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Entrevista Português Inglês    
Año 3 144 – 7 de Febrero del 2010
ORSON PETER CARRARA       
orsonpeter@yahoo.com.br           
Matão, São Paulo (Brasil)
Traducción:
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org  

 
Sebastião Miguel de Lima: 

 “Debo todo lo que tengo y soy a la Doctrina Espírita” 

El conocido ponente paulista habla sobre su trabajo en la divulgación del Espiritismo y dice que simplicidad, inspiración y fidelidad al Evangelio caracterizan el trabajador del bien

 

Él es muy querido y conocido, reside en la Gran San Pablo y tiene compromiso casi diario, durante todo el año, con conferencias espíritas, llevando el Evangelio al público con simplicidad, firmeza e inspiración. Sebastião Miguel de Lima (foto), 75 años, nació en el municipio de Pirajuí, en el estado de San Pablo. Tuvo conocimiento de la Doctrina Espírita inmediatamente a los diez años de edad, motivado por las historias de casas “mal encantadas”, típicas de las ciudades del interior. Su curiosidad lo llevó a buscar explicaciones para esos “fenómenos” en los   libros,  en  los  acervos  de   diversas

religiones y junto a los amigos y familiares, sin embargo nunca se satisfizo con respuestas evasivas. En cierta fecha, sin embargo, su padre le dio la revista espírita Reformador, el mayor tesoro que recibió en su existencia, según él mismo. A partir de entonces Sebastião de Lima pasó a dedicar buena parte de su vida a los trabajos relacionados a la Doctrina Espírita.

Padre de tres hijos, jubilado por invalidez visual y con grado de instrucción primario, Sebastião es hoy un orador espírita que hace aproximadamente 360 palestras por año en todo Brasil y que desarrolla sus trabajos doctrinarios guiándose por las inspiraciones de los amigos espirituales. Recientemente publicó Existe algo Más Allá, obra publicada por  Mythos abordando los perjuicios del orgullo, las ilusiones de los celos y las bendiciones de la inmortalidad.

En un encuentro reciente, nos concedió la siguiente entrevista:

El Consolador: ¿Cómo tuvo contacto con el Espiritismo y cuándo?

Tuve los primeros contactos con el Espiritismo a través de varios factores, cuando tenía entre 9 y 10 años. Vivía en la roça, no tenía televisión y entonces era costumbre de la familia sentarse en la vivienda para hablar, y los casos más hablados en las conversaciones era sobre fantasmas y encantamientos, y yo siempre preguntaba a mi padre por qué las personas morían y volvían para asustar a las personas. Él me daba varias revistas para leer, pero nunca encontré la respuesta, hasta que un día me regaló la revista  Reformador  y ahí encontré respuestas a mis cuestionamientos y una de ellas fue que la gente no muere, más sí sobrevive a la muerte. Tuve contacto también a través de hechiceros y curanderos que quitaban las plagas y enfermedades de las personas y plantaciones donde vivía; también veía personas que nadie veía, por lo tanto desde muy pronto tengo contacto con las ideas presentadas por el Espiritismo.

El Consolador: ¿Cómo surgió el don de hablar en público? ¿Hace tiempo que el señor hace conferencias?

No sé decir cómo ocurrió, sólo sé que los hechos me llevaron a eso. Con 17 años, en la roça aún, en una fiesta de boda, querían alguien para hacer un discurso a los prometidos, y entonces las personas me apuntaron para hacerlo. Después de mi pronunciamiento recibí muchos abrazos y elogios. Y fue ahí que todo comenzó. Siempre cuando tenía boda, fiestas, bautizados o entierros, me llamaban para hacer el discurso. Ya hace más de 60 años que comencé, pero las conferencias en los centros se iniciaron en 1964.

El Consolador: ¿Cómo siente durante la conferencia la influencia de los Espíritus?

Siento la influencia de los Espíritus naturalmente. Mi única seguridad es que, mientras estoy describiendo los hechos, las palabras surgen espontáneamente, como si alguien estuviera anticipando el desenlace del que estaba siendo suministrado y lo que yo debo hablar, una vez que tengo el vocabulario muy simple. Por ejemplo: después de 2 años que mi hijo Saulo había desencarnado, yo estaba haciendo una conferencia y hablaba sobre el desapego. Yo sabía que en un determinado tramo del abordaje habría una palabra que no sabría hablar. Cuando llegó la palabra usufructuario, intenté por 4 veces hablar y no lo conseguí y, en ese momento, vi a mi hijo con otros jóvenes y él tocó en el brazo de uno de ellos dando carcajadas y dijo: – Mi padre no consigue decir usufructuario, y todos rieron también. Las cosas van llegando al cerebro de una forma natural. Oigo una voz suave allá dentro que me dice las palabras, pues confío plenamente en los amigos espirituales y siempre tengo en mente que hice o intenté hacer lo mejor.

El Consolador: ¿Cómo es conducida o como siente aquella acostumbrada conclusión en que la inspiración presenta un poema sobre una palabra presentada por el público?

Muchos dicen que es de improviso, pero nada es mío, pues los Espíritus ya saben como hacer las cosas. Yo las siento, y confío plenamente. A veces ni sé lo que estoy hablando pero al final ellos saben y por eso es por lo que da siempre acertado.

El Consolador: ¿Cómo fue la recepción por el público que lo oye cuando el lanzamiento del libro?

No me preocupo con eso, pues cualquier trabajo en nombre de la Doctrina Espírita, cualquier cosa buena que ocurra es para la Doctrina Espírita y no para mí. Los elogios no son para mí y sí para la Doctrina, pues no sería nadie como Sebastião si no fuera por la Doctrina, si no fuera espírita. Debo todo lo que tengo y soy a la Doctrina Espírita y sólo ocurre lo mejor siempre a causa de la Doctrina.

El Consolador: ¿Cómo siente la vibración del público durante las conferencias?

Maravillosamente bien. Siento la vibración de una forma espectacular. Vuelvo a decir que no es para mí, pues no hablo nada de lo que tengo y sí del Evangelio de Jesús, pues las personas están sedientas por la palabra. Porque si usted pone cosas suyas, el día que esté triste, mal de emociones, pasará todo eso al público. Cuando hable del Evangelio usted podrá andar con el alma en llaga de dolor, como un día en que hice una conferencia mientras mi hijo estaba siendo velado, pero yo no pasaba nada de mí y sí del Evangelio. Siento el pueblo porque nunca salgo del medio del pueblo, hablo la lengua del pueblo, siento del público lo mejor y paso lo mejor para él también.

El Consolador: ¿Cuál es el aspecto del Espiritismo que más le atrae?

El mundo sin Espiritismo es un mundo sin sol, el mundo sin los Espíritus estaría a oscuras completamente. Mientras el mundo no asuma la decisión de espiritualizarse, quedará mal. Cada momento que una persona asume una religión, sea ella cuál sea, y la trata con verdad, ella ilumina el mundo, como Jesús dijo un día: “Sois la luz del mundo”. “Sois la sal de la tierra”, y así pasaremos a vivir la Doctrina de los Espíritus, porque no tiene como tener uno religión si no fuera por el espíritu, pues el cuerpo no necesita de religión, lo que necesita es el Espíritu, que es inmortal. El cuerpo es sólo una herramienta, como el uniforme escolar, pero el Espíritu continuará para siempre, con la necesidad de iluminarse. El cuerpo vino del polvo y al polvo volverá. Uno de los aspectos más importante del Espiritismo es la reencarnación, pues sin ella no habría justicia divina.

El Consolador: ¿Cómo ve el señor las dificultades actuales enfrentadas por los seres humanos?

En el momento veo que el mundo es como la torre de Babel. En este momento están todos queriendo ir en pro del cielo, pero no saben cómo. Entiendo que, como está escrito en la bandera de Brasil “Orden y progreso”, para que el mundo progrese tiene que haber orden y organización, pues manda quién puede, obedece quién tiene juicio, o sea, Jesús manda y si tenemos juicio obedeceremos. Veo el mundo en la escala mayor de los planetas y en la escala más pequeña los continentes, naciones como Brasil. Y en Brasil la familia, y en la familia cada uno de nosotros. No debo esperar por leyes y decretos para saber lo que es correcto o equivocado. Para ser bueno, para tener disciplina, orden, respeto, tengo que hacer al prójimo aquello que yo aprendí. Si es bueno para mí, es bueno para los otros. Cuando toda la humanidad piense así, el mundo será maravilloso.

El Consolador: ¿En su opinión cuál es el mayor desafío del ser humano actual?

Es el de expulsar de dentro de sí mismo el odio, la ignorancia, pues, siendo ignorante, se hace orgulloso, prepotente, celoso, egoísta, y esas enfermedades todas llevan al ser humano y a la humanidad al caos. El mayor peligro del momento de hoy no son las guerras epidemias o el hambre, mas sí el cansancio de los buenos, de aquellos que no usan lo que ya saben, porque el bien siempre vence. Ser honesto, digno, respetador, educado, es decir que llevará el mundo al bien común.

El Consolador: Por su experiencia con conferencias en diferentes lugares, ¿cuál es la sensación, cuál la impresión o que enseñanzas pueden ser recogidas de la variedad de instituciones y actividades inspiradas por el Espiritismo?

Concluí que, si yo cojo lo poco que sé y lo coloco en una caja y la guardo, sólo tendré aquella cantidad. Es como si usted tiene un puñado de semilla y, por pereza, no la planta y, por lo tanto, no cogerá. Entonces en mi cabeza es preciso llevar lo poco que yo sé a lugares diferentes, como alguien que siembra para que los otros puedan coger.

El Consolador: ¿Hay algo más que le gustaría decir?

Yo espero, y eso va a ocurrir, puede tardar muchos siglos, que lo poquito que yo estoy dando de colaboración en el medio en que vivo me posibilite la oportunidad de continuar haciendo eso, pues como ya dije no creo en la muerte. Estoy cumpliendo 66 años y sé que en cualquier momento volveré a la patria verdadera, pero quiero continuar siempre en ese proyecto, pues me acuerdo de alguien que un día vino y habló grandes maravillas, pero no fue entendido y acabó crucificado. Entonces no deseo, nada más y nada menos, que una persona continúe en la oscuridad tras oír el Evangelio de mi boca y de otras personas también. Mi deseo es uno sólo, de saber un día que la humanidad es feliz y yo también estaré bien feliz en medio de ella, pues a ella pertenezco y la Doctrina Espírita sólo me enseña eso. Yo no creo que Dios creó el mundo para ser infelices, y no creo que Él me haya colocado en el mundo sólo para protestar de él, pues la gran razón de estar vivo, estar en un cuerpo, es sembrar el bien. Espero que el mundo sea de paz. Para mí las conquistas materiales dependen mucho de los valores del espíritu, pues usted puede tener muchos bienes materiales y no dar valor a sí mismo, lo que lo llevará a la suspensión de pagos, con seguridad.


 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita