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Año 2 – Nº 89 11 de Enero del 2009

ORSON PETER CARRARA   
orsonpeter@yahoo.com.br  
Matão, São Paulo (Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org



Extremos y diferencias

Con la multiplicidad de las existencias, podemos aprender continuamente, construir el equilibrio y reparar equívocos. Esto es la reencarnación, sin secretos. Mera cuestión de justicia

 


Razonemos juntos. Relacionemos, en síntesis, las diferencias humanas: miseria y riqueza; belleza y fealdad; intelecto alto y dificultades elementales de razonamiento; genios precoces y niños con dificultades de aprendizaje; muerte a tierna edad y juventud sana; salud y estabilidad financiera y carencias permanentes al lado de enfermedades crueles; violencia y bondad; honestidad y corrupción; para unos todo sale bien y para otros nada sale bien; miedo y osadía; modestia y petulancia; etc.

 

¡Pues bien! Es una lista interminable esta. Diariamente vemos situaciones donde los extremos se muestran y confunden el razonamiento. Al final nos quedamos pensando: ¿por qué? ¿Cómo explicar tantas diferencias? ¿el acaso? ¿Preferencia de Dios? ¿Privilegios de nacimiento? ¿Méritos? ¿Castigo? Muchos contestan y sienten hasta dificultad de entender, pero es simple. La explicación ya existe y ella viene de antes de la venida de Jesús al planeta. Sabios, en varias épocas, antes y después del advenimiento de Jesús, hablaron de la reencarnación. Y actualmente, investigadores y científicos estudian la temática de esa ley natural que rige las vidas humanas.

 

¡Sí, Ley! No es invención de nadie, de ninguna creencia. Ni tampoco privilegio o exclusividad de quien quiera que sea. Simplemente una Ley Natural. Siendo natural, es Divina, establecida por el Creador. ¿Pero cómo constatar que es verdad?

 

Ahora, volvamos al inicio de este comentario. Sometamos todas aquellas dudas y otras más de la interminable lista a una única existencia que determina suertes y decide el futuro. ¿Cómo conciliar eso con los principios de justicia y bondad de un Padre Creador, que denominamos Dios y que fue presentado por Jesús de manera incomparable? En una única oportunidad, repleta de fragilidades individuales y colectivas, ¿cómo superar desafíos que nos hagan merecedores y habitantes de una morada feliz después de la muerte del cuerpo? Añádase a eso las situaciones de los nacidos muertos, de los niños que mueren a tierna edad o jóvenes que parten víctimas de accidentes. No tuvieron tiempo de construir el propio equilibrio. Fueron despreciados por la vida. ¿Por qué? ¿Y los demás son privilegiados? ¿Esto es justo?

Con la multiplicidad de las existencias podemos aprender continuamente, a construir el equilibrio y reparar equívocos. Esto es la reencarnación, sin secretos. Mera cuestión de justicia. En ese punto cabe la claridad de la cuestión 219 de El Libro de los Espíritus.

219 - ¿Cuál es el origen de las facultades extraordinarias de individuos que, sin estudio previo, parecen tener la intuición de ciertos acontecimientos, como los idiomas, el cálculo etc.?  Respuesta: - Recuerdo del pasado; progreso anterior del alma, pero de lo cual no tiene conciencia. ¿De dónde quieres que ellas vengan? El cuerpo cambia, pero el Espíritu no cambia, aunque cambie de vestimenta. 

La constancia y perseverancia nos llevan a nuevas experiencias y al acumulo de otras vivencias

Sobre las diferentes aptitudes de los seres humanos, los Espíritus fueron claros en la Codificación. A la indagación de Allan Kardec sobre las razones de la desigualdad de esas aptitudes, ellos respondieron que “Dios creó a todos los Espíritus iguales, pero cada uno de ellos tiene mayor o menor vivencia y, por consiguiente, mayor o menor experiencia*, La diferencia está en el grado de su experiencia y de su voluntad, que es el libre albedrío: de ahí, unos se perfeccionan más rápidamente y eso les da aptitudes diversas. La variedad de las aptitudes son necesarias, a fin de que cada uno pueda concurrir a los objetivos de la Providencia en el límite del desarrollo de sus fuerzas físicas e intelectuales: lo que uno no hace, otro lo hace. Es así que cada uno tiene un papel útil (…)” 1.

Ahora, la respuesta arriba enseña varios aspectos. La propia indicación de mayor o menor vivencia, de menos o más experiencia, que naturalmente va a determinar el grado de voluntad y libertad, abre inmensos espacios de actuación material y moral. Sí, porque cada uno de nosotros sólo podrá obrar con desenvoltura en el área que conoce, que domina por una vivencia anterior, no necesariamente de existencia pasada.

Eso también lleva a reflexionar que no se está impedido de iniciar un campo nuevo de actuación, cuya constancia y perseverancia también llevaran a nuevas experiencias y acumulo de otras vivencias, igualmente útiles en todo el proceso evolutivo.

En la misma respuesta igualmente hay la indicación del perfeccionamiento más rápido (que genera nuevas y constantes aptitudes, en las diversas áreas) o más lento, a depender del esfuerzo desarrollado y del movimiento de la voluntad en este objetivo.

Sin embargo los Espíritus son muy claros. Como enseñan, “la variedad de las aptitudes es necesaria”. Cada uno trata su cuota de contribución, cada experiencia será utilizada, cada fuerza física o intelectual concurrirá para el bien colectivo y todos tienen un papel para desempeñar, siempre útil en el conjunto general. Lo interesante, sin embargo, es no siempre las diferencias –que deben concurrir para un objetivo útil, como es bien indicado en El Libro de los Espíritus 1 – consiguen establecer hilos de armonía. Muchas veces las diferencias individuales son causas de conflictos; frutos, es obvio, de la influencia del orgullo y del egoísmo que aun dominan la condición humana.

Donde hay sentimiento de tolerancia y benevolencia está presente el orden, la tranquilidad, la estabilidad 

Allan Kardec, no obstante, trae la lucidez de su pensamiento en dos informaciones – entre tantas en el mismo sentido -, que transcribimos parcialmente.

a) “Si un grupo quiere estar en condiciones de orden, de tranquilidad y de estabilidad, es preciso que en el reine un sentimiento fraternal. Todo grupo o sociedad que se forma sin tener la caridad efectiva por base, no tiene vitalidad; al paso que aquellos que serán fundados según el verdadero espíritu de la Doctrina se miraran como miembros de una misma familia que, no pudiendo todos habitar bajo el mismo techo, viven en lugares diferentes”.

La observación está dirigida a los grupos espíritas (en respuesta a un requerimiento de los espíritas de Lyón, por ocasión del Año Nuevo) y consta de la Revista Espírita, de febrero de 1862, página 362, pero vale para cualquier grupo. Donde hay el sentimiento de tolerancia y benevolencia estará presente el orden, la tranquilidad, la estabilidad.

De la misma forma, en el ejemplar de diciembre de 18682, página 392, en la Constitución Transitoria del Espiritismo (ítem IX – Conclusión), Kardec vuelve a afirmar:

b) “(...) pero pretender que el Espiritismo sea por todas partes organizado de la misma manera; que los espíritas del mundo entero estén sujetos a un régimen uniforme, a una misma manera de proceder, que deban esperar la luz de un punto fijo para donde deberán fijar sus miradas, sería una utopía tan absurda como la pretender que todos los pueblos de la Tierra no formen un día sino una única nación, gobernada por un único jefe, regida por el mismo código de leyes, y sujetos a los mismos usos. Si hay leyes generales que pueden ser comunes a todos los pueblos, esas leyes serán siempre, en los detalles de la aplicación y de la forma, apropiadas a las costumbres, a los caracteres, a los climas de cada uno. Así lo será con el Espiritismo organizado. Los Espíritas del mundo entero tendrán principios comunes que los unirán a la gran familia por el lazo sagrado de la fraternidad, pero cuya aplicación podría variar según las regiones, sin, por esto, que la unidad fundamental sea rota*, sin formar sectas disidentes tirándose la piedra y el anatema, lo que sería anti-espírita (…)”. 

La fraternidad pura es un perfume de lo Alto, es una emanación de lo infinito, es la base de las
instituciones morales 

Ahora, es la cuestión de las diferencias en las relaciones, en la convivencia. Hay diferencias, obvio, hasta por cuestiones de entendimiento en los diferentes estadios en que también nos encontramos, los adeptos del Espiritismo. Esto, todavía, no elimina la fraternidad que debe reinar para la construcción de la paz en el planeta y en la intimidad individual. Con esto, podemos concluir que la reencarnación influye también dentro del propio entendimiento espírita, una vez que nosotros los espíritas también somos Espíritus reencarnados y, por tanto, sujetos a los estadios propios de entendimiento y madurez.

Bien a propósito, como destaca el mensaje Fundamentos del orden social 3:

 “(...) La fraternidad pura es un perfume de lo Alto, es una emanación del infinito, un átomo de la inteligencia celeste; es la base de las instituciones morales, y el único medio de elevar un estado social que pueda sustituir y producir efectos dignos de la gran causa por la cual combatís. Sed, pues, hermanos, si queréis que el germen depositado entre vosotros se disuelva y se vuelva el árbol que buscáis. La unión es la fuerza soberana que desciende sobre la Tierra: la fraternidad es la simpatía en la unión. (…) Es preciso estar unidos para ser fuertes, y es preciso ser fuertes para fundar una institución que no repose sino sobre la verdad vuelta tan efectiva y tan admirable, tan simple y tan sublime. Las fuerzas divididas se aniquilan; reunidas ellas son tantas veces más fuertes, (…)”.

Y concluye con sabiduría:

 “(...) Sin la fraternidad, ¿que véis? El egoísmo, la ambición. Cada uno en su objetivo; cada uno los persigue de su lado; cada uno camina a su manera, y todos son fatalmente arrastrados en el abismo donde son tragados, después de tantos siglos, todos los esfuerzos humanos. Con la unión, no hay más que un único blanco, porque no hay más que un único pensamiento, un único deseo, un único corazón. Uníos, pues amigos míos; es lo que os repite la voz incesante de nuestro mundo; uníos y llegaréis mucho más deprisa a vuestro blanco.

¿Y cuál sería el blanco, para nosotros que profesamos el Espiritismo?

Nos permitimos reproducir la claridad de la respuesta con que iniciamos el presente comentario: “La variedad de las aptitudes es necesaria, a fin de que cada uno pueda concurrir a los objetivos de la Providencia en el límite de sus fuerzas físicas e intelectuales; lo que uno no hace, otro hace. Es así que cada uno tiene un papel útil (…)” 1.

Concentremos atención en el final de la frase: lo que uno no hace, otro hace. Es así que cada uno tiene un papel útil (…). Comprendiedo este esclarecimiento vital, desaparecen las diferencias y la convivencia toma su verdadero rumbo: el de la fraternidad. 

 

* Destaques do autor:

(1) Questão 804 de O Livro dos Espíritos, 8ª edição IDE-Araras-SP, out/79, tradução de Salvador Gentile.

(2) Edição IDE-Araras-SP, nov/92, tradução de Salvador Gentile.

(3) Mensagem obtida em reunião presidida por Allan Kardec, ditada pelo Espírito Léon de Muriane, e publicada na edição de novembro de 1862 da Revista Espírita (edição IDE-Araras-SP, tradução Salvador Gentile, páginas 345 e 346).

 


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