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Espiritismo para los niños - Célia X. de Camargo - Português Inglês 
Año 3 126 – 27 de Septiembre del 2009

 
                                                            
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org

 

El robo


 

Cuando los alumnos llegaron a la escuela aquella mañana, el ambiente estaba alborotado.

-  ¡La televisión fue robada!

¡Un espanto! Curiosos y horrorizados, se dirigieron todos para la sala de TV del colegio y constataron que, realmente, el soporte estaba vacío

Se comentaba que alguien entró, por la noche, y robó la televisión comprada con tanto esfuerzo.

- ¿Quién habría hecho esa maldad? – preguntó uno de los profesores.

- Lo ignoro – respondió el Director.

- ¿Alguna pista? – indagó alguien con tendencia a detective.

El Director pensó un poco y respondió:

- Bien, no fue forzada ninguna puerta o ventana. Infelizmente, eso hace suponer que el responsable sea alguien muy próximo de la escuela. Además de eso, como pueden ver, existe un seguimiento de pisadas llenas de barro.

- ¡¿Marcas de pies embarrados?!...

La imaginación corrió suelta. ¿Quién andaría en suelo de tierra, y que pudiese ensuciar el suelo de la escuela?

Inmediatamente, algunos alumnos se volvieron para Toninho, con ojos acusadores. Toninho era el chico más pobre de la escuela y vivía en una chabola en los alrededores de la ciudad. Estudiaba con bastante dificultad y se vestía muy simplemente. No era raro, cuando llovía, obligado, él dejaba los zapatos embarrados en la puerta, y entraba descalzo para no ensuciar la sala.

- ¡Fue él, señor Director! – acusó un alumno, apuntándolo con el dedo en ristre.

El chico, a pesar de estar sorprendido, respondió sereno:

- ¿Por qué me estás acusando, Jorge? ¡Nunca robé nada!

-  Porque tú eres el chico más pobre de la escuela.

- ¿Y qué? – replicó Toninho.

-  ¡Un día aun tú estabas contando que no tenéis televisión en tú casa, y decías como te gustaría tener una!

- Es verdad. ¡Con todo, eso no prueba que robé la TV de la escuela! – se defendió Toninho.

El Director interfirió:

- Él tiene razón, Jorge. El hecho de que Toninho no tenga televisión no quiere decir que la haya robado

- ¿Y los zapatos de él? ¡Viven sucios de barro! – afirmó otro niño.

Y la confusión se estableció. La mayoría de los alumnos tomó partido de Toninho, que era muy estimado; otros quedaron del lado de Jorge, en la acusación.

En el momento en que los ánimos estaban más alterados, entra en la sala uno de los profesores con el aparato de TV en los brazos.

-   ¡Con permiso! ¡Con permiso! ¡Dejénme pasar!

Alumnos y profesores, perplejos, se apartaron abriendo paso al profesor Henrique. Al ver al director a su frente con aire de interrogación, el profesor explicó:

-  Discúlpeme, director, no haber avisado de que iba a llevar el aparato para arreglar. Ayer, cuando fui a probarlo, vi que estaba con un defecto y, como había programado pasar una película para los alumnos hoy, volví a la escuela y cogí la TV.

Satisfecho, llevó el aparato hasta su soporte vacío, lo colocó en el lugar y después, en medio del silencio general, sonrió:

-  Listo. Ahora está en orden.

Sólo entonces notó que todos estaban extrañamente callados.

-  ¡Están con una cara! ¿Ocurrió alguna cosa? – preguntó.

El director respondió, serio:

— Ocurrió, sí, pero está todo en orden ahora. Gracias a Dios usted llegó, Henrique, impidiendo que se cometiera una injusticia. Y aprendemos una lección: que no se debe juzgar nadie.

Jorge y su grupo, avergonzados, se aproximó a Toninho y lo abrazaron pidiendo perdón.

— Estoy sintiéndome muy mal, Toninho. Yo te juzgué porque eres pobre. Tuve prejuicios y comprendo ahora que pobreza no significa falta de honestidad. ¿Tú me perdonas? Quiero que seamos amigos. ¡Amigos de verdad!

-  Claro que te perdono, Jorge.

Se abrazaron, para satisfacción de todos los presentes, y Jorge habló:

-  ¡Tú eres un gran chico!

Toninho sonrió, después completó, en tono de bromas:

— ¡Pero ten cuidado, Jorge! No te olvides que Jesús enseñó que cada uno será juzgado conforme juzga a los otros.
 

                                                                    Tía Célia 


 



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Revista Semanal de Divulgación Espirita