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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita Português   Inglês
Programa IV: Aspecto Filosófico

Año 2 - N° 84 - 30 de Noviembre del 2008

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 


Preludio de la vuelta del
Espíritu a la vida corporal


Presentamos en esta edición el tema
nº 84 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate 

1. ¿Cuando se inicia la unión del alma con el cuerpo?

2. ¿Cuál es el hecho, en el periodo que va de la concepción al nacimiento, que determina el olvido del pasado?

3. Hay Espíritus que asisten al propio velatorio. ¿Puede algún Espíritu presenciar el propio nacimiento?

4. ¿En el preludio de la reencarnación ocurre para el reencarnante alguna especie de sufrimiento?

5. Enseña el Espiritismo que no existen, por regla, dos procesos reencarnatorios iguales. ¿Qué factores intervienen en esos momentos?

Texto para la lectura 

La unión del alma con el cuerpo comienza en la concepción

1. Las encarnaciones y desencarnaciones son fases importantes y necesarias, que se alternan por una inmensidad de veces en la escalada evolutiva del Espíritu. Del mismo modo que, para el Espíritu, la muerte del cuerpo físico es una especie de renacimiento, la reencarnación es una especie de muerte, diciendo mejor, de exilio, de clausura. El deja el mundo de los Espíritus por el mundo corporal, como el hombre deja este mundo por aquel.

2. La unión del alma con el cuerpo, enseña el Espiritismo, tiene inicio en la concepción, pero sólo se completa en el nacimiento. El cuerpo fluídico es el que une el Espíritu al germen. Esa unión se va densificando y se vuelve más íntima, de momento a momento, hasta que se completa cuando el bebé ve la luz.

3. En el periodo irregular, de la concepción al nacimiento, la acción de la fuerza vital hace que disminuya el movimiento vibratorio del periespíritu, hasta el momento en que, no alcanzando lo mínimo perceptible, el Espíritu queda casi totalmente inconsciente. Es de esa disminución de amplitud del movimiento fluídico, dice Gabriel Delanne, que resulta el olvido.

4. Cuando el Espíritu va a encarnar en un cuerpo humano en vía de formación, un lazo fluídico, que no es ya más una expansión de su periespíritu, al unir al germen, que lo atrae por una fuerza irresistible desde el instante de la concepción. A medida que el germen se desarrolla, ese lazo se acorta. Bajo la influencia del principio vital presente en el germen, el periespíritu se une, molécula a molécula, al cuerpo en formación, como si el Espíritu, valiéndose de su periespíritu, se arraigase en el germen, a ejemplo de la planta que se arraiga en el suelo. Cuando el germen llega a su pleno desenvolvimiento, está completa la unión, y el ser nace entonces para la vida exterior.

La reencarnación es un choque biológico apreciable

5. A partir del momento en que el Espíritu es cogido en el lazo fluídico que lo prende al germen, el entra en estado de perturbación que aumenta a la medida que el lazo se aprieta, perdiendo el Espíritu, en los últimos momentos, toda la conciencia de sí mismos, de modo que jamás presencia su nacimiento. Cuando el niño respira, el comienza a recobrar las facultades, que se desarrollan a la proporción que se forman y consolidan los órganos que han de servirles a las manifestación.

6. André Luiz nos relata, detalladamente, el inmenso cariño y los numerosos cuidados que el Mundo Espiritual dedica al proceso reencarnatorio. En la obra Entre la Tierra y el Cielo, el ministro Clarencio, al reportarse a la reencarnación de Julio, ofrece informaciones interesantes sobre la reducción periespiritual.

7. Asevera entonces el amoroso ministro de la colonia “Nuestro Hogar”: “La reencarnación, tanto como la desencarnación, es un choque biológico de los más apreciables. Unido a la matriz generadora del santuario materno, en busca de una nueva forma, el periespíritu sufre la influencia de fuertes corrientes electromagnéticas, que le imponen la reducción automática”. “Durante el embarazo de Zulmira, la mente de Julio permanecerá asociada a la mente materna, influenciando, como es justo, la formación del embrión. Todo el cosmo celular del nuevo organismo estará impregnado por las fuerzas del pensamiento enfermizo de nuestro hermano que regresa al mundo. Siendo así, Julio renacerá con las deficiencias de que aun es portador, aunque favorecido por el material genético que recogerá de los padres.”

8. En otra obra de André Luiz, Misioneros de la Luz, deparamos también con preciosas informaciones al respecto de la complejidad del trabajo realizado por el Plano Espiritual, siempre que vuelve al mundo corporal un Espíritu en rescate o reajustamiento de tareas mal ejecutadas en existencias anteriores.

Los procesos de reencarnación difieren al infinito

9. Tratando de la programación reencarnatoria de Segismundo, el orientador Alexander dice a un amigo: “Ya observé el gráfico referente al organismo físico que nuestro amigo recibirá en el futuro, verificando de cerca, las imágenes de la molestia del corazón que el sufrirá en la edad madura, como consecuencia de la falta cometida en el pasado. Segismundo experimentará grandes perturbaciones de los nervios cardíacos, principalmente los nervios del  tônus”. “Con excepción del tubo arterial, en la parte a dilatarse para el mecanismo del corazón, todo ira muy bien. Todos los genes podrán ser localizados con normalidad absoluta.”

10. Interesado en el caso Segismundo aduce, refiriéndose a sus futuros padres: “Volveremos a verlos el día de la unión inicial de Segismundo a la materia física. Necesario es cooperar, en la ocasión, con nuestros amigos Constructores, a los cuales pedí me presentasen los mapas cromosómicos, referentemente a los servicios a ser concertados”.

11. De acuerdo con la obra citada, Segismundo ya se encontraba entonces, desde la semana anterior, en proceso de unión fluídica directa con los futuros padres. A medida que se intensificaba semejante aproximación, él iba perdiendo los puntos de contacto con los vehículos que consolidó en la esfera espiritual a través de la asimilación de los elementos peculiares a aquel plano. Esa operación – explicó Alexandre – era necesaria para que el periespíritu del reencarnante pudiese retomar la plasticidad que le es característica y, por eso, en el estadio en que él se encontraba, el procedimiento les impone sufrimientos.

12. No todos, sin embargo, pasan por los sufrimientos que Segismundo experimentaba. Los procesos de reencarnación, tanto como los de la muerte física, difieren al infinito, no existiendo, por regla, dos absolutamente iguales. Facilidades y dificultades están subordinadas a factores numerosos, muchas veces relativos al estado de conciencia de los propios interesados en el regreso a la Superficie o en la liberación del vehículo carnal. Existen Espíritus de gran elevación que, al volver a la carne, en un apostolado de servicio e iluminación, casi dispensan el concurso de los compañeros dedicados a ese trabajo en la esfera espiritual.

Respuestas a las preguntas propuestas

1. ¿Cuándo se inicia la unión del alma con el cuerpo?

R.: La unión del alma con el cuerpo tiene inicio en la concepción, pero sólo se completa en el nacimiento.

2. ¿Cuál es el factor, en el periodo que va de la concepción al nacimiento, que determina el olvido del pasado?

R.: En el periodo irregular que va de la concepción al nacimiento, la acción de la fuerza vital hace que disminuya el movimiento vibratorio del periespíritu, hasta el momento en que, no alcanzando el mínimo perceptible, el Espíritu queda casi totalmente inconsciente. Es de esa disminución de amplitud del movimiento fluídico que resulta el olvido.

3. Hay Espíritus que asisten al propio velatorio. ¿Puede algún Espíritu presenciar el propio nacimiento?

R.: No. A partir del momento en que el Espíritu es cogido en el lazo fluídico que lo prende al germen, el entra en estado de perturbación que aumenta a medida que el lazo se aprieta, perdiendo el Espíritu, en los últimos momentos, toda conciencia de sí mismo, de modo que jamás presencia su nacimiento.

4. ¿En el preludio de la reencarnación ocurre para el reencarnante alguna especie de sufrimiento?

R.: En algunos casos, sí. Fue lo que ocurrió con Segismundo cuando en proceso de unión fluídica directa con los futuros padres. A medida que se intensificaba semejante aproximación, él iba perdiendo los puntos de contacto con los vehículos que consolidó en la esfera espiritual a través de la asimilación de los elementos peculiares a aquel plano. Esa operación era necesaria para que el espíritu del reencarnante pudiese retomar la plasticidad que le es característica y, por eso, en el estadio en que él se encontraba, el procedimiento le imponía sufrimientos.

5. Enseña el Espíritu que no existen, por regla, dos procesos reencarnatorios iguales. ¿Qué factores intervienen en esos momentos?

R.: Los procesos de reencarnación, tanto como los de la muerte física, difieren al infinito. Facilidades y dificultades están subordinadas a factores numerosos, muchas veces relativos al estado consciente de los propios interesados.


Bibliografia
:

O Livro dos Espíritos, de Allan Kardec, questões 339 e 340.

A Gênese, de Allan Kardec, capítulo XI, itens 18 a 20.

A Evolução Anímica, de Gabriel Delanne, pág. 192.

Resumo da Doutrina Espírita, de Gustavo Geley, pág. 43.

Entre a Terra e o Céu,  de André Luiz, psicografado por Chico Xavier, pp. 179 e 183.

Missionários da Luz,  de André Luiz, psicografado por Chico Xavier, pp. 196, 210, 216 e 218. 

 

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Revista Semanal de Divulgación Espirita