.)

75. En casa de Caifás se decide que Jesús es reo de muerte - Mientras todos los discípulos huían, Jesús fue conducido a la casa del sumo sacerdote Caifás, donde los escribas y los ancianos estaban reunidos. Pedro lo siguió de lejos, hasta el patio del sumo sacerdote, yendo a sentarse entre los criados. Los príncipes de los sacerdotes, los ancianos y todo el consejo buscaban a alguien que pudiera testificar contra Jesús, pero no lo conseguían, hasta que, por fin, llegaron dos testigos, que dijeron, apuntando al Maestro: “Este dijo: Yo puedo derribar el templo de Dios, y reedificarlo en tres días”. Caifás le preguntó: “¿No respondes cosa alguna a lo que estos dicen contra ti?” Jesús no respondió. Caifás insistió, diciendo: “Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres Cristo, el Hijo de Dios”. Le respondió Jesús: “Tú lo dijiste; os digo, sin embargo, que veréis en breve al Hijo del hombre sentado a la derecha del Poder, y viniendo sobre las nubes del cielo”. Fue bastante para Caifás rasgar sus vestiduras y decir: “Blasfemó; ¿para que necesitamos aún de testigos? He ahí que bien oísteis ahora su blasfemia. ¿Que os parece?” Los demás respondieron: “Es reo de muerte”. Entonces le escupieron en el rostro y le dieron puñetazos, y lo abofetearon, desafiándolo: “Profetízanos, Cristo, ¿quien es el que te golpeó?” (Mateos, 26:56 a 26:68.)

76. Judas se arrepiente, devuelve las monedas y se mata - Decidido por el consejo formado por los sacerdotes y ancianos del pueblo que Jesús debería ser matado, le maniataron y lo llevaron a Poncio Pilatos. Judas, el que lo había traicionado, viendo que Jesús había sido condenado, trajo arrepentido las treinta monedas de plata a los príncipes de los sacerdotes y a los ancianos. Como nadie le prestó atención, él tiró hacia el templo las monedas de plata, se retiró de allí y se fue a ahorcar. Recogiendo las monedas, los sacerdotes dijeron: “No es lícito meterlas en el cofre de las ofrendas, porque son precio de sangre”. Decidieron entonces, en consejo, comprar con ellas el campo de un alfarero, para servir de sepultura a los extranjeros. Sabiendo cuál fue su origen, los judíos llamaron a aquel lugar Campo de Sangre, cumpliéndose de ese modo lo que fuera previsto por Jeremías. En presencia de Pilatos, presidente de la provincia, este preguntó a Jesús: “¿Eres tú el Rey de los judíos?” Jesús respondió: “Tú lo dices”. Acusado por los príncipes de los sacerdotes y por los ancianos, él no quiso, sin embargo, defenderse. Pilatos indagó: “¿No oyes cuántos testifican contra ti?” Pero Jesús no le dijo ninguna palabra, lo que hizo  que Pilatos se maravillase. (Mateos, 27:1 a 27:14.)  

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿Qué recompensa recibió Judas Iscariotes para entregar a Jesús? ¿Quién lo recompensó por esa traición? ¿Cómo realizó Judas esa tarea?  

Judas recibió treinta monedas de plata por entregar a Jesús. Fue el jefe de los sacerdotes quien lo recompensó. La tarea fue cumplida así: Estando Jesús hablando con sus discípulos, he ahí que llegó Judas, y con él una gran multitud con espadas y varapalos, enviada por los príncipes de los sacerdotes y por los ancianos del pueblo. Judas les había dado una señal, diciendo: El que yo bese ese es; prendedlo. Él entonces, aproximándose a Jesús, dijo: Yo te saludo, Rabí; y lo besó. Enseguida, el Maestro fue prendido. (Mateo, 26:14 a 26:16 y 26:47 a 26:50.)

2. ¿Jesús sabía que Judas iba a traicionarlo?

Sí. Cuando cenaban, él dijo a los que estaban a la mesa: El que pone conmigo la mano en el plato, ese me ha de traicionar. Judas dijo: ¿Posiblemente soy yo, Rabí? Él dijo: Tú lo dijiste. (Mateo, 26:19 a 26:25.)

3. Antes de ser entregado por Judas, Jesús se retiró para un lugar yermo a fin de orar. ¿Qué lugar era ese? ¿Qué discípulos lo acompañaron en ese momento? ¿Cuántas veces oró allí Jesús?

El lugar se llamaba Getsemani. Los discípulos que lo acompañaron fueron Pedro y los dos hijos de Zebedeo, Juan y Santiago. Allí, hasta el momento de ser prendido, Jesús oró tres veces. (Mateo, 26:36 a 26:46.)

4. Preso Jesús, ¿qué ocurrió con sus discípulos?

Pedro lo siguió de lejos, hasta el patio del sumo sacerdote y, entrando, se sentó entre los criados, para ver lo que ocurría. En cuanto a los demás, no hay noticia de lo que hicieron. (Mateus, 26:51 a 26:56.)

5. ¿Es verdad que Pedro negó a Jesús por tres veces?

Sí. La primera vez, Pedro estaba sentado fuera, en el patio, cuando se aproximó a él una criada. Ella dijo: Tú también andabas con Jesús, el Galileo. Pedro respondió: No sé lo que dices. La segunda vez, él salía para el vestíbulo cuando otra criada lo vio y dijo a los que allí estaban: Este también andaba con Jesús, el Nazareno. Pedro reafirmó: No conozco a tal hombre. Luego enseguida, aproximándose a los que allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, pues  tu habla te denuncia. Él comenzó, entonces, a rogar y a jurar, diciendo: No conozco a ese hombre. En ese momento el gallo cantó. Pedro se acordó, entonces, de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que el gallo cante, tres veces me negarás. Saliendo de allí, él, entonces, lloró amargamente. (Mateo, 26:33 a 26:35; y 26:69 y 26:70.)
 

 

Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita