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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Año 4 154 – 18 de Abril del 2010

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El Evangelio según Mateo

Primer libro del Nuevo Testamento

(7ª Parte)
 

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstolos. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate 

1. ¿Por qué el rey Herodes prendió a Juan Bautista y sólo después decidió matarlo?

2. La primera vez que Jesús dio de comer a la multitud que lo oía, fueron atendidos casi cinco mil hombres, además de mujeres y niños. ¿De cuántos panes y peces los discípulos disponían en esa ocasión?

3. Jesús fue visto por sus discípulos caminando sobre el mar. Pedro quiso imitarlo. ¿El apóstol consiguió hacerlo o se hundió en el agua?

4. Cuando Jesús llegó a la tierra de Genesaré, los hombres del lugar le trajeron a todos los que estaban enfermos, y Jesús los curó de una forma no usual, hasta entonces. ¿Cómo se dieron esas curas?

5. ¿Qué respuesta dio Jesús a los escribas y fariseos de Jerusalén que decían que sus discípulos transgredían la tradición de los ancianos, pues no se lavaban las manos al comer pan?

Texto para la lectura 

39. Nadie es profeta en su tierra - Después de narrar todas estas parábolas, Jesús preguntó: “¿Entendisteis todas estas cosas?” Respondieron ellos: “Sí, Señor”. Él entonces les dijo: “Por eso, todo el escriba instruido acerca del reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que quita de su tesoro cosas nuevas y viejas”. Después, él se retiró de allí y, llegando a su patria, los enseñaba en la sinagoga de ellos, de suerte que todos se maravillaban, diciendo: “¿De dónde le vino a este la sabiduría, y estas maravillas? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Y no se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, y José, y Simón, y Judas? ¿Y no están entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vino, pues, todo esto?” Y se escandalizaban en él. Jesús, sin embargo, les dijo: “No hay profeta sin honra, a no ser en su patria y en su casa”. Y no hizo allí muchas maravillas, a causa de la incredulidad de ellos. (Mateos, 13:51 a 13:58.)

40. Juan Bautista es degollado - En aquel entonces Herodes, el tetrarca, oyó hablar sobre los prodigios que Jesús hacía y, juzgando ser él la resurrección de Juan el Bautista, dijo a sus criados: “Este es Juan Bautista; resucitó de los muertos, y por eso estas maravillas operan en él”. Herodes había prendido a Juan y después, a pedido de la hija de Herodias, mandó degollarlo. Avisado de eso por los discípulos de Juan, Jesús se retiró de allí en un barco, para un lugar desierto, apartado de allí, pero el pueblo, sabiéndolo, lo siguió a pie desde las ciudades. (Mateo, 14:1 a 14:14.)

41. Si un ciego conduce a otro ciego, ambos caen en un agujero - Los fariseos, al oír a Jesús decir que lo que contamina el hombre no es lo que entra en la boca, sino lo que sale de la boca, quedaron escandalizados. Cuando sus discípulos le hablaron acerca de la indignación de ellos, Jesús aseveró: “Toda planta que mi Padre celestial no plantó, será arrancada. Dejadlos; son conductores ciegos. Ahora, si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un boquete”. Enseguida, él explicó, a pedido de Pedro, el significado de la enseñanza que molestó a los fariseos, afirmando que es del corazón que proceden los malos pensamientos, las muertes, los adulterios, la prostitución, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. “Son estas cosas – afirmó el Maestro – que contaminan al hombre; mas comer sin lavarse las manos, eso no contamina al hombre.” (Mateo, 15:12 a 15:20.)

42. Jesús alimenta a más de cuatro mil personas - Llegando al pie del mar de Galilea, Jesús subió a un monte y tuvo con él una gran multitud. Estaban allí reunidos: cojos, mudos, ciegos, inválidos y muchos otros enfermos, y él los curó a todos, de tal suerte que el pueblo se maravilló viendo a los mudos hablar, a los inválidos sanos, los cojos andando y a los ciegos  ver, y por todo eso ellos glorificaron al Señor Dios de Israel. Fue entonces que, llamando a sus discípulos, Jesús les dijo: “Tengo compasión de la multitud, porque ya están conmigo hace tres días, y no tienen que comer; y no quiero despedirlos en ayuno, para que no desfallezca en el camino”. Y procedió, entonces, a la segunda multiplicación de panes y de peces, narrada en el Evangelio de Mateo, de modo que todos – cerca de cuatro mil hombres, además de mujeres y niños – comieron y se saciaron, sobrando aun siete cestos con pedazos de panes. (Mateo, 15:29 a 15:39.)

43. La señal del profeta Jonás - Aproximándose a Jesús, los fariseos y los saduceos, para tentarlo, le pidieron que les mostrara alguna señal del cielo. He ahí la respuesta del Señor: “Cuando es llegada la tarde, decís: Habrá buen tiempo, porque el cielo está rojo. Y, por la mañana: Hoy habrá tempestad, porque el cielo está de un rojo sombrío. Hipócritas, ¿sabéis diferenciar la faz del cielo, y no conocéis las señales de los tiempos? Una generación mala y adúltera pide una señal, y ninguna señal le será dada, sino la señal del profeta Jonás”. (N.R.: Pasaje idéntico a esta aparece en el cap. 12 del Evangelio de Mateo, versículos 38 a 45.)  Dicho esto, Jesús los dejó y se retiró. (Mateo, 16:1 a 16:4). 

Respuestas a las preguntas propuestas 

1. ¿Por qué el rey Herodes prendió a Juan el Bautista y sólo después decidió matarlo?

Herodes había prendido a Juan a causa de su cuñada Herodias, mujer de Filipe, su hermano. Juan le había dicho que no le era lícito poseerla. Herodes, por eso, deseaba matarlo, pero temía la reacción del pueblo, que tenía al Bautista como profeta. Festejándose, sin embargo, el día natalicio del rey, la hija de Herodias bailó delante de él, hecho que agradó a Herodes y él, por eso, prometió darle todo lo que pidiera. La hija, instruida previamente por su madre, le dijo: Dáme aquí, en un plato, la cabeza de Juan, el Bautista. Herodes se afligió con el pedido, pero, en respeto a su promesa, mandó degollar a Juan. (Mateo, 14:1 a 14:10.)

2. La primera vez que Jesús dio de comer a la multitud que lo oía, fueron atendidos casi cinco mil hombres, además de mujeres y niños. ¿De cuántos panes y peces los discípulos disponían en esa ocasión?

Cuando Jesús pidió a los discípulos que dieran de comer a la multitud, ellos le dijeron que tenían solamente cinco panes y dos peces. Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, e irguiendo los ojos al cielo, los bendijo y, partiendo los panes, los dio a los discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron todos, y se saciaron; y levantaron dos pedazos que sobraban, doce cestos llenos. (Mateo, 14:14 a 14:21.)

3. Jesús fue visto por sus discípulos caminando sobre el mar. Pedro quiso imitarlo. ¿El apóstol consiguió hacerlo o se hundió en el agua?

Jesús lo llamó. Pedro, descendiendo del barco, anduvo sobre las aguas para ir a estar con él, pero, sintiendo el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a ir para el fondo. Entonces, rogó al Señor que lo salvara. Jesús, extendiendo la mano, lo cogió, y le dijo: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? (Mateo, 14:24 a 14:31.)

4. Cuando Jesús llegó a la tierra de Genesaré, los hombres del lugar le trajeron a todos los que estaban enfermos, y Jesús los curó de una forma no usual, hasta entonces. ¿Como se dieron esas curas?

Al traer a los enfermos, los hombres rogaron a Jesús que ellos pudieran al menos tocar la orilla de su ropa, y todos los que la tocaban quedaban sanos. (Mateo, 14:34 a 14:36.)

5. ¿Qué respuesta dio Jesús a los escribas y fariseos de Jerusalén que decían que sus discípulos transgredían la tradición de los ancianos, pues no se lavaban las manos al comer pan?

Jesús les respondió con una pregunta: ¿Por qué transgredís vosotros, también, el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Y recordó que Dios había ordenado: Honra a tu padre y a tu madre, y quién maldijese al padre o a la madre, ciertamente morirá. Pero ellos habían invalidado, por la tradición, el mandamiento de Dios. Enseguida, llamando para sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: Lo que contamina al hombre no es lo que entra en la boca, sino lo que sale de la boca. Y esclareció que lo que sale de la boca procede del corazón, y es eso que contamina al hombre, una vez que del corazón proceden los malos pensamientos, las muertes, los adulterios, la prostitución, los hurtos, los falsos testimonios y las blasfemias. Son estas cosas que contaminan al hombre, mas comer sin lavar las manos, eso no contamina al hombre. (Mateo, 15:1 a 15:11 y 15:15 a 15:20.) 

 

 

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